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Cómo saber si soy alcohólico

¿Alguna vez te has preguntado si tu relación con el alcohol está cruzando la línea de lo saludable? La lucha contra la adicción al alcohol puede ser un camino complicado, y el primer paso es reconocer si tienes un problema. En ATiempo Adicciones, entendemos que este proceso de autoevaluación es crucial para quienes buscan recuperarse y tomar el control de sus vidas y por eso os damos la mejor información de como saber si soy alcoholico.

Nuestro artículo explora en profundidad las señales reveladoras de la adicción al alcohol. A través de una autoevaluación honesta, podrás determinar si tu consumo de alcohol es problemático y si necesitas buscar ayuda.

Te proporcionaremos información detallada sobre los síntomas físicos y emocionales del alcoholismo, así como los factores de riesgo que pueden contribuir a su desarrollo. Te invitamos a explorar cada sección para obtener una comprensión completa de este tema importante y aprender cómo dar el primer paso hacia la recuperación. Descubre con nosotros como saber si eres alcoholico.

No te enfrentes solo a la adicción. Comienza tu viaje hacia una vida más saludable y equilibrada. Descubre cómo reconocer las señales y saber si eres alcohólico, y encuentra la orientación y el apoyo que necesitas en ATiempo Adicciones.

Definición de alcoholismo para saber si eres alcoholico

El alcoholismo, también conocido como dependencia del alcohol, es una enfermedad crónica y progresiva que afecta a millones de personas en todo el mundo. ¿Pero qué significa realmente ser alcohólico? A continuación, exploraremos en detalle la definición de alcoholismo y te proporcionaremos información esencial para comprender esta afección.

El alcoholismo se caracteriza por el consumo excesivo y descontrolado de alcohol, a pesar de sus consecuencias negativas en la vida de la persona. Aquellos que luchan con esta enfermedad a menudo experimentan una fuerte necesidad de beber y tienen dificultades para detenerse, incluso cuando intentan hacerlo.

Reconocer el alcoholismo es fundamental para buscar ayuda y tratamiento. Algunos de los signos y síntomas comunes de como saber si soy alcoholico:

  • Tolerancia al alcohol, lo que significa que se necesita cada vez más para sentir los mismos efectos.
  • Síntomas de abstinencia cuando no se consume alcohol.
  • Pérdida de control sobre el consumo de alcohol.
  • Dedicar mucho tiempo a obtener, consumir o recuperarse del alcohol.
  • Abandono de actividades sociales o recreativas debido al alcohol.

Entender la definición de alcoholismo es el primer paso hacia la recuperación. Si te identificas con estos síntomas o alguien que conoces está luchando contra la adicción al alcohol, te animamos a buscar apoyo profesional en ATiempo Adicciones. La ayuda está disponible, y es posible recuperarse y llevar una vida sobria y saludable.

Señales para saber mi adicción al alcohol

Reconocer las señales de adicción al alcohol es crucial para tomar el control de tu vida y tu salud. En ATiempo Adicciones, entendemos la importancia de identificar estas señales tempranas para abordar el problema a tiempo. Nos centramos en ayudarte a entender si estás en riesgo y proporcionar información valiosa sobre las señales clave a las que debes prestar atención.

Aquí están algunas señales que te pueden ayudar a como saber si eres alcoholico:

Aumento de la Tolerancia: Puede ser un indicio claro de un problema de adicción si necesitas consumir más alcohol para sentir los mismos efectos que antes. Esta creciente tolerancia es una señal preocupante que no debes ignorar.

Síntomas de Abstinencia: Experimentar malestar físico o emocional cuando intentas dejar de beber puede ser un signo revelador de adicción al alcohol. Los síntomas de abstinencia pueden ser incómodos y peligrosos.

Pérdida de Control: Si te resulta difícil o imposible detener o reducir tu consumo de alcohol, a pesar de tus esfuerzos, es hora de tomar medidas. La pérdida de control es una característica común de la adicción.

Dedicación Excesiva: Pasar una gran cantidad de tiempo en la búsqueda, consumo y recuperación del alcohol puede afectar significativamente tu vida cotidiana y relaciones. Esta dedicación excesiva es un indicador clave de la adicción.

Negligencia de Responsabilidades: Descuidar tus obligaciones y actividades debido al consumo de alcohol puede tener graves repercusiones en tu vida laboral, familiar y social. Es importante reconocer cómo el alcohol afecta tus responsabilidades diarias.

Relaciones Interpersonales Afectadas: Problemas en relaciones familiares, amistades o laborales debido al alcohol pueden ser una señal alarmante de una adicción en desarrollo.

Reconocer estas señales es un paso fundamental hacia la recuperación. Si te identificas con alguna de estas señales o tienes preocupaciones sobre tu relación con el alcohol, te instamos a buscar apoyo profesional en ATiempo Adicciones. Aquí, encontrarás el apoyo necesario para superar la adicción.

Alcoholico de fin de semana

El término alcohólico de fin de semana describe a quienes mantienen un consumo de alcohol aparentemente controlado durante la semana, pero se entregan al exceso los fines de semana. Aunque pueda parecer menos preocupante que el consumo constante, este patrón de consumo puede ser igualmente perjudicial para la salud y la vida cotidiana.

El alcohólico de fin de semana a menudo experimenta síntomas de abstinencia durante la semana, como irritabilidad y ansiedad, esperando ansiosamente el próximo fin de semana para beber nuevamente. Este patrón puede dañar relaciones personales, afectar el rendimiento laboral y tener efectos negativos en la salud física y mental.

Si te reconoces en este patrón de consumo de alcohol, es importante buscar ayuda y comprender que la adicción no se limita a un consumo constante. En ATiempo Adicciones, estamos aquí para brindar apoyo y recursos para superar el alcoholismo en todas sus formas.

Síntomas físicos y emocionales del alcoholismo

Los síntomas físicos y emocionales del alcoholismo son señales cruciales que indican un problema de abuso de alcohol. Reconocer estos síntomas es esencial para buscar la ayuda necesaria y tomar medidas hacia la recuperación.

  • Síntomas Físicos:
  1. Tolerancia Aumentada: La necesidad de consumir cantidades cada vez mayores de alcohol para sentir los mismos efectos.
  2. Síntomas de Abstinencia: Experimentar temblores, sudoración, náuseas y ansiedad cuando se intenta dejar de beber.
  3. Problemas de Salud: El alcoholismo puede llevar a problemas de salud graves, como cirrosis hepática, enfermedades cardíacas y daño cerebral.
  • Síntomas Emocionales:
  1. Depresión: El abuso crónico de alcohol a menudo conduce a la depresión, que puede empeorar con el tiempo.
  2. Ansiedad: Los alcohólicos pueden experimentar ansiedad extrema, especialmente durante los períodos de abstinencia.
  3. Cambios de Personalidad: La adicción al alcohol puede alterar la personalidad, causando irritabilidad, cambios de humor y comportamientos impulsivos.
  4. Aislamiento Social: Las personas con alcoholismo a menudo se retiran de amigos y familiares, perjudicando sus relaciones interpersonales.

Factores de riesgo para el alcoholismo

Factores de riesgo comunes incluyen la genética, el ambiente, el estrés y el trauma, la edad de inicio y los problemas de salud mental. La predisposición genética juega un papel importante, al igual que un entorno en el que el alcohol es fácilmente accesible.

Experiencias traumáticas o altos niveles de estrés pueden llevar a las personas a recurrir al alcohol como una forma de escape. Comenzar a consumir alcohol a una edad temprana está asociado con un mayor riesgo de adicción. Además, las personas con trastornos de salud mental, como la depresión o la ansiedad, pueden ser más propensas a abusar del alcohol como autotratamiento.

Combinación de Diazepam con Alcohol: Efectos y Riesgos

La combinación de Diazepam con alcohol puede tener efectos devastadores para la salud y la seguridad de una persona. El Diazepam, un medicamento de la clase de las benzodiacepinas, se utiliza comúnmente para tratar la ansiedad, el insomnio y otros trastornos. Por otro lado, el alcohol es una sustancia ampliamente consumida en nuestra sociedad. Sin embargo, cuando se combinan, estos dos compuestos pueden potenciar sus efectos sedantes y depresores en el sistema nervioso central.

La interacción entre el Diazepam y el alcohol puede resultar en una disminución significativa de la función cognitiva y motora, lo que puede llevar a dificultades para pensar claramente, coordinarse y tomar decisiones acertadas. Además, la combinación de ambas sustancias aumenta el riesgo de sobredosis, ya que ambas actúan como depresores del sistema nervioso central y pueden suprimir la respiración de forma peligrosa.

Asimismo, esta combinación puede tener un impacto negativo en el hígado y otros órganos, por el hecho de que tanto el Diazepam como el alcohol son procesados en el hígado. La sobrecarga de trabajo en este órgano puede conducir a daños hepáticos y complicaciones graves.

¿Qué es el Diazepam y cómo funciona?

El Diazepam es un fármaco perteneciente a la clase de las benzodiacepinas, por lo cual puede haber benzodiacepinas adicción, utilizadas comúnmente en el tratamiento de trastornos como la ansiedad, el insomnio, los espasmos musculares y la abstinencia alcohólica. Este medicamento actúa sobre el sistema nervioso central, proporcionando efectos sedantes, ansiolíticos, relajantes musculares y anticonvulsivos.

El Diazepam ejerce su acción principal al potenciar los efectos de un neurotransmisor llamado ácido gamma-aminobutírico (GABA). El GABA es un mensajero químico inhibidor que reduce la actividad neuronal en el cerebro, produciendo un efecto calmante y relajante. Al aumentar la actividad del GABA, el Diazepam disminuye la excitabilidad de las células cerebrales, lo que ayuda a reducir la ansiedad, promover la relajación muscular y controlar las convulsiones.

Además de sus efectos en el sistema nervioso central, el Diazepam también tiene propiedades amnésicas, lo que significa que puede dificultar la formación y retención de nuevos recuerdos.

Es importante destacar que el Diazepam debe utilizarse bajo prescripción médica y siguiendo las indicaciones adecuadas. Su uso prolongado o sin supervisión médica puede llevar a la dependencia y al desarrollo de tolerancia, lo que implica que se requiere una dosis cada vez mayor para obtener los mismos efectos.

Características del Diazepam

Una de las características distintivas del Diazepam es su rápida acción. Después de su administración oral, alcanza su concentración máxima en el torrente sanguíneo en aproximadamente una hora. Esto permite que el medicamento comience a aliviar los síntomas rápidamente, proporcionando una sensación de calma y relajación.

Además, el Diazepam se metaboliza en el hígado a través de un proceso enzimático llamado hidroxilación. Este metabolismo hepático puede influir en la duración de sus efectos y en la forma en que se elimina del cuerpo. Debido a esto, es importante tener en cuenta el estado hepático del paciente al prescribir y administrar el Diazepam.

Otra característica relevante del Diazepam es su potencial para causar dependencia física y psicológica cuando se utiliza de forma prolongada o en dosis altas. Por esta razón, se recomienda utilizar este medicamento bajo la supervisión de un médico y siguiendo las indicaciones adecuadas. La interrupción brusca del tratamiento puede provocar síntomas de abstinencia, como ansiedad, insomnio y agitación.

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El consumo de alcohol y sus efectos en el organismo

El consumo de alcohol puede tener una serie de efectos perjudiciales en el organismo, si necesitas ayuda no dudes en contactar con nuestro centro de alcoholismo Madrid. Aunque el alcohol es una sustancia legal y ampliamente aceptada en muchas culturas, es importante comprender los efectos que puede tener a corto y largo plazo.

En primer lugar, el alcohol actúa como un depresor del sistema nervioso central. Esto significa que puede afectar el funcionamiento del cerebro, disminuir la coordinación motora y los tiempos de reacción, así como alterar el juicio y la toma de decisiones. Estos efectos pueden aumentar el riesgo de accidentes automovilísticos, caídas y comportamientos arriesgados.

Además, el consumo excesivo y prolongado de alcohol puede causar daños graves en varios órganos del cuerpo. El hígado es especialmente vulnerable, ya que es responsable de metabolizar el alcohol. El abuso de alcohol puede conducir a enfermedades hepáticas como la esteatosis hepática, la hepatitis alcohólica y la cirrosis.

El corazón también puede sufrir las consecuencias del consumo excesivo de alcohol. El consumo crónico de alcohol puede llevar al desarrollo de enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión arterial, el agrandamiento del corazón y la cardiomiopatía.

Además, el alcohol puede afectar el sistema digestivo, causando inflamación del revestimiento del estómago, gastritis y úlceras. También puede debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que el cuerpo sea más susceptible a infecciones.

Efectos del alcohol en el sistema nervioso central

El alcohol es conocido por sus efectos en el sistema nervioso central (SNC). Al ser consumido, el alcohol se absorbe rápidamente en el torrente sanguíneo y llega al cerebro, donde comienza a afectar su funcionamiento.

El alcohol actúa como un depresor del SNC, lo que significa que disminuye la actividad cerebral y afecta la comunicación entre las células nerviosas. Esto se traduce en una reducción de la coordinación motora, dificultades para pensar con claridad, disminución del juicio y cambios en el estado de ánimo.

A medida que aumenta el consumo de alcohol, los efectos en el SNC se intensifican. Puede provocar una disminución en los tiempos de reacción, afectar la memoria y la capacidad de aprendizaje, e incluso conducir a la pérdida de conciencia.

El consumo excesivo y prolongado de alcohol puede tener consecuencias graves en el SNC. Puede dañar las células cerebrales y llevar a trastornos neurológicos, como la demencia alcohólica. Además, el alcoholismo crónico puede provocar un síndrome de abstinencia cuando se interrumpe el consumo, lo que puede manifestarse con síntomas como ansiedad, temblores e incluso convulsiones.

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Riesgos y consecuencias de combinar Diazepam y Alcohol

La combinación de Diazepam y alcohol presenta una serie de riesgos y consecuencias graves para la salud. Tanto el Diazepam, un medicamento de la clase de las benzodiacepinas, como el alcohol, son depresores del sistema nervioso central, y su combinación puede potenciar sus efectos sedantes y depresores.

Uno de los principales riesgos de combinar Diazepam con alcohol es la disminución significativa de la función cognitiva y motora. Esta combinación puede provocar confusión, dificultades para pensar claramente, pérdida de coordinación y reacciones más lentas. Estos efectos aumentan el riesgo de accidentes automovilísticos, caídas y lesiones graves.

Además, la combinación de Diazepam y alcohol aumenta la posibilidad de una sobredosis. Ambas sustancias actúan como depresores del sistema nervioso central y pueden suprimir la respiración de manera peligrosa. El consumo excesivo de alcohol mientras se toma Diazepam puede intensificar los efectos sedantes y aumentar el riesgo de colapso respiratorio y coma.

El hígado también se ve afectado negativamente por la combinación de Diazepam con alcohol. Ambas sustancias son metabolizadas en el hígado, y su consumo conjunto puede sobrecargar este órgano y provocar daños hepáticos, como la hepatitis alcohólica.

Además, la combinación de Diazepam y alcohol puede tener un impacto negativo en el sistema gastrointestinal, causando náuseas, vómitos y malestar estomacal. También puede afectar el funcionamiento del sistema cardiovascular, aumentando el riesgo de hipotensión y arritmias cardíacas.

Recomendaciones para evitar la combinación de Diazepam con Alcohol

Evitar la combinación de Diazepam con alcohol es fundamental para garantizar la salud y seguridad de una persona. A continuación, se presentan algunas recomendaciones importantes a seguir:

  • Consulta a un profesional de la salud: Antes de tomar Diazepam u otros medicamentos, es crucial buscar el asesoramiento de un médico. Informa al médico sobre cualquier consumo de alcohol y sigue estrictamente sus instrucciones en cuanto al uso de medicamentos.
  • Conoce los riesgos: Familiarízate con los efectos y riesgos asociados tanto al Diazepam como al consumo de alcohol. Comprender los peligros puede ayudarte a tomar decisiones informadas y responsables sobre tu salud.
  • Evita el consumo de alcohol: Si se te ha recetado Diazepam, es aconsejable evitar completamente el consumo de alcohol durante el período de tratamiento. El alcohol puede interferir con la eficacia del medicamento y aumentar el riesgo de efectos secundarios graves.
  • Sigue las indicaciones médicas: Si te han recetado Diazepam, asegúrate de seguir las instrucciones de dosificación y duración del tratamiento establecidas por tu médico. No ajustes la dosis ni interrumpas el tratamiento sin su consentimiento.
  • Busca alternativas saludables: En lugar de recurrir al alcohol para lidiar con el estrés o la ansiedad, considera adoptar estrategias alternativas, como la práctica de técnicas de relajación, el ejercicio regular, la meditación o la terapia de apoyo.
  • Sé consciente de los efectos: Si consumes Diazepam y eventualmente decides beber alcohol en algún momento después de suspender el medicamento, ten en cuenta que los efectos del alcohol pueden ser más intensos debido a la posible persistencia del Diazepam en tu organismo. Sé cauteloso y consume alcohol con moderación, si decides hacerlo.

Recuerda que siempre es importante seguir las recomendaciones médicas y buscar orientación profesional para garantizar una combinación segura de medicamentos y evitar cualquier interacción peligrosa con el alcohol.

Ansiedad por Creatina Quinasa Alta

La creatina quinasa (CK) es una enzima que se encuentra en todo el cuerpo, pero principalmente en el músculo esquelético y el corazón. Es responsable de la producción de energía en las células musculares a través de la creatina fosfato, que se utiliza durante el ejercicio de alta intensidad. Un aumento en los niveles de CK puede ser indicativo de daño muscular y puede ser una señal de ansiedad para aquellos que se preocupan por su salud.

En este artículo, desde el Centro de Tratmientos de Adicciones en Madrid nos centraremos en la ansiedad por creatina quinasa alta y cómo puede afectar a la salud mental de una persona. También discutiremos las causas comunes de un aumento en los niveles de CK y cómo se puede prevenir.

¿Qué es la Ansiedad por Creatina Quinasa Alta?

La ansiedad por creatina quinasa alta es una preocupación excesiva y persistente por los niveles de CK en el cuerpo. Aunque la creatina quinasa alta en sí misma no es una condición médica grave, puede ser un indicador de otros problemas de salud que deben ser evaluados. Algunas personas pueden experimentar ansiedad y estrés debido a la posibilidad de tener daño muscular o una afección médica subyacente.

Como hemos comentado, la ansiedad es un trastorno mental que se caracteriza por sentimientos de preocupación, miedo, tensión y otros síntomas físicos y emocionales. La ansiedad puede ser causada por una variedad de factores, como el estrés, la genética o una condición médica subyacente.

Si una persona experimenta síntomas de ansiedad y tiene niveles elevados de CK en la sangre, es importante que consulte con un profesional médico para determinar la causa subyacente de ambos síntomas y recibir un diagnóstico y tratamiento adecuados.

Creatina Quinasa Alta

Causas comunes de un aumento en los niveles de Creatina Quinasa

Hay varias causas comunes de un aumento en los niveles de creatina quinasa. Algunas de ellas incluyen:

  • Lesiones musculares: Una lesión muscular puede causar daño en las células musculares, lo que puede llevar a un aumento en los niveles de CK en el cuerpo. Los deportistas y las personas que practican ejercicios de alta intensidad son más propensos a sufrir lesiones musculares y, por lo tanto, pueden tener un aumento en los niveles de CK.
  • Ejercicio extenuante: El ejercicio extenuante puede aumentar temporalmente los niveles de CK en el cuerpo. Sin embargo, estos niveles suelen volver a la normalidad en unas pocas horas o días.
  • Medicamentos: Algunos medicamentos, como las estatinas utilizadas para reducir los niveles de colesterol, pueden aumentar los niveles de CK en el cuerpo.
  • Enfermedades musculares: Las enfermedades musculares como la distrofia muscular pueden causar un aumento en los niveles de CK en el cuerpo.

¿Cómo se puede prevenir un aumento en los niveles de Creatina Quinasa?

Aunque es difícil prevenir completamente un aumento en los niveles de CK, hay algunas medidas que se pueden tomar para minimizar el riesgo:

  • Calentar antes del ejercicio: Es importante calentar adecuadamente antes de realizar cualquier tipo de ejercicio para reducir el riesgo de lesiones musculares.
  • Gradualidad: Es importante aumentar gradualmente la intensidad del ejercicio para permitir que el cuerpo se adapte y reducir el riesgo de lesiones musculares.
  • Descanso adecuado: Es importante permitir que los músculos descansen y se recuperen adecuadamente después del ejercicio para reducir el riesgo de lesiones musculares y disminuir los niveles de CK.

La relación entre la Ansiedad y los niveles elevados de Creatina Quinasa en la sangre

La ansiedad y los niveles altos de creatina quinasa (CK) no tienen una relación directa entre sí. Sin embargo, algunas personas pueden experimentar ansiedad o preocupación excesiva cuando descubren que tienen niveles elevados de CK en un análisis de sangre.

Los niveles de CK pueden aumentar en respuesta a diversas situaciones, como lesiones musculares, actividad física extenuante, medicamentos o condiciones médicas como miopatías inflamatorias. En algunas personas, los niveles elevados de CK pueden no tener una causa identificable.

La ansiedad puede ser una respuesta emocional a la preocupación por los niveles elevados de CK, especialmente si la persona no está segura de la causa subyacente. Además, la ansiedad en sí misma puede causar síntomas físicos, como tensión muscular y fatiga, que pueden aumentar los niveles de CK.

En general, es importante hablar con su médico si está preocupado por los niveles elevados de CK. Juntos, pueden determinar la causa subyacente y si se necesita algún tratamiento. Si la ansiedad es un problema, también es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental para manejarla adecuadamente.

 

Nivel de creatina alto

Consejos para manejar la ansiedad y la Creatina Quinasa Alta

Si experimenta ansiedad o preocupación por sus niveles elevados de creatina quinasa (CK), desde ATiempo Adicciones le damos algunos consejos que pueden ayudarle a manejarlos:

  1. Comunicarse con su médico: Hable con su médico sobre sus preocupaciones y pregunte sobre las posibles causas subyacentes de sus niveles elevados de CK. Su médico también puede recomendar cambios en su estilo de vida o tratamientos médicos para reducir los niveles de CK y prevenir lesiones musculares.
  2. Practicar técnicas de relajación: La ansiedad puede causar tensión muscular y fatiga, lo que puede aumentar los niveles de CK. Practique técnicas de relajación, como la meditación, la respiración profunda o el yoga, para reducir la tensión muscular y el estrés.
  3. Mantener un estilo de vida saludable: Mantener un estilo de vida saludable puede ayudar a reducir los niveles de CK y prevenir lesiones musculares. Asegúrese de dormir lo suficiente, comer una dieta equilibrada y hacer ejercicio regularmente.
  4. Buscar ayuda de un profesional de la salud mental: Si la ansiedad es un problema, considere buscar ayuda de un profesional de la salud mental. Un psicólogo o psiquiatra en Madrid puede ayudarlo a desarrollar habilidades para manejar la ansiedad y reducir su impacto en su vida diaria.
  5. Tomar medidas preventivas: Si tiene niveles elevados de CK debido a lesiones musculares o actividad física extenuante, tome medidas preventivas para reducir el riesgo de lesiones futuras. Esto puede incluir estiramientos adecuados antes y después del ejercicio, descansar y permitir que su cuerpo se recupere entre las actividades físicas, y evitar ejercicios intensos que puedan causar lesiones.

En general, es importante trabajar con su médico y otros profesionales de la salud para manejar adecuadamente los niveles elevados de CK y cualquier ansiedad asociada. Con el tiempo y el tratamiento adecuado, puede reducir los niveles de CK y mejorar su bienestar mental y físico.

Desde ATiempo Adicciones le podemos atender e intentar ofrecer la mejor solución posible para su problema. ¡No dude en contactarnos!

Síndrome de Abstinencia de Alcohol: Síntomas, Causas y Tratamiento

El síndrome de abstinencia de alcohol es una serie de síntomas físicos y mentales que pueden ocurrir cuando una persona que ha estado bebiendo alcohol de forma excesiva durante un período prolongado de tiempo deja de beber o reduce drásticamente su consumo de alcohol. Este síndrome puede ser peligroso e incluso mortal si no se trata adecuadamente y por ello desde ATiempo Adicciones centro adicciones Madrid ofrecemos como servicio su tratamiento. En este artículo, hablaremos de las causas, los síntomas y el tratamiento del síndrome de abstinencia de alcohol.

Causas del Síndrome de Abstinencia de Alcohol

El síndrome de abstinencia de alcohol se produce cuando el cuerpo se acostumbra al consumo regular de alcohol y luego se detiene repentinamente. El alcohol afecta al cerebro y al sistema nervioso central, y con el tiempo, el cuerpo se adapta a su presencia. Cuando una persona deja de beber, el cuerpo debe ajustarse para funcionar sin alcohol, lo que puede causar una serie de síntomas.

Las personas que beben en exceso durante períodos prolongados son más propensas a experimentar el síndrome de abstinencia de alcohol. Además, la frecuencia y cantidad de alcohol consumido también pueden influir en el desarrollo del síndrome. Las personas que beben diariamente durante largos períodos y beben grandes cantidades de alcohol son más propensas a desarrollar síndrome de abstinencia de alcohol.

Síntomas del Síndrome de Abstinencia de Alcohol

Los síntomas del síndrome de abstinencia de alcohol pueden variar de leves a graves y pueden ocurrir dentro de unas pocas horas después de la última bebida o pueden tardar varios días en aparecer. Los síntomas más comunes incluyen:

  • Temblores: temblores en las manos, brazos, pies y piernas.
  • Sudoración: sudoración excesiva, especialmente por la noche.
  • Náuseas y vómitos: sensación de náuseas y vómitos.
  • Ansiedad: sentimientos de ansiedad, inquietud e irritabilidad.
  • Insomnio: dificultad para dormir o permanecer dormido
  • Convulsiones: convulsiones que pueden ser leves o graves.
  • Alucinaciones: ver, oír o sentir cosas que no están allí.
  • Confusión: confusión mental y desorientación.
  • Hipertensión arterial: aumento de la presión arterial.
  • Taquicardia: latidos del corazón acelerados.

Tratamiento del Síndrome de Abstinencia de Alcohol

El tratamiento del síndrome de abstinencia de alcohol varía según la gravedad de los síntomas. En casos leves, el tratamiento puede ser tan simple como asegurarse de que la persona tenga suficiente agua y alimentos nutritivos y descansar adecuadamente. Sin embargo, en casos más graves, el tratamiento puede ser necesario en un entorno médico, como por ejemplo acudir a centros alcoholismo Comunidad de Madrid.

En un entorno médico, el tratamiento puede incluir medicamentos para controlar los síntomas, como benzodiacepinas y barbitúricos. Estos medicamentos ayudan a reducir la ansiedad y los temblores, así como a prevenir las convulsiones. Además, pueden ser necesarias terapias intravenosas para tratar la deshidratación y los desequilibrios electrolíticos que pueden ocurrir durante el síndrome de abstinencia de alcohol.

En casos más graves, la persona puede requerir hospitalización para recibir tratamiento. La hospitalización puede ser necesaria si la persona tiene convulsiones frecuentes, está deshidratada, tiene trastornos mentales graves o está en riesgo de sufrir delirium tremens.

Prevención del Síndrome de Abstinencia de Alcohol

La mejor manera de prevenir el síndrome de abstinencia de alcohol es reducir el consumo de alcohol de manera gradual en lugar de detenerlo de forma abrupta. Si una persona está considerando dejar de beber, es importante que hable con un profesional de la salud antes de hacerlo. El profesional de la salud puede proporcionar orientación y apoyo sobre cómo reducir el consumo de alcohol de manera segura y efectiva.

Es importante tener en cuenta que el síndrome de abstinencia de alcohol es una señal de que una persona tiene un problema con el alcohol. Si una persona tiene dificultades para reducir su consumo de alcohol, es importante que busque ayuda profesional para tratar su adicción.

¿Qué causa el síndrome de abstinencia de alcohol?

El síndrome de abstinencia de alcohol se produce cuando el cuerpo se acostumbra al consumo regular de alcohol y luego se detiene repentinamente. El alcohol afecta al cerebro y al sistema nervioso central, y con el tiempo, el cuerpo se adapta a su presencia. Cuando una persona deja de beber, el cuerpo debe ajustarse para funcionar sin alcohol, lo que puede causar una serie de síntomas.

¿Cuáles son los síntomas del síndrome de abstinencia de alcohol?

Los síntomas del síndrome de abstinencia de alcohol pueden variar de leves a graves y pueden ocurrir dentro de unas pocas horas después de la última bebida o pueden tardar varios días en aparecer. Los síntomas más comunes incluyen temblores, sudoración excesiva, náuseas y vómitos, ansiedad, insomnio, convulsiones, alucinaciones, confusión, hipertensión arterial y taquicardia.

¿Cómo se trata el síndrome de abstinencia de alcohol?

El tratamiento del síndrome de abstinencia de alcohol varía según la gravedad de los síntomas. En casos leves, el tratamiento puede ser tan simple como asegurarse de que la persona tenga suficiente agua y alimentos nutritivos y descansar adecuadamente. Sin embargo, en casos más graves, el tratamiento puede ser necesario en un entorno médico. El tratamiento puede incluir medicamentos para controlar los síntomas, terapias intravenosas para tratar la deshidratación y los desequilibrios electrolíticos, y en casos más graves, hospitalización.

El síndrome de abstinencia de alcohol es un problema serio que puede ser peligroso e incluso mortal si no se trata adecuadamente. Las personas que beben en exceso durante períodos prolongados son más propensas a experimentar el síndrome de abstinencia de alcohol. Los síntomas del síndrome pueden variar de leves a graves e incluyen temblores y sudoración excesiva entre otras.

Dilemas morales para adolescentes

La adolescencia es una fase muy importante dentro de nuestro desarrollo cognitivo, afectivo, social y moral; ya que se trata de una etapa en la que se empiezan a asentar las bases de la personalidad y los valores que tendrá el futuro joven-adulto.

De este modo, es muy importante que tanto en el ámbito familiar como académico se le planteen a los adolescentes una serie de dilemas morales que les ayuden a poner en marcha capacidad de razonamiento moral y reforzar o modificar su sistema de principios y valores.

De esta forma, los dilemas morales son breves textos orales o escritos en los que se le plantean a los jóvenes una situación problemática en la que entran en conflictos diferentes valores, lo cual obliga a los adolescentes a reflexionar antes de dar una respuesta la cual debe estar razonada.

Por ello, son cada vez más los centros educativos que, dada la creciente pérdida de valores que presentan los jóvenes actualmente, han decidido trabajar la educación emocional y la ética a través del planteamiento de dilemas morales que hagan reflexionar a nuestro jóvenes sobre cómo se enfrentarían a determinadas situaciones que podrían acontecer en su día a día, ya que estos dilemas están relacionados con temas con los que tienen lidiar los adolescentes tales como la responsabilidad, la lealtad, la honestidad, el perdón, la gratitud, la solidaridad, la justicia, el respeto, la tolerancia, la igualdad, etc.

Beneficios de los dilemas morales en adolescentes

Los dilemas morales son un potente instrumento pedagógico que permite a los jóvenes realizar un ejercicio de introspección que les ayudará a conocerse mejor a sí mismo y a reflexionar sobre sus propios valores y actitudes.

De esta manera, el planteamiento de dilemas morales tanto en clase como en consulta permite que al adolescente no solo tanto conocer como jerarquizar su propia escala de valores, sino también a desarrollar habilidades básica para una convivencia armoniosa en sociedad como la empatía, el respeto o la solidaridad entre otros muchos más.

Asimismo, el planteamiento de dilemas morales para adolescentes les permite desarrollar sus habilidades dialécticas y argumentativas, mejorando así su competencia comunicativa y lingüística notoriamente.

Además, el planteamiento de dilemas morales harán que los jóvenes se cuestionen situaciones de carácter sentimental y afectivo, contribuyendo por ello al desarrollo de la llamada inteligencia emocional y aprendiendo a aplicar estos conocimientos en la resolución de conflictos cotidianos.

Tipos de dilemas morales para adolescentes

La mayoría de los dilemas morales que se le plantean a jóvenes o adolescentes suelen pertenecer a alguna de estas dos categorías:

  • Dilemas de análisis

Son aquellas situaciones hipotéticas en las que se pone en contexto a los jóvenes y se les explica que el protagonista del problema ya ha tomado una decisión que será moralmente cuestionable. De esta forma, esta modalidad de dilemas tiene como objetivo que los participantes emitan sus juicios de valor en función de la premisa que se les ha presentado.

  • Dilemas de solución

En esta clase de dilemas se expone a los jóvenes un problema abierto para que debatan y expliquen cuál sería la mejor solución atendiendo a las características y circunstancias del caso presentado. Para ello deberá desarrollar la empatía y ponerse en la piel de los diferentes personajes que se presentan en el caso.

  • Dilemas morales reales

Son aquellas situaciones reales extraídas de experiencias de los propios jóvenes o de noticias, revistas y periódicos sobre las que podemos hacer reflexionar a los jóvenes sobre sus pensamientos y conductas morales. Este tipo de dilemas suelen resultarles muy motivadores, ya que les permite conectar y empatizar más fácilmente con el caso.

Si te ha interesado este artículo y te gustaría saber más sobre diferentes temas relacionados con la psicología, te recomendamos que le eches un vistazo completo a nuestro blog para descubrir todos nuestros posts.

Qué es el efecto placebo

Diversas investigaciones han concluido que la línea que separa mente y cuerpo es mucho más delgada de lo que imaginábamos, siendo nuestra mente la responsable de la mayoría de las sensaciones que experimenta nuestro cuerpo.

Por ello, se han realizado diferentes estudios sobre cómo esta fuerte conexión entre mente y cuerpo es una de las principales causas de algunas dolencias comunes, como dolores de cabeza frecuentes, molestias estomacales y musculares o alteraciones en el estado de ánimo; ya que el cuerpo es capaz de experimentar aquello que la mente cree.

Por esta razón, durante las últimas décadas se ha profundizado en el estudio del efecto placebo y en qué resultados presenta su aplicación en la cura de diversas dolencias y enfermedades.

De este modo, el placebo es una sustancia que carece de valor medicinal y no contiene sustancias que puedan provocar efectos farmacológicos, tratándose así de una especie de falso medicamento, completamente inocuo, que se utiliza para convencer a la mente de los pacientes de que el medicamente está surtiendo efecto, con la finalidad de que el cuerpo deje de sentir dolor o malestar.

De esta forma, a la hora de ingerir el analgésico, el paciente experimenta el denominado efecto placebo, ya que cree que la toma del medicamento conlleva una serie de efectos farmacológicos que, en realidad no presenta, pero aun así consiguen experimentar una mejoría en su bienestar físico o mental.

Diversos estudios han demostrado que el uso de placebos muestran especialmente buenos resultados para el tratamiento de trastornos psicológicos, mostrando notables mejorías tras la finalización del tratamiento.

También resulta importante destacar que, en la actualidad, existen una gran variedad de placebos, siendo los comprimidos y las cápsulas los formatos más efectivos para que el paciente desarrolle el efecto placebo.

Cómo funciona el efecto placebo

Para que el paciente experimente el efecto placebo resulta necesitamos que el paciente tenga expectativas de que puede curarse a través de la medicación, ya que este hecho condicionará la respuesta dada por su organismo al tratamiento. De este modo, cuánto más confíe en paciente en los efectos de la medicación, mayores serán los efectos que “produzca” el placebo en su cuerpo.

De esta forma, los tratamientos con placebos son un claro ejemplo de condicionamiento clásico, ya que el placebo se trata de una sustancia inocua que es capaz engañar a nuestra mente para que active diferentes vías neuronales que se encargan de la inhibición del dolor a pesar de tratarse de un compuesto que no presentan ningún tipo de carga farmacológica.

Por ello, el grado de sugestión que presente el paciente juega un papel muy importante en el efecto placebo, ya que necesitamos que el paciente crea que los efectos sanadores que está sintiendo son fruto del comprimido que ha ingerido.

De este modo, se ha demostrado gracias a diferentes estudios que el efecto placebo presenta efectos bastante positivos para el tratamiento de diversos síntomas relacionados con diferentes tipos de trastornos del ánimo, tales como la ansiedad, la depresión, el estrés o la culpabilidad; mejorando así la vida de estos pacientes y permitiéndoles gozar de mayor bienestar emocional.

De este modo, el efecto placebo es un fenómeno muy interesante del que aún se están realizando diversas investigaciones, ya que sienta sus bases en que el poder de la mente podría manipular el dolor para reducirlo y conseguir así sanar a nuestro organismo.

Sin embargo, cuando nos hallamos inmersos en un episodio real de depresión, estrés o ansiedad la mejor solución es acudir a terapia para ponernos en mano de un especialista que nos ofrezca un tratamiento psicológico y personalizado que nos permita aprender nuevas formas de pensar, actuar, sentir y relacionarnos con los demás. Por ello, si te encuentras en esta situación te recomendamos pedir cita en A tiempo adicciones, nuestro centro psicológico situado en Madrid donde nuestros profesionales te acompañarán a lo largo de todo el proceso de recuperación.

Problemas de pareja por drogas

La adicción a las drogas es un problema que no solo afecta a la estructura y el funcionamiento del cerebro de la persona que la padece, sino que además es la raíz de múltiples conflictos que se producen entre esta persona y sus amigos y familiares, logrando deteriorar sus relaciones sociales y sus vínculos afectivos.

De esta forma, una de las personas que se ven más afectadas, así como arrastradas, por esta situación son las parejas de las personas drogodependientes, las cuales conviven con ellos y sufren día a día las nefastas consecuencias que acarrea este tipo de adicción.

Si tienes algún amigo o familiar cuya pareja tiene problemas de adicción con las drogas, te recomendamos que sigas leyendo este post para comprender un poco mejor su situación, así como para conocer diferentes formas de ofrecerle apoyo y ayuda.

¿Cómo es convivir con una persona drogodependiente?

Cuando uno de los miembros de una pareja presenta un problema de adicción con las drogas, se generan múltiples conflictos en el ámbito familiar, ya que la persona adicta presenta un desequilibrio psicológico y social que le impide ejercer su papel dentro de la relación, dando lugar a una disfuncionalidad dentro de la pareja que puede llegar a romper los vínculos afectivos entre ambos.

De este modo, la pareja de una persona adicta a los estupefacientes convive con una alguien muy diferente al que conoció, ya que estas sustancias no solo son capaces de modificar su personalidad, sino también de convertirlas en personas más impulsivas, inestables emocionalmente e incluso agresivas.

De esta manera, las relaciones sentimentales con personas con drogadicción pueden llegar a ser un auténtico tormento, no solo por las más que frecuentes discusiones que genera esta situación, sino porque sus parejas se encuentran en la mayoría de los casos completamente desamparadas, recayendo toda la responsabilidad del bienestar de la familia sobre sus hombros, lo cual incide negativamente en su estado emocional.

Asimismo, en este tipo de relaciones existen muchos casos de codependencia, ya que las personas con problemas de adicción a las drogas creen que depende de su pareja para poder superar la adicción, mientras que su pareja se dedica en cuerpo y alma a intentar satisfacer todas las necesidades y carencias del adicto; convirtiéndose así en una relación tóxica y perjudicial para ambos.

¿Qué podemos hacer para ayudar a la pareja de una persona drogodependiente?

Si conocemos a alguien que se encuentra en esta situación lo primero que debemos hacer es ofrecerle nuestro apoyo y ayuda.

En muchas ocasiones, esta persona se negará a aceptar nuestra ayuda ya sea por vergüenza o porque aún no es capaz de asimilar este problema. No obstante, nuestro deber es el de hacerle saber que estamos dispuestos a escuchar sin realizar críticas o juicios de valor, ya que nuestro principal objetivo será el de conseguir que esta persona se sienta arropada, comprendida y apoyada para poder ayudarla a salir de esta situación.

Si al hablar con esta persona percibes que se muestra ansiosa o estresada porque no es capaz de controlar la situación por la que está pasando en casa, debes indicarle que jamás debe autoinculparse y que lo único que puede hacer es brindarle apoyo a su pareja, pero la decisión de rehabilitarse sólo puede tomarla la persona con problemas de drogodependencia.

Si por el contrario se trata de una persona que sí es capaz de reconocer que su pareja tiene un problema de adicción con las drogas, puedes ofrecerte a acompañarla a pedir ayuda profesional, alegando que acudir a terapia o a un centro de rehabilitación tendrá múltiples beneficios no solo para la persona adicta a los estupefacientes, sino también para su pareja, consiguiendo mejorar el bienestar emocional de ambos y estableciendo un vínculo más sano con su familia.

Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad para conocer la situación a la que se enfrentan las parejas de personas drogodependientes. Recuerda que, si tanto tu pareja es adicta a las drogas como si conoces a alguien que convive con una persona drogodependiente, es importante pedir ayuda externa a profesionales para poder encontrar una solución a este problema.

Si necesitas ayuda puedes acudir a nuestro centro para el tratamiento de adicciones. Nuestro personal estará encantado de atenderte y proporcionarte el asesoramiento que necesites. Podemos ayudar con nuestra terapia de desintoxicación de la cocaína, tratamiento de adicción al cannabis o drogas de diseño.

Técnicas de relajación para dormir

Existen muchos factores que nos pueden quitar el sueño a menudo, como el ritmo de vida, una rutina inadecuada o unos hábitos poco saludables. Estos y otros influyen en la calidad del sueño, y al levantarnos por la mañana nos sentimos sin fuerzas.

No obstante, el cansancio solo es una consecuencia de dormir mal. Hay otras que son incluso más graves, como incapacidad para concentrarse, problemas para recordar cosas o un estado de irritación constante. Por eso es fundamental procurar descansar bien, para lo que puede ser necesario recurrir a técnicas de relajación que ayuden a conciliar el sueño.

Técnicas para relajarte y descansar mejor

Es probable que estás técnicas no te sean desconocidas, aunque no basta con saber que existen y cuáles son, sino que es importante ponerlas en práctica. Veamos algunas de las que mejor funcionan.

Tener una rutina de sueño

La primera técnica de relajación consiste en lo que se conoce como higiene del sueño, una rutina con la que el cuerpo se va preparando para descansar. La idea es bajar el ritmo poco a poco y que el organismo consiga un sueño de buena calidad. Para ello es necesario seguir algunas pautas, como:

  • Evitar bebidas como el café o el alcohol varias horas antes de acostarse.
  • Cenar por lo menos un par de horas antes de irse a la cama, no acostarse con el estómago lleno o haciendo la digestión.
  • Preparar la habitación para dormir, ventilando un poco antes para renovar el aire, manteniendo una temperatura adecuada y evitando que haya luz. Si es necesario, bajar a persiana del todo.
  • Hacer ejercicio moderado, pero nunca justo antes de irse a dormir.
  • No hacer siesta a medio día.
  • Levantarse siempre a la misma hora para que el cuerpo se acostumbre a un horario fijo.

No usar la cama para lo que está pensada

El único uso que se le debe dar a la cama es el de descansar. No mires la televisión o te pongas a trabajar en ella. Puedes leer un poco si te ayuda a relajarte, pero asegúrate de que tu cuerpo sabe que la cama solo es para dormir. Si pasada una media hora no te has dormido, levántate y da un paseo, o siéntate en el sofá un rato hasta que empieces a notar sueño.

Hay una excepción para usar la cama aparte de dormir, que es tener relaciones con tu pareja. Pero aparte de eso, en la cama solo hay que descansar.

Controla tus pensamientos

A menudo el problema para dormir viene de que no se puede dejar de dar vueltas a algo. Puede ser un problema que ha surgido, una inquietud o el temor a que pase algo que aún no ha ocurrido. Estos pensamientos hacen que el cerebro se mantenga muy activo, impidiendo que se relaje y que el cuerpo descanse bien.

La autoafirmación es una técnica muy eficaz en estos casos. Se trata de “hablar” con tu cerebro y decirle que piense en todo eso mañana, después de haber descansado por la noche. Ordena que piense en otra cosa y dile que de lo demás se encargará tu “yo” de mañana, que el “yo” de ahora tiene que dormir.

Ponerse en manos de un experto

Si estas técnicas de relajación para dormir no funcionan, o si la falta de sueño se debe a algún trastorno, es probable que necesites ayuda profesional. Puede que te recomiende alguna otra técnica o que necesites algún fármaco para dormir. Eso sí, nunca recurras a la automedicación, porque en lugar de ayudarte se pueden agravar aún más tus problemas.

Dormir bien es posible y necesario, así que pon en práctica estos consejos.

Técnicas de comunicación asertiva

Los seres humanos tenemos una capacidad impresionante para comunicarnos con nuestros semejantes, mucho más allá de decir frases. El lenguaje es solo una parte de la comunicación, e incluso podemos comunicarnos a veces sin una sola palabra.

En este artículo nos vamos a enfocar en la comunicación asertiva, una manera de expresarnos que resulta beneficiosa tanto para nosotros como para quienes nos rodean.

¿Qué es la comunicación asertiva?

La comunicación asertiva es hablar y expresarse con madurez, respeto y honestidad, alejando el foco de uno mismo y comprendiendo que la persona que nos escucha también tiene sentimientos, opiniones y necesidades propias.

Algunas veces no es fácil comunicarse de este modo, sobre todo cuando hay situaciones en las que se pierden los nervios, como cuando nos sentimos atacados o se sufre algún trastorno emocional. También es posible que nos hayamos criado en un entorno poco o nada asertivo, donde expresar lo que Ada uno siente o piensa no era lo habitual, y mucho menos hacerlo de forma respetuosa.

Sea como sea, cultivar la comunicación asertiva ayuda a la salud emocional porque no se queda nada reprimido, y a la vez se mantiene una relación cordial con nuestros interlocutores.

Técnicas de comunicación asertiva

Pasemos ahora a mostrar algunas de las técnicas de comunicación asertiva más eficaces, empleadas tanto para tener conversaciones a nivel comercial como para nuestro día a día con cualquier persona.

La técnica del “disco rayado”

Esta es una de las técnicas más útiles y fáciles de poner en práctica, que ayuda a no sentirse culpable cuando alguien trata de hacer que aceptemos algo que no podemos asumir. Consiste en mantenerse en una postura y repetirla con tranquilidad y respeto.

Por ejemplo, si se tiene una alta carga de trabajo y alguien viene para darnos más, podemos decir que no nos es posible aceptarlo en este momento. Si la persona trata de convencernos o hace caso omiso, seguimos repitiendo que no nos es posible aceptarlo en este momento. Y así hasta que lo entienda.

La técnica de la aceptación o empañamiento

Esta técnica de comunicación asertiva permite recibir críticas sin perder los nervios o ponernos a la defensiva, desmontando a quienes tratan de manipular con estas críticas. Para hacerlo hay que aceptar en que lo que dice tiene una parte de verdad, pero que somos nosotros quienes juzgamos nuestras acciones. Expresiones como “es verdad que tal vez no me haya implicado como debería”, o “tienes razón, puede que haya habido momentos en lo que no lo he hecho bien”.

Cambiar los verbos

La comunicación asertiva se caracteriza por ser directa, de modo que es importante expresar las cosas con el énfasis debido. Para ello se deben usar verbos de acción, como “necesito” o “quiero”, en lugar de “tendría que” o “debería hacer”. Una forma de expresar las cosas sin darle vueltas o dejarlas en el aire.

La empatía

Está técnica de comunicación asertiva implica ponernos en la mente de la otra persona, tratando de comprender su situación y por qué se siente así. Cada uno puede tener una opinión diferente debido a cómo se siente, pero a menudo es más una cuestión de perspectiva que de opuestos. Si piensas que la persona que hay frente a ti también siente y necesita cosas, te será más fácil hablar de forma franca pero respetuosa.

La comunicación asertiva ayuda a mejorar la autoestima

Tener una comunicación franca, abierta y respetuosa nos hace mucho bien, ya que mejora nuestra autoestima y nos ayuda a ser escuchados y no callarnos lo que sentimos solo por no ofender.

Esta forma de comunicación es el equilibrio entre faltar al respeto a los demás o dejarnos avasallar. Por tanto, es fundamental trabajar en ella.

A Tiempo, tratamiento de adicciones en Madrid.

Fobia a las multitudes: qué es y cómo superarla

La fobia a las multitudes es uno de los miedos más frecuentes y menos comprendidos por quienes no lo padecen. Su nombre clínico es enoclofobia, aunque nos referiremos de un modo coloquial para hablar acerca de esta fobia.

Si crees que sufres fobia a las multitudes o alguien de tu entorno puede encontrarse en esta situación, este post te será de ayuda. En Atiempo Adicciones queremos ayudar en todo lo posible, por lo que hablaremos de lo que es esta fobia y también veremos algunos métodos eficaces para superarla.

¿Qué es la fobia a las multitudes?

Como su propio nombre indica, se trata de un miedo irracional a estar rodeado de gente. Incluso se sufren ataques de pánico ante la sola idea de encontrarse en medio de multitudes de personas.

Este problema puede causar dificultades, porque la persona que lo padece llega a caer en un aislamiento social que llega a impedir el desarrollo normal de las actividades cotidianas. Cosas en apariencia tan simples como ir a comprar, acudir a un evento o dar un paseo se convierten en un trauma, incluso solo pensar en esta situación.

Hay un detalle importante, y es que la fobia a las multitudes no es lo mismo que la fobia social. Aunque esta última también puede producir angustia a la hora de estar en medio de un grupo, pero el miedo en este caso es a la opinión de otras personas, no a su presencia. Esto es lo que afecta a quienes sufren de fobia a las multitudes.

Síntomas de la fobia a las multitudes

Los síntomas de esta fobia se pueden agrupar en 3 grupos.

  • Reacciones físicas:
    • Sudor.
    • Presión en el pecho, produciendo falta de aire o latidos acelerados.
    • Temblor.
    • Agarrotamiento de los músculos.
    • Mareo y ganas de vomitar.
  • Pensamientos:
    • “Voy a perder el conocimiento”.
    • “Entre tanta gente, me va a ocurrir algo malo seguro”.
    • “Me siento morir en medio de la multitud”.
    • “Se me corta la respiración solo al pensar estar con tanta gente”.
  • Efectos en la conducta:
    • Evitar estar en áreas en las que hay muchas personas.
    • Salir corriendo cuando empieza a haber gente en un sitio.
    • Rechazar invitaciones y planes que requieran estar rodeados de gente.

Si después de leer en qué consiste este miedo irracional te das cuenta de que es lo que te pasa, lo primero que queremos decirte es que es algo más común de lo que piensas, y no se trata de un trastorno mental grave. De hecho, hay formas de superar la fobia a las multitudes.

Cómo superar esta fobia

Una vez identificado el problema, es fundamental tener un plan de acción con el que trabajar para superar la fobia a las multitudes.

Lo primero es reconocer la situación y no pensar que se trata de una locura. El miedo es real, tiene nombre y no es culpa tuya.

También es muy importante solicitar la ayuda de un profesional, que te proporcione los recursos que necesitas para superar esta fobia. Aislarse y tratar de restarle importancia no hará sino aumentar el problema, mientras que dejarse ayudar es lo mejor.

A menudo, es la mente la que bombardea con pensamientos negativos de lo que puede pasar al estar rodeados de gente. Es esencial luchar contra estas ideas y cambiarlas por otras más realistas, un paradigma en el que todo sea más normal.

A veces puede superarse la fobia a las multitudes con una técnica de exposición, una terapia de choque que exponga a quien la padece a estar con gente. Siempre de un modo controlado y gradual, aumentando la cantidad de personas poco a poco para que te vayas acostumbrando a la situación.

Recuerda que la fobia a las multitudes tiene solución, así que déjate ayudar y verás cómo cambia tu vida.

Cómo controlar la ansiedad de comer

En muchas ocasiones, cuando se padecen episodios de ansiedad se trata de llenar un vacío. Lo normal es hacerlo a través de la comida, pero la ansiedad de comer puede llevarte a otros problemas de salud, como aumento de peso o una mala alimentación.

Si sientes que al pasar por momentos de tensión no puedes evitar ir corriendo a la nevera, no eres la única persona que lo hace. De hecho, es una situación mucho más habitual de lo que parece. Además, lo bueno es que puedes hacerle frente y controlar este impulso.

¿Qué relación tiene la ansiedad con la comida?

Uno de los motivos por los que es tan fácil caer en la ansiedad de comer se debe a que todos los seres humanos necesitamos alimentarnos. Además, hay un componente social en la comida, e incluso a menudo la identificamos con eventos festivos o recompensas por un trabajo bien hecho.

Este concepto nos lleva a percibir los alimentos como un refugio cuando nuestra mente se enfrenta a situaciones de tensión. Cuando aparecen, algunas personas tratan de afrontarla usando las herramientas que tiene a mano, como salir a hacer ejercicio, llamar a alguien para hablar o llenar un vacío con comida.

Lo cierto es que comer cuando se tiene ansiedad no es negativo siempre. El problema está en el tipo de alimento que se consume, y cómo te sientes después de haberlo ingerido. Si te dejas arrastrar por el impulso de comer dulces o alimentos poco equilibrados, es muy probable que te sientas mal después. Esto aumenta la ansiedad y te lleva a tratar de afrontarlo con más comida, generando un trastorno alimentario muy peligroso.

– ¿Cómo sé si padezco ansiedad de comer?

La ansiedad de comer se caracteriza por un deseo muy fuerte de comer sin tener hambre. Casi siempre se trata de alimentos con muchas calorías o azúcar, por lo que en realidad no aportan nutrientes y no se debe a que el cuerpo necesite alimentarse.

En la mayoría de ocasiones la comida no te alivia, sino que genera un sentimiento de culpa que aumenta la ansiedad.

Si sufres este tipo de episodios con frecuencia, lo más probable será que se trate de ansiedad de comer. La mente te está diciendo que necesitas afrontar tu ansiedad, y decide hacerlo a través de la comida.

¿Cómo controlar la ansiedad de comer?

Para recuperar el control, lo primero que hace falta es identificar el motivo de la ansiedad. De este modo se pueden encontrar recursos para afrontarla. Es bastante probable que necesites ayuda externa, tanto para reconocer que sufres ansiedad por comer como para desarrollar un plan de acción que la controle.

Hay ciertas cosas que puedes probar para combatir la ansiedad sin recurrir a la comida. Lo importante es encontrar algo que te ayude a sentirte mejor. Por ejemplo:

  • Salir a pasear.
  • Practicar algún deporte.
  • Poner en práctica alguna afición creativa (dibujar, escribir, esculpir, etc.).
  • Usar técnicas de relajación contra la ansiedad.
  • Llamar a alguien de confianza para charlar.

Si después de probar estas técnicas la ansiedad de comer continúa, no te tortures ni pienses que tu caso es imposible. Trata de comer de un modo consciente, sabiendo que hay momentos en los que no se puede frenar el impulso.

También es necesario que busques ayuda para identificar el origen de la ansiedad, ya que comer solo es algo que se ve, pero el problema es más profundo. El equipo de Atiempo cuenta con profesionales expertos en la salud emocional, para proporcionarte los recursos que necesitas y recuperar el control de tu vida.

Ponte en contacto con nosotros y te daremos la atención personalizada que necesitas.

Cómo saber cuando alguien es adicto

La capacidad de saber si una persona es adicta es algo que es más fácil de reconocer para alguien que sea profesional y experto en el tema.

Por otro lado que cualquier persona, sin importar su educación, pueda reconocer los síntomas que indican que alguien es adicto es esencial, en especial, cuando el problema está dentro del hogar porque afecta a alguien cercano. Saber reconocer cuando alguien está teniendo problemas con las drogas, es el primer paso para poder asumir que existe esa circunstancia y ponerle remedio cuanto antes.

Cómo darse cuenta que una persona se droga

La rápida detección de que una persona consume drogas, es la mejor manera de poder atajar el problema de forma eficaz. El mayor obstáculo suele ser que cuando la familia se da cuenta de que existe una adicción, la persona ya tiene un hábito de consumo habitual y que ni siquiera ella se da cuenta de que es adicta.

De ahí la importancia de conocer los síntomas más habituales que causa la adicción a la droga, para poder atender esta situación y ayudar a la persona que es adicta. Aunque es cierto que pueden aparecer otra clase de síntomas, existen algunos que son generales y que pueden ayudar a identificar cuando una persona se droga.

Cuando alguien es adicto, uno de los cambios que suele verse son los físicos. Puede presentarse una pérdida de peso evidente, cambios a la hora de comer y dormir, falta de aseo personal.

Otro de los factores que pueden determinar que una persona está tomando drogas es la falta de rendimiento, tanto en el trabajo como en la escuela en el caso de los más jóvenes. Si un adolescente tiene muy buenas notas y de pronto empiezan a bajar de forma alarmante, puede existir un problema.

Cómo saber si una persona consume drogas a simple vista

La persona adicta sufre muchos cambios en todos los aspectos de su vida. Ya hemos visto deterioro tanto en su aspecto físico como en el caso del bajo rendimiento en sus obligaciones cotidianas.

Pero también existen cambios a nivel social, ya que el adicto tiende a aislarse de sus familiares y amigos. Incluso llega a existir un cambio de esas amistades, y empezar a presentarse con amigos nuevos nunca antes vistos hasta el momento.

La aparición de dinero sin saber cómo lo ha conseguido, suele ser un tema muy preocupante. En muchos casos, puede que empiece a robar pequeñas cantidades del bolso o la cartera de los más cercanos, como los padres. Todo para poder pagar su adicción. De igual manera, la persona adicta se ve más afectada por problemas de salud como resfriados que cuesta curar, ojos enrojecidos y otras molestias.

Cómo saber si una persona está drogada

Cuando notamos estos grandes cambios, tanto físicos, sociales como en el comportamiento de una persona cercana, es el momento de estar alerta y empezar a enfrentarse al posible problema de adicción que puede existir.

Hay que tener mucha fortaleza para poder enfrentarse a este tipo de situaciones, además de paciencia. Y lo más importante, contar con el apoyo de profesionales que puedan dar una orientación adecuada para ayudar, tanto al adicto como a su familia, a recuperar una vida normal.

Consecuencias sociales de las adicciones

Aunque solemos centrarnos en la parte que tiene que ver con la salud física al hablar de las adicciones (como son las consecuencias fisicas de las drogas), hay que tener en cuenta que este problema tiene muchas otras consecuencias negativas. Y una de ellas son los efectos perjudiciales que tienen sobre las relaciones sociales y afectivas del adicto.

Es cierto que las adicciones provocan muchos daños físicos e, incluso, mentales en la persona que los padece, pero las consecuencias sociales que tiene ser una persona adicta, es un asunto al que también es esencial prestar mucha atención.

Y es que el resultado de las adicciones sobre las relaciones personales del enfermo puede ser el aislamiento, una consecuencia que conlleva otro problema grave para la salud del paciente, y es la soledad.

Efectos sociales de las drogas

La adicción a las drogas causa un efecto directo sobre la manera en que la persona se relaciona con su entorno más próximo.

Los expertos indican que mientras el enfermo está pasando por la rehabilitación, que resulta muy dura, puede sentir soledad y aislamiento. Estos sentimientos comienzan incluso antes de darse cuenta de que tiene una adicción. En la mayoría de los casos, la persona adicta no se da cuenta de que lo es.

Quizás empieza por consumir algún tipo de droga de vez en cuando, durante una fiesta con amigos. Esto, al principio, puede ser incluso parte de la experiencia social.

Esto hace que tomar algún tipo de sustancia mientras se está en compañía de amigos resulte, incluso, algo normal. Pero esa confianza de tener alrededor personas con las que uno se siente a gusto, puede hacer que ese consumo que en principio era mínimo, se convierta en algo habitual.

Aquí es donde comienza la sensación de aislamiento y soledad, ya que para las personas que rodean al adicto ese consumo menos moderado puede empezar a verse como un problema. Entonces la persona empezará a aislarse para poder consumir sin que nadie pueda verle y juzgarle.

Consecuencias sociales de la drogadicción

Quizás tomar alguna clase de sustancia mientras se está de fiesta con amigos, y de forma esporádica, puede que incluso haya quien lo vea normal o como una manera de experimentar.

Pero, ese consumo esporádico y a vista de todo el mundo, puede convertirse en algo habitual que deja de ser bien visto por la sociedad.

Y en la búsqueda de continuar con ese consumo cuando uno quiere y sin la preocupación de que otros estén mirando, la persona adicta toma la decisión de hacerlo cuando está solo. Por lo que empieza a aislarse del resto para que nadie vea cuando consume drogas.

Llegar a este punto resulta crítico, porque es entonces cuando la adicción se vuelve incontrolable. Nadie le ve, ni le puede juzgar, ni controlar lo que hace. Y aunque piense que puede controlar esos hábitos, es todo lo contrario.

De ahí la importancia de buscar la ayuda práctica y profesional de un centro de desintoxicación, que oriente a la persona para que pueda dejar sus adicciones, volviendo a disfrutar de una vida ordenada y unas relaciones sanas.

Problemas en el desarrollo y el aprendizaje de los niños/as en confinamiento.

El estar privados de muchos estímulos externos puede traer muchos problemas en el desarrollo y a nivel de aprendizaje en los menores.

Han sido muchos días en casa y esta situación ha provocado que muchos niños/as sufran ansiedad, angustia, miedo, inseguridad ante una situación amenazante que en ocasiones ni entienden.

Por eso es muy importante que sus padres les expliquen la situación por la cual estamos viviendo acorde a su edad y sus características de personalidad.

Esta situación es normal que la vivan con estrés, puesto que es una situación anómala y que ha cambiado sus vidas radicalmente. Modificando todo su entorno.

Si no se le explica correctamente y sus progenitores no tienen un estilo de afrontamiento adecuado, les puede traer repercusiones psicológicas a corto, medio y largo plazo.

A corto plazo las reacciones más evidentes las podemos ver en que a algunos niños/as esta situación les provoca que les cuesta concentrarse, que estén más desmotivados y /o apáticos, incluso que les cueste recordar.

Si esta situación la viven con más estrés de lo normal y les dura con el tiempo, el niño/a puede enfermar desarrollando enfermedades psicológicas o psicosomáticas debido a que somatiza ciertas emociones negativas. Que a la larga les puede provocar enfermedades orgánicas o psicológicas como pueden ser Fobia social, trastornos de ansiedad, Trastorno obsesivo-compulsivo, etc.

Muchos niños/as que están empezando a salir a la calle con sus padres/ madres están sintiendo retraimiento a las salidas debido a haber estado tantos días aislados de su entorno.

A muchos /as les cuesta relacionarse con su entorno y responder a estímulos de fuera de su hogar.

Por eso, el adulto que salga con el menor a la calle en la salida diaria debe elaborar una lista de actividades para hacer con el menor con el fin de ayudarle a remitir sus síntomas de angustia, miedo, inseguridad que le provoca la calle y que vuelva a coger confianza y a disfrutar del tiempo que pasa fuera del hogar.

Respecto al hogar, también los adultos que vivan con el menor deben adaptar la casa a los niños/as, ahora mismo es dónde pasan casi todo su tiempo, así que deben de llenarlos de estímulos, elaborando una lista de actividades conjuntas en familia, al igual que organizando una planificación del diario para tener cada miembro dela casa una ocupación y mantener también la mente activa.

Han sido muchos días en casa y el riesgo de enfermar en el ámbito de salud física y emocional se ha ido incrementando, por ese motivo es muy importante una actitud positiva por parte de los adultos que convivan con el menor en el hogar.

El menor debe verse protegido y muy querido. Si siente que están cubiertas sus necesidades emocionales, el menor se sentirá mejor y los emociones negativas remitirán sintiéndose muy contento y viendo esta situación como una amenaza negativa, pero que pasará y todo volverá a la normalidad.

Hay que hacerles entender que pronto todo acabará y volverán a tener el contacto social con sus profesores y sus amigos/as, mientras tanto es bueno que los padres/madres utilicen con ellos videollamadas o redes sociales para que puedan relacionarse con ellos/as.

El apoyo social es clave para sobrellevar mejor esta situación.

Es imprescindible en estos tiempos de Covid-19 que la familia esté más unida que nunca realizando muchas actividades conjuntas para que tanto padres/ madres como menores tengan una buena salud emocional, no derivando en consecuencias negativas a largo plazo.

Cómo gestionar el estrés

¿Es posible gestionar el estrés?

El Estrés es una respuesta normal del organismo ante una situación, suceso o circunstancia, el cual lo vivimos como una amenaza o como un peligro, ya sea real o imaginario

El problema es cuando el estrés es frecuente, intenso y duradero en el tiempo, provocan reacciones psicosomáticas intensas y si perduran a medio plazo nos pueden ocasionar enfermedades tanto físicas como psicológicas.

En la actualidad la vida que llevamos de continuo estrés nos puede provocar que estemos más nerviosos, con ansiedad en ocasiones y emocionalmente inestables, mostrando comportamiento Inestables en ciertas situaciones. Pero esto no es problema si es de manera puntual, el problema es si no manejamos bien nuestro estrés.

Debemos aprender a controlar y gestionar el nivel de estrés que tenemos, pero para ello tenemos que ser conscientes de que tenemos estrés en nuestra vida: ¿tienes poco tiempo libre, muchas tareas, sientes que no tienes tiempo, estás viviendo una situación muy traumática para ti y te cuesta concentrarte…? Si la respuesta es SÍ, debes aprender a controlar tu estrés para tener bienestar físico y emocional.

Consejos para gestionar el estrés, sobre todo en la situación actualidad

  • Debes tener una planificación diaria: organizar tus horarios de comida, sueño, tiempos de trabajo (descansos y tareas) y espacios para el ocio incluyendo espacio personal para ti diariamente.
  • Haz ejercicio físico: ejercicios aeróbicos breves (15-20 min) te ayudarán a estar más relajado/a y tranquilo/a, a aumentar tu capacidad de atención selectiva, mejorando tu capacidad de concentración y de memoria.
  • Haz una lista de objetivos que te marcas semanalmente, planificándolos en función de lo prioritario que es para ti.
  • Es importante que semanalmente te des al menos un capricho para saborear el haber realizado tu disciplina diaria.
  • Es esencial que atiendas a lo que haces más que a lo que esperas obtener, céntrate en lo que estás haciendo, no te anticipes a pensar en situaciones futuras que quizás ni pasen.
  • Céntrate en el Aquí y en el Ahora disfrutando del momento en el que estás y de las pequeñas cosas que vas consiguiendo.
  • Valora lo importante priorizando en que te gustaría mejorar y en que quieres.
  • Ten buena relación con tus familiares y amigos/as es clave para la amortiguación de tu estrés.
  • Visualiza donde te gustaría estar en diferentes esferas de tu vida: personal, social, laboral en 5 años y lucha por conseguir tus metas y tus objetivos.
  • Márcate metas pero realistas, concretas y objetivas que puedas conseguir.
  • Las expectativas elevadas nos puedes llevar a fracasos futuros y a una desmotivación a nivel de objetivos.

El síndrome de la cabaña – El miedo a salir de casa

Actualmente, nos encontramos en el inicio de la desescalada de la pandemia del COVID-19. Y, ahora que se puede salir de casa, por supuesto, con las medidas adecuadas ¿Qué está pasando? Podemos observar que la población se está dividiendo en varios grupos: los que se han echado a la calle sin prudencia ninguna pensando que todo ha pasado, los cuidadosos que cumplen las reglas y se ciñen a la normativa (en mayor o menor medida) y los que han decidido ampliar el confinamiento total de manera voluntaria (¿o personalmente obligatoria?). Este último grupo parece que se rige más por una decisión personal que estatal. También parece que están dominados por el miedo. O por el miedo disfrazado de prudencia. El miedo es más contagioso que el virus. La casuística principal de esta “guerra contra el virus” es que nuestro enemigo ha sido invisible desde el principio. Ni siquiera se sabe con exactitud cuando llegó y además se infravaloró su poder al inicio. Y, además, todavía no tiene vacuna. Una de las características, a tener en cuenta, de esta situación es que al no poder ver al enemigo, ni las personas, ni los lugares de confianza donde antes nos sentíamos protegidos pueden ofrecernos seguridad. Y la falta de seguridad genera mucha incertidumbre. Y, para luchar contra esta incertidumbre y sensación de vulnerabilidad tan incómoda, parece que la mejor decisión es quedarnos en el único sitio donde sabemos que hemos estado protegidos estos últimos meses. Nuestra casa.

¿Qué es? ¿Cómo lo superamos?

Es importante dejar claro que el síndrome de la cabaña no se trata de una patología. Ni del inicio de una futura enfermedad mental. Simplemente, es el miedo a volver a salir a la calle tras estar un tiempo sin hacerlo. Se trata de un estado emocional y mental que puede producirse tras un tiempo de encierro forzoso. Los motivos por los que podemos padecer este síndrome son,

precisamente, por una de las características del enemigo que tenemos ante nosotros. Como indicábamos antes, es un virus y, por tanto, no podemos verlo, ni tocarlo… ni siquiera podemos saber el momento exacto en el que nos estamos contagiando. Además, la sobreexposición a las noticias aumenta esta sensación de vulnerabilidad.

Resulta curioso que todos los mensajes que nos hemos estado dando para convencernos de quedarnos en casa estos dos largos meses ahora se nos pueden volver en contra. Lo que antes nos ayudaba a quedarnos en casa ahora es, precisamente, lo que nos impide salir de ella. Tenemos que tomárnoslo con calma y, tener en cuenta, que la sensación de malestar o de “situación extraña” que sentimos cuando salimos a la calle es debida a la situación que estamos padeciendo. Es importante no dejarnos controlar por el miedo sino utilizarlo, en su justa medida, para ser lo más precavidos posible. Tendremos que, poco a poco, ir retomando la vida cotidiana. A pesar de todo lo anteriormente indicado y sin olvidaros que es un síndrome pasajero, si consideras que la vuelta a la normalidad se te está haciendo más complicada y está empezando a afectar a tu normalidad, no dudes en contactar con un especialista.

¿Qué es el efecto Marco?

Es un sesgo, un sesgo cognitivo (distorsión del procesamiento de la información que provoca que interpretemos erróneamente la realidad).

En concreto, en el efecto marco, la persona ante una decisión o elección responde en función de la forma en que se le realiza la pregunta

Cuando la pregunta que se le realiza es en el ámbito de las perdidas y/o ganancias, las personas evitan arriesgarse cuando la pregunta se expone de manera positiva, mientras que si se formula de forma negativa, el sujeto está más dispuesto a arriesgarse.

La teoría de efecto marco apunta hacia la idea de que cualquier pérdida, por grande que sea, es más significativa para la persona que la ganancia equivalente. Además, según esta suposición existen una serie de principios que se dan cuando la persona debe realizar una elección de este tipo, tanto por Una ganancia asegurada se ve favorecida ante una ganancia probable como por una pérdida probable es preferible a una pérdida definitiva.

¿Cómo podemos superar el efecto marco?

Para superar el sesgo que representa el efecto marco solo necesitamos reformular la situación. Es conveniente verla desde los diferentes puntos de vista, teniendo en cuenta el lado, el lado negativo como el positivo. Así podremos tomar una decisión más racional. Asume una distancia psicológica.

¿A qué afecta el efecto marco?

Afecta a las personas que comentan errores de manera sistemática en el procesamiento de la información ante cualquier decisión.

Muchos expertos e investigadores llevan estudiando el funcionamiento que tiene este sesgo cognitivo en las personas a la hora de decidir qué respuesta dar ante una pregunta.

Este grupo de sesgos actúa especialmente en las situaciones que nos crean incertidumbre.

La terapia con hipnosis

La hipnosis es aquel estado mental o grupo de actitudes generadas a través de la disciplina del hipnotismo. Se basa en una serie de sugestiones e instrucciones preliminares generadas de la mano de un especialista, aunque también se puede aprender a realizarlas autoinducidas (autosugestión).

El uso de la hipnosis con fines terapéuticos se conoce como hipnoterapia. La hipnosis tiene aplicación en los campos de la salud, tanto en la psicología como en la medicina.

La evidencia apoya su uso clínico para controlar el dolor, el peso, el tratamiento del síndrome de intestino irritable y como adjunto para el comportamiento cognitivo, además de otras terapias.

¿Son eficaces las terapias con Hipnosis?

Las terapias con hipnosis tienen un resultado satisfactorio en alrededor de un 80% de los casos reseñados más abajo, con una media de 4/6 sesiones, en la mayoría de las ocasiones.

¿Cuántas sesiones son necesarias para solucionar cada caso?

La mayoría de los casos son terapias cortas, teniendo en cuenta el todo amplio abanico que abarcan las terapias exitosas con Hipnosis, la media es de 4/6 sesiones de dos horas, aunque en la mayoría de las ocasiones son menos, ya que, en esta media, aunque no es lo habitual, están incluidas terapias que necesitan más tiempo.

¿En qué patologías es eficaz? ¿Qué problemas soluciona? ¿Con qué resultados?

La terapia de Hipnosis es útil para tratar trastornos, fobias, estrés, etc.

En absoluto. Es totalmente seguro y muy agradable.

El paciente tiene el control en todo momento y es perfectamente consciente de lo que el terapeuta le dice. Con la hipnosis se produce un estado se duerme-vela agradable, muy parecido al que sentimos al empezar a dormir.

Los únicos casos en los que no se recomiendan las terapias con hipnosis es en casos de esquizofrenia.

La psicoterapia es muy útil, pero la hipnosis también lo es.

Hay estudios que demuestran que la psicoterapia combinada con hipnosis es muy eficaz y acorta las terapias y que la Hipnosis es el complemento que incrementa la eficacia de cualquier psicoterapia, porque utilizando el estado hipnótico, el ser humano logra acceder a sus recursos más inconscientes y a la motivación necesaria para usarlos. Esto tan sencillo es sumamente efectivo.

¿Qué es la psicografología?

La psicografología o psicología de la escritura, es una vertiente de la psicología que se encarga de analizar la personalidad a través de la escritura. Gracias a ella, en auge en los últimos tiempos, se pueden determinar características personales, patrones y conductas del sujeto. Tan determinante resulta en diferentes ámbitos que se está empezando a utilizar en diferentes ramas de negocio y/o investigación.

La psicografología tiene en cuenta las implicaciones neurofisiológicas que tienen lugar en la escritura y que se inician en la corteza cerebral. Estas, sumadas a la coordinación de diferentes partes, el cuerpo (brazo, antebrazo, manos, dedos) y supervisadas por la vista, pueden determinar diferentes rasgos del autor de los trazos analizados.

La escritura se podría equiparar en una técnica proyectiva, por lo que, aspectos inconscientes de la conducta, aflorarían al exterior, lo que permitiría analizar al sujeto en aspecto interno que pueden pasar inadvertidos en la comunicación oral.

Pero, ¿qué analiza exactamente la psicografología? A continuación enumeramos todo lo que tienen que tener en cuenta un psicografólogo:

Legibilidad y claridad

Cambios en la escritura (cambios de tamaño, de presión…)

Organización de las letras (mayúsculas, minúsculas…)

Forma de las letras y tamaño

Cantidad de palabras para expresar una idea

psicografologia 1

¿Qué puede aportar el estudio de la psicografología?

Como decíamos anteriormente, el estudio de la psicografología está dirigido a determinar la personalidad, o determinados rasgos, del sujeto. Gracias a esto podríamos acceder a partes inconscientes que no siempre quedan reveladas en un primer contacto. Esta puesta sobre la mesa de determinadas características de las personas podría ahorrar mucho tiempo de trabajo, ya que se dedicarían menos recursos, y sorpresas, puesto que la “verdadera” cara o actitud y/o aptitud de las personas quedaría revelada desde el inicio. De esta característica podrían beneficiarse multitud de ramas, tanto dentro de la psicología como fuera de ella. Entre ellas nos encontraríamos, empresa, banca, negocios, etc.

Esta información, entre otras cosas, podría ser utilizada tanto para completar un diagnóstico, como para acceder a situaciones de abuso familiar o para determinar cuál es el candidato más apto en una empresa. En el segundo caso, esta técnica sería de gran utilidad, ya que en el caso de los niños, es habitual encontrarse con limitaciones en la comunicación, puesto que ellos muchas veces no saben qué está pasando o tienen miedo de verbalizarlo.

¿Cuáles son sus usos?

Tal y como indicábamos, los usos de la grafología son múltiples por el hecho de que en prácticamente todas las disciplinas podrían incluirse como complemento al trabajo o como determinación al mismo. Algunos ejemplos son:

  • Selección de personal
  • Promociones internas
  • Orientación vocacional
  • Elección de pareja
  • Determinar fraudes
  • Perfiles criminológicos
  • Diagnóstico clínico
    • Permite determinar la madurez afectiva y la autoestima (niños)
    • Bloqueos, consumo de sustancias, orientación laboral (adolescentes)

La rueda de las emociones

¿Que son las emociones?

Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos del individuo cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante.

Psicológicamente, las emociones alteran la atención, hacen subir de rango ciertas conductas, guía de respuestas del individuo y activan redes asociativas relevantes en la memoria. Los sentimientos son el resultado de las emociones, son más duraderos en el tiempo y pueden ser verbalizados (palabras).

Fisiológicamente, las emociones organizan rápidamente las respuestas de distintos sistemas biológicos, incluidas las expresiones faciales, los músculos, la voz, la actividad del SNA y la del sistema endocrino, pudiendo tener como fin el establecer un medio interno óptimo para el comportamiento más efectivo. Los diversos estados emocionales son causados por la liberación de neurotransmisores que convierten estas emociones en sentimientos y finalmente en el lenguaje.

Conductualmente, las emociones sirven para establecer nuestra posición con respecto a nuestro entorno, y nos impulsan hacia ciertas personas, objetos, acciones, ideas y nos alejan de otros. Las emociones actúan también como depósito de influencias innatas y aprendidas. Poseen ciertas características invariables y otras que muestran cierta variación entre individuos, grupos y culturas (Levenson, 1994).rueda de las emociones

 

La rueda de las emociones: Qué es y para qué sirve.

Es una herramienta creada por el psicólogo estadounidense Robert Plutchik que sirve de gran ayuda para poder identificar cuáles son las emociones básicas que son primordiales para nuestra supervivencia y el resto de las emociones más complejas.

La teoría Plutchik está constituida por ocho emociones básicas, las cuales casi nunca se presentan solas, sino que se expresan en diferentes grados de intensidad.

  • La alegría: es una emoción «positiva», que se expresa como un estado de bienestar y satisfacción respecto a uno mismo/a y a las condiciones generales de la vida. Su grado más básico se manifiesta como serenidad, mientras que el más complejo adopta la forma de éxtasis. La alegría puede combinarse de muy distintas maneras con otras emociones básicas.
  • La confianza es una emoción esencial, la cual implica la creencia firme de que se puede actuar sin peligro de perjuicio o daño. Cuando está atenuada, adopta la forma de aceptación, una integración sincera de los hechos vividos en la narrativa de la propia experiencia. Al inflamarse deviene admiración, con la que se expresa una total exaltación del aprecio que se proyecta sobre una persona o cosa. Su extremo es la aversión.
  • El miedo es una reacción básica, universal e instintiva. En su grado más sutil se expresa como aprensión (una incertidumbre preñada de expectativa pesimista) y en el más alto nivel se convierte en un auténtico terror o pavor (un estado que suele desplegar conductas de lucha o huida). El miedo, una reacción adaptativa ante las amenazas presentes en el entorno, tiene a la ira como su opuesto.
  • La sorpresa es una emoción cuya naturaleza tiende a ser considerada neutra, y que supone una reacción ante circunstancias cambiantes e imprevisibles que se ubican en el entorno inmediato. Según su grado, el más leve sería la distracción y el más intenso sería el asombro.
  • La tristeza es una respuesta emocional que depende de la pérdida, que nos permite obtener apoyo social a partir de la activación de las neuronas espejo de quiénes la observan. El grado más leve es el aislamiento y el más grave es la depresión.
  • La aversión es una emoción sugerente de rechazo, y de una voluntad cruda y deliberada de evitación. En sus límites tenues se expresa como aburrimiento, mientras que en los más intensos deviene asco o aborrecimiento.
  • La ira es un estado que surge como respuesta directa a una afrenta, especialmente cuando se atribuye a la voluntad clara de un tercero, siendo este un elemento perceptivo de gran relevancia para su aparición. En su forma más suave adopta la forma de un simple enfado y en la más extrema se convierte en furia.
  • La anticipación: El perfil más bajo de esta emoción es el interés, que implica un grado moderado de atracción hacia un objeto o estímulo particular, y el más alto es la vigilancia.

La Dependencia Emocional

¿Qué es la Dependencia Emocional?

Como concepto psicológico, la dependencia emocional es un estado que presenta una persona ante las relaciones que mantienen con su entorno. Actualmente, la concepción que se tiene sobre la dependencia emocional está muy vinculada con las relaciones de pareja. Aunque puede existir tanto en relaciones familiares, amistad o cualquier tipo de relación.

Desde nuestro centro terapéutico Atiempo Adicciones queremos enseñarte a comprender que es la dependencia emocional, y así, ayudarte a identificar casos en tu entorno o en ti mismo. Las personas que sufren dependencia emocional suelen caracterizarse por una baja autoestima. Por todos es conocido que la autoestima es algo que se va creando y creciendo con nosotros. Esta se va generando desde las primeras etapas de la vida, las figuras de apego más cercanas y las propias experiencias, se encargan de reforzarnos o castigarnos dependiendo de nuestras conductas. Si las consecuencias que recibimos no son coherentes a nuestra conducta, puede generar emociones de inseguridad, ira y ansiedad. Además, dependiendo de qué tipo de comportamientos, podemos llegar a convencernos de no ser merecedores de cierto tipo de recompensas, llegando a generar conductas autodestructivas.

¿Cómo puedo identificar la dependencia emocional?

La dependencia emocional se suele relacionar con relaciones de pareja, en la mayoría donde existe un tipo de relación tóxica. Aunque no siempre suele darse así. Existe una gran mayoría de relaciones donde se produce dependencia emocional por algunos de sus miembros.

La dependencia se genera a través de nuestros patrones de aprendizaje, desde pequeñitos muy afines a nuestros vínculos de apego. Aunque estos patrones pueden ir cambiando, convirtiéndose en funcionales, en muchas ocasiones no es así y se siguen manteniendo.

El estilo de apego que hemos recibido en nuestra infancia nos influye en el tipo de relaciones que mantenemos a lo largo de nuestra vida. Aunque esto no es determinante, ya que nuestras experiencias nos pueden ir modulando.

Podemos distinguir tres tipos de estilos de dependencia emocional.

  • Dependiente dominante: Suelen aparentar ser personas seguras y sanas, emocionalmente. Aunque lo que predomina en ellos es la inseguridad y el miedo por ser rechazados o abandonados. Aparecen conductas de celos, constante control y dominio sobre los demás. De este modo se sienten seguros.
  • Dependiente evitativo: Aunque parecen personas totalmente independientes y que no crean lazos de dependencia. No es así, y lo que sucede realmente es que sienten un miedo irracional a que las relaciones que mantienen les puedan derivar a una pérdida de su libertad. Este tipo de dependencia crea miedo a perder el control sobre uno mismo y por ende se desconectan de sus emociones y se alejan de las personas más cercanas.

Si realmente estas personas fuesen evitativas completamente, no iniciarían ningún tipo de relación. Sin embargo, necesitan a los demás y comienzan relaciones de pareja, implicándose al principio de una manera excesiva.

  • Dependiente sumiso: Es el más conocido por todos y el que relacionamos con el término de dependencia emocional.

Al igual que el resto de los dependientes emocionales, se caracteriza por una baja autoestima. Aquí vemos que el rasgo más característico es la ansiedad. Este estado es resultado del miedo que sienten en ser abandonados o que no los quieran. Constantemente buscan que les cuiden o cuidar al compañero. Suelen introducirse en relaciones abusivas, donde no saben marcar sus propios límites y no saben decir que no. Todo su mundo gira en torno a la persona amada y se olvidan totalmente de ellos mismos.

Conocer los distintos estilos de dependencia emocional nos ayuda a identificar los patrones conductuales de una persona que lo sufre. Para no crear relaciones de dependencia emocional deberemos trabajar tanto nuestra autoestima, estilos de comunicación y de afrontamiento. Fortaleciendo nuestra autoconfianza y aprendiendo a crear relaciones interdependientes. Este término hace referencia al equilibrio y tranquilidad emocional que se genera en el interior de las relaciones horizontales o sanas.

Adicción al Trabajo

¿Qué es la Adicción al Trabajo?

La adicción al trabajo (también denominada con el término anglosajón workaholics o trabajólicos) se caracteriza por una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar de forma constante que interfiere en nuestra salud física y emocional, así como en nuestras relaciones sociales. Desde ATIEMPO ADICCIONES, como profesionales en el tratamiento de adicciones, queremos mostrarte las características principales de este tipo de adicción y cuáles son sus consecuencias para poder ser capaz de diagnosticarla a tiempo

Las personas con este tipo de adicción suelen trabajar un gran número de horas fuera de su horario laboral, dedican un tiempo excesivo a su labor profesional y se sienten mal si no lo hacen. Normalmente, muestran desinterés por otras facetas de su vida como hobbies o relaciones personales.

Las causas que lo provocan pueden ser múltiples desde:

  • Poseer Rasgos de personalidad tipo A (personas involucradas en diferentes tareas, con elevados niveles de hostilidad y estrés),
  • Tener una ambición excesiva por el dinero y poder, a falta de organización, que permite la acumulación y sobresaturación del trabajo.
  • Déficit de estrategias para organizar el tiempo.
  • Problemas familiares que pueden hacer que el trabajador posponga acudir a casa.
  • La incapacidad para delegar tareas o no saber decir que no a las demandas del jefe o compañeros.
  • Problemas económicos y alta competitividad
  • Manejo ineducado de los retos que en vez de suponer una forma de crecer llevan al trabajador a meterse en una espiral de trabajo de la que no sabe cómo salir.

adiccion al trabajo

¿Cómo identificar la adicción al trabajo?

Una característica fundamental que debemos tener en cuenta para la detección y valoración de la adicción al trabajo es que la actividad se convierte en una idea obsesiva, ocupando la mayor parte de la vida del trabajador.

Habitualmente no es reconocida por el trabajador, suele ser la familia quien lo detecta, por el exceso de tiempo que el trabajo resta a la familia, y que acaba por desvincularse del adicto.

Los síntomas que solemos encontrar en la persona adicta son ansiedad, irritabilidad, tristeza, necesidad creciente de trabajar más y dedicarle más tiempo al trabajo, preocupaciones relacionadas con el rendimiento laboral de forma persistente, intentos de suicidio.

Así como tendencias compulsivas relacionadas con el trabajo: trabajan intensamente y tienen dificultades para relajarse. Necesidad de tener el control excesivo y malestar interferente cuando no obtiene el rendimiento esperado, no controla la situación o las cosas no son como él esperaba. También tienen escasas relaciones interpersonales con el resto de los compañeros/as. E incapacidad para delegar tareas y para trabajar en equipo. Además de una autovaloración centrada en el trabajo y no en el resto de su vida.

¿Qué problemas conlleva la adicción al trabajo?

Conlleva problemas en la esfera personal, familiar, laboral, social, económica, judicial….

Debido a que se convierten en personas totalmente incapaces de no trabajar y que, en consecuencia, dejan totalmente de lado a sus amigos y familiares. De hecho, si la situación se prolonga en el tiempo, los adictos al trabajo se van aislando cada vez más hasta que llega un momento en el que se encuentran totalmente solos.

Psicólogo, Psiquiatra y Terapeuta

Diferencias entre Psicólogo, Psiquiatra y Terapeuta

Parte de nuestro día a día consiste en ir fluctuando emocionalmente. Puede ocurrir que ciertas emociones se mantengan durante un tiempo determinado lo que nos hace sentir de una determinada manera.

Habitualmente, cuando estamos pasando por un momento crítico, lo detectamos cuando nos sentimos más tristes o enfadados de lo normal. Sin embargo, la euforia, que la relacionamos con una emoción positiva llevada al extremo, puede significar una alarma de que algo no está funcionando. El hecho de vivir nuestras emociones y gestionarlas es parte del proceso que tenemos que hacer para sentirnos equilibrados.

Cuando este equilibrio se rompe nos sentimos perdidos y no sabemos por dónde comenzar. Regularmente pedimos ayuda a nuestros seres más cercanos, pero en ocasiones necesitamos apoyo de profesionales para poder entender qué nos ocurre y comenzar los cambios pertinentes.

psicologo

 

Tanto psicólogos, psiquiatras y terapeutas son tres profesiones que pueden trabajar conjuntamente en el ámbito sanitario. Sin embargo, solo psiquiatras y psicólogos especializados están reconocidos como profesionales de la salud.

Atiempo Adicciones es un centro que combina a la perfección estas tres profesiones. Gracias a esta interacción, conseguimos una complementación ideal en nuestras terapias, ya sean de tratamiento de adicciones, terapia para adolescentes u otro tipo de tratamientos psicológicos.

Las diferencias principales que existen entre estos tres profesionales son las siguientes:

  • Terapeuta: Existen diferentes tipos de terapeutas y su labor oscila entre distintos campos de estudio incluyendo el sanitario. Su función es llevar a cabo un tipo de terapia que contenga una finalidad concreta.
  • Psicólogo: Desde hace varios años son considerados como profesionales en el ámbito de la salud. Un psicólogo se forma durante 4 años actualmente (grado) y después realiza una especialización, que este caso sería sanitaria, aunque engloba otros muchos ámbitos como es el educativo, social y laboral. Los psicólogos trabajan desde el marco cognitivo, emocional y conductual. De este modo se realiza un análisis que nos ayude a detectar que problemas psicológicos subyacen al motivo principal de consulta.
  • Psiquiatra: Se trata de una persona que ha estudiado medicina y después ha realizado una especialización en psiquiatría. Son considerados profesionales de la salud, pueden recetar medicación y están más caracterizados en los trastornos mentales.

La verdad sobre ir al psicólogo o al psiquiatra

Tanto la profesión del psicólogo como del psiquiatra están muy estigmatizadas en la sociedad. Habitualmente existe una idea preconcebida de las personas que acuden a estos profesionales y es la de “están locos”. Obviamente lo que la sociedad no sabe es que lo que ellos atribuyen como locura es una desregularización de neurotransmisores provocando que la percepción de las cosas se distorsione. En estos casos el psiquiatra es prioritario ya que necesitamos medicación para poder restablecer el equilibrio de nuestros neurotransmisores.

Si bien es cierto, existen algunos trastornos que solo con la medicación no surten el efecto deseado por lo que es necesario acompañarlo de terapia psicológica. 

La terapia psicológica lo que hace es explicar y dotar de herramientas a cada persona para que pueda hacer frente a las diferentes situaciones del día a día.

Cuando una persona sufre algún tipo de crisis en algún momento de su vida, no saben a quién acudir realmente.  Normalmente tienden a acudir a su médico de cabecera para que les derive a algún lugar o simplemente les medique.

Es importante saber que la terapia psicológica y psiquiátrica en la mayoría de las ocasiones van de la mano. Si bien es cierto que cuando se trata de un acontecimiento estresante lo mejor es acudir al psicólogo, se puede necesitar medicación de manera complementaria durante un periodo de tiempo.

A modo notorio decir que muchas personas deciden ir al psicólogo y esperan que con el hecho de ir se van a solucionar sus problemas, pero obviamente hay que tener en cuenta que es un trabajo que implica mucha constancia y proyección al cambio. Si no tenemos estas ideas preconcebidas de poco nos va a funcionar una terapia psicológica.

Igualmente concebir que si voy al psiquiatra y con la medicación se va a solucionar el problema nos lleva en muchas ocasiones a seguir manteniendo la misma situación y por ende no desaparece el malestar.

Por tanto, hay que acabar con los mitos asociados a estos profesionales de la salud ya que su labor tanto por separado como conjuntamente es beneficiosa para cada individuo y mejora en gran medida nuestra calidad de vida.

 

 

RESILIENCIA

¿Qué es la resiliencia?

Cuando hacemos referencia al término resiliencia hablamos de la capacidad que tiene una persona o material de sobreponerse y volver a su estado normal ante las adversidades.

El término resiliencia fue acuñado por Werner, quien tras observar varias familias en riesgo (bajos recursos económicos, roles desestructurados, disolución familiar o abusos), pudo observar que algunos niños se adaptaban y sobreponían positivamente ante las situaciones de estrés. A partir de este momento comenzó a investigar la causa de por qué un porcentaje de niños conseguía resurgir y seguir adelante y por qué el resto no lo lograba.

Es aquí donde se empezó a observar que estos niños poseían ciertos rasgos de personalidad innatos que les favorecía la capacidad de adaptarse positivamente. Además de estos rasgos, se comprobó que todos estos niños “resilientes” contaban con un factor de protección. Este factor era una unidad de apoyo, que podía ser un familiar o una persona cercana a ellos, que ayudaba al niño a transformar un entorno peligroso y de inseguridad en un entorno de control adaptativo.

Características en las personas resilientes:

  • Independencia y autonomía.
  • Bueno manejo del estrés.
  • Actitud positiva.
  • Alta Autoestima.
  • Estilos de afrontamiento positivos.
  • Creatividad.
  • Tenacidad.
  • Sentido del humor.

¿Se puede desarrollar la resiliencia?

Hasta hace unos años se pensaba que la resiliencia era algo innato. Es decir, que un porcentaje de personas nacían con ciertas características heredadas que hacían más sencilla su adaptación.  Esta teoría era muy determinista, ya que señalaban únicamente a unos genes como protagonistas de la capacidad de recomponerse ante las adversidades. Con el paso del tiempo y las nuevas investigaciones se descubrió que las personas resilientes no solo eran aquellas que heredaban ciertos rasgos, sino que también se podía desarrollar.

Actualmente, se habla mucho de las habilidades que las personas resilientes poseen.  Es por ello por lo que algunas empresas estadounidenses están formando a sus trabajadores para poder adquirir las características que construyen a una persona resiliente.

¿Por qué se habla últimamente mucho de las personas resilientes?, ¿y por qué hacen tan importante a este término?

Si la resiliencia es algo que se puede desarrollar, todos podríamos sobreponernos ante situaciones críticas de nuestra vida, lo que hace que seamos mucho más eficientes y productivos, tanto para nosotros mismos como para el mundo en el que vivimos. 

Lo que supone que sea tan importante desarrollarla es porque nos ayuda a aprender de los errores pasados sin quedarnos en el sentimiento de culpabilidad y dejándonos crecer positivamente a pesar de los problemas presentes. También la resiliencia nos ayuda a gestionar nuestras emociones, lo que hoy incluiríamos en la inteligencia emocional, reconociendo, detectando y sintiendo cada una de nuestras emociones.

Además, nos permite recuperarnos tras una situación de estrés, activa nuestras habilidades y estrategias de afrontamiento. Por último, nos apoya a vivir con sentido del humor.

La resiliencia es un término que conlleva muchas destrezas que nos ayudarían hacer frente de manera más adaptativa y positiva a nuestro día a día. Entrenarla y desarrollarla no es un trabajo fácil, ya que conlleva cambiar muchos hábitos instaurados y esquemas mentales. Sin embargo, comenzar el camino hacia ella implica cambio, superación y evolución. 

En Atiempo adicciones trabajamos día a día para que cada una de las personas que pasan por nuestro centro aprendan a desarrollar todas estas habilidades y otras muchas que ayuden a mejorar su calidad de vida.

MINDFULLNES

¿Qué es el mindfulness?

Esta semana, desde Atiempo Adicciones, queremos hablaros de una técnica de meditación muy importante en el mundo de la psicología, y también en el tratamiento de adicciones. El Mindfullness o atención plena es la capacidad de prestar atención a lo que está ocurriendo en cada momento de una manera amable, empática y con apertura, por lo que se convierte en una manera de vivir. En resumen, se trata de pasar de vivir con el piloto automático a tener plena consciencia de mi presente.

En los problemas psicológicos es de mucha ayuda desarrollar esta capacidad. Un síntoma muy habitual de los pacientes, y que acaba derivando en otros problemas, es la rumiación, que es la tendencia a darle vueltas a cosas del futuro o del pasado.

Otro síntoma muy característico, ya no sólo de la adicción, es la tendencia a futurizar (que puede, además, unirse a la tendencia rumiativa). El ser humano, cuando futuriza, no suele hacerlo de una manera funcional, es decir, adaptada a la realidad. Suele hacerlo de manera catastrófica por lo que el resultado suele ser ansiedad. O suele hacerlo de manera “demasiado” positiva por lo que puede ser que las expectativas demasiado elevadas acaben terminando en frustración.

Con el mindfulness, el paciente se da cuenta de que su mente está en otro momento y de una forma activa, vuelve la atención al presente de manera que los problemas futuros o pasados ya no generan malestar.

En el tratamiento de las adicciones, esta técnica es muy eficaz porque ayuda en el cambio de uno de los elementos centrales de este problema: el deseo o el craving.

 

mindfulness

 

 

¿Cómo me puede ayudar el mindfulness?

Como comentábamos anteriormente, el mindfulness significa el tan oído “aquí y ahora”. Parece una herramienta sencilla de utilizar, pero implica un cambio de mentalidad y planteamiento. Como indicábamos, el ser humano tiene tendencia a vivir en el pasado y en el futuro y esto, precisamente en la adicción, es muy peligroso para el avance del tratamiento. El vivir en el pasado, cuando eso representar habernos convertido en algo que nada tiene que ver con nosotros, causa mucho dolor. Y vivir ese dolor desde la responsabilidad y no desde la culpa, sin dejarnos llevar por él es complicado. Para ello, centrarnos en el día a día es un recurso importante y que, tras salir del momento complicado del craving puede ofrecernos muchas ventajas.

En adicciones el uso de mindfulness es de gran ayuda. La capacidad de centrarse en el presente, en el hoy, o en el día a día es de gran relevancia para dejar de consumir. La suma de los días se convertida en meses y los meses en años. Esto es lo que provoca que nuestro cerebro no se centre en lo que hemos hecho en tiempos pasados donde ya no podemos cambiar las cosas. Ni tampoco nos permite centrarnos en un futuro que nos puede crear una sensación de incertidumbre y en ocasiones de frustración.

El ser humano necesita sentir que tiene “control” de su vida ya que la incertidumbre o el “dejarse llevar” durante un periodo corto de tiempo puede sobrellevarse, pero acaba derivando en un malestar general. Únicamente tenemos control sobre lo que hacemos en el ahora, por ello centrar nuestra atención en lo que ocurre en el día a día es primordial para avanzar, aprender y seleccionar que cosas queremos y necesitamos hacer que nos acercan a un sentimiento de bienestar y equilibrio emocional. El mindfulness nos ayuda a poder centrar nuestra atención plena en el ahora, pudiendo así tener el control de como actuamos en el momento y permitiéndonos sentir una mejora de nuestro estado anímico aceptando y analizando los acontecimientos que nos puedan ir sucediendo.

LA TEORÍA DEL APEGO Y LAS ADICCIONES

La teoría del apego y las adicciones

Cuando hablamos de apego, en psicología, rápidamente se nos viene a la cabeza la teoría del apego que realizó Bowlby en la que se habla del vínculo emocional y afectivo entre dos personas. Se trata de un vínculo que conecta a dos personas a lo largo del tiempo. El apego se desarrolla en la infancia con nuestras figuras de referencia, normalmente los padres. Este tipo de apego tiene un fuerte peso en nuestras futuras relaciones, aunque puede ser modificado, siempre a través de relaciones emocionalmente significativas.

El significado del apego en las adicciones

Cuando en adicciones nos referimos al apego, estamos hablando del establecimiento de un vínculo patológico con algo o alguien. Esta vinculación nos hace pensar varias cosas sobre el objeto/ persona al que nos hemos apegado: que va a durar para siempre, que en él reside nuestra felicidad, que nos proporciona seguridad y que además de su mano va el sentido de nuestra vida. Como podemos observar, lo que entendemos por “apego” está bastante relacionado con “adicción”.

Las personas, con adicción o sin adicción, nos apegamos a personas/cosas que nos hacen sentir bien. Y, cuando nos sentimos mal, algo necesario en la evolución del ser humano, buscamos estas conductas que ya sabemos que nos hacen sentir bien. Cuando las personas tienen una regulación emocional sana, se apegan a conductas/cosas/ personas funcionales. Sin embargo, cuando no hay una correcta regulación emocional, o los estresores son muchos o muy intensos, puede desarrollarse una conducta compulsiva cuyo objetivo es sacarnos de ese malestar a toda costa. Esta conducta compulsiva puede acabar convirtiéndose en adicción.

¿Existe relación entre el apego en edad temprana y el posterior desarrollo de adicciones?

El apego se desarrolla en nuestro núcleo de socialización primario, es decir, la familia. Las familias inestables o desestructuradas acaban reproduciendo en sus hijos un apego inestable en las que las figuras de autoridad, y cuidado, no están disponibles.  Estas familias desestructuradas, que nada tiene que ver con las posibilidades económicas, acaban siendo más proclives a la adicción.

Cuando hablamos de familias desestructuradas nos estamos refiriendo a las familias en las que los padres no están disponibles para sus hijos y que, cuando están, no lo están en las mejores condiciones de cuidado y cariño. Esto puede ser debido a que los padres provengan de familias con el mismo estilo relacional y que, al formar una nueva familia, hayan reproducido los patrones aprendidos. También puede ser debido a que los padres están trabajando muchas horas y están sometidos a un alto estrés. El alto estrés sostenido genera problemas de humor y gestión emocional y puede acabar provocando una irascibilidad que se desata, en gran medida, cuando llegamos a casa y nos encontramos con nuestro entorno de confianza. Cuando los padres se relacionan con sus hijos a través de esa base de estrés, puede provocar una relación no natural en la que los hijos acaban percibiendo que los padres siempre están enfadados o, peor aún, que no sabemos cuando se enfadan. Esto quiere decir que hagamos lo que hagamos nunca sabemos cuando va a acabar en enfado/ castigo (el término psicológico para esta situación es indefensión aprendida). Esta sensación de inestabilidad en la que no se sabe nunca qué va a pasar aumenta la ansiedad de los hijos y, con ello, las conductas compulsivas para solucionar esta ansiedad. 

La familia, además de ser una posible productora de ansiedad en los hijos, también es el lugar donde se aprende la regulación emocional a través del aprendizaje vicario, es decir, la observación de los demás. De nuestra familia aprendemos las estrategias para hacer frente a las situaciones difíciles o estresoras y, además, son ellos también los que nos enseñan cuál es el patrón para identificar estas situaciones.

Con todo esto queremos decir que, si nuestra familia es nuestra fuente de estrés y, además, no nos ha enseñado unas estrategias emocionales adecuadas para gestionar esta situación, hay bastante posibilidades que acabemos desarrollando estrategias compulsivas que no ofrecen una solución a largo plazo y que son susceptibles de acabar en algo más grave como es la adicción.

¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE LAS ADICCIONES Y LA NUTRICIÓN?

¿Qué relación existe entre las adicciones y la nutrición?

 

La alimentación es un punto muy importante a tener en cuenta durante el tratamiento de las adicciones. Ya no sólo como necesidad vital si no como ayuda en el tratamiento. Cuando las personas están en consumo dejan su supervivencia en un segundo plano y por tanto los hábitos de vida saludables, en cuanto a alimentación, brillan por su ausencia. No hay que olvidar que el comer, junto a otras actividades como socializar, practicar sexo, reírse… estimulan de por sí nuestro sistema de recompensa y nos hacen sentir bien. También es verdad que cuando estamos en consumo, o acabamos de abandonarlo, estas actividades no nos generan la satisfacción que deberían. Una correcta alimentación desde el inicio de nuestro tratamiento puede ayudarnos a ir organizando de nuevo nuestra vida de “fuera para adentro”. Es importante cumplir los horarios de alimentación y tener una dieta variada. Esta correcta alimentación y el ir cumpliendo pequeños objetivos poco a poco nos hace sentir bien y va añadiendo granitos de arena a nuestra autoestima, que tras años de consumo ha quedado totalmente destruida.

No hay que olvidar que el efecto de algunas drogas está directamente ligado al tipo de alimentación. Hay drogas estimulantes, como por ejemplo la cocaína, que provocan la ausencia de hambre. Además, el consumo de estas drogas trae consigo el aumento del número de horas sin dormir por lo que la persona en consumo puede pasarse varias horas, o días, sin alimentarse. Hay otro tipo de drogas, como los porros, que hacen justo lo contario: aumentan de manera importante nuestro apetito rápidamente por lo que puede que el paciente, tras haber consumido esta droga, se dé atracones de comida. Esto puede derivar en obesidad, problemas de colesterol, tensión azúcar..


¿Afectan las adicciones a nuestra nutrición y viceversa?

La alimentación en las adicciones constituye un arma de doble filo. Nos resulta beneficiosa desde el punto de vista de seguir pautas y “dar orden” a nuestra vida pero también es peligrosa si se utiliza como sustitución al consumo.

Por un lado, podemos decir que la alimentación nos ayuda a regular los procesos cerebrales que se han visto afectados por el consumo (al igual que el deporte). Hay determinados alimentos, que por su composición, actúan como un “antidepresivo” natural. Estamos hablando de los alimentos que contienen azúcar (si es natural, mejor). Los alimentos dulces nos ayudan en nuestro proceso de desintoxicación de forma directa. Como observamos a continuación, la curva de “ganas de consumo” es muy similar a la curva de la ansiedad:

 

 

Esto quiere decir que cuando las ganas de consumir están en su máximo apogeo (la parte superior) no nos queda otro remedio que esperar a que bajen. Esta bajada es más rápida si se consume algo dulce. El azúcar nos ayuda a regular nuestro sistema de recompensa de forma que estos picos de consumo se pasen más rápido.

En el otro lado y, pese a que como hemos indicado, el uso del dulce nos puede resultar beneficioso, hay que tener cuidado de que no se convierta en abuso. Como veíamos, a través de la alimentación podemos estimular nuestro sistema de recompensa que es, precisamente, el mismo sistema que se activa cuando estamos en consumo. Es por ello que debemos tener cuidado en no acabar utilizando el azúcar como sustitutivo de la sustancia de la que nos estamos desintoxicando.

El papel del Psicólogo para superar una adicción

El papel del Psicólogo para superar una adicción

 

Cuando una persona necesita ayuda para superar una adicción siempre se recomienda que busque ayuda de profesionales tales como psicólogos, terapeutas y psiquiatras. Pero ¿qué papel realizan estos profesionales durante el tratamiento?
Dependiendo de la fase en la que se encuentre el paciente, el trabajo de los psicólogos es diferente. En un primer momento, lo más importante es realizar un diagnóstico y evaluación conductual de la adicción. A lo largo de este proceso es importante ir motivando a la persona para que tome conciencia del problema y se vaya comprometiendo con su enfermedad. Este aspecto no acaba en las primeras sesiones de evaluación, la concienciación del problema es un proceso que varía dependiendo de la persona, pero es posiblemente el aspecto más importante de la primera fase del tratamiento.
Otro trabajo de los psicólogos en los primeros momentos es el de implicar a la familia y a las personas importantes para el paciente en el proceso terapéutico. Se trabaja para dotarles de herramientas que ayuden a favorecer y fomentar los cambios del familiar en cuestión y para que vayan entendiendo que las adicciones son una enfermedad mental y como tal, tienen sus síntomas y consecuencias en la persona.

¿Cómo de necesario es un psicólogo en el proceso de desintoxicación?

En una fase intermedia del tratamiento, se va negociando con el paciente los objetivos terapéuticos y las estrategias a seguir para conseguirlo. Cambiar el estilo de vida, realizar actividades agradables, rodearse de un ambiente social sano y de ayuda, son ejemplos de los primeros objetivos a conseguir con el paciente. También se buscan las actitudes y conductas desadaptativas que precipitan o mantienen el consumo, algunas son claras y visibles, pero existen otras más difíciles de ver.
En estos momentos del tratamiento se comienzan a enseñar estrategias para el manejo de la ansiedad como técnicas de relajación o de exposición. Se trabaja la autoestima y el autoconcepto y las expectativas de autoeficacia. Además, se comienzan a enseñar habilidades sociales y técnicas de asertividad para afrontar de forma adaptativa los problemas interpersonales.
Durante el proceso de recuperación el paciente puede experimentar diferentes problemas que dificulten el avance en el tratamiento. Muchos de ellos tienen que ver con conflictos interpersonales que no saben manejar o tienen dificultades. Es importante en una fase más avanzada del tratamiento desarrollar habilidades sociales y de comunicación tales como aprender a poner límites, a decir que no, a ser asertivo con los demás, a defender los derechos propios, etc. Estas estrategias conviene trabajarlas en terapia grupal ya que así los pacientes pueden poner en práctica lo aprendido con otras personas.

Otro punto importante que trabajan los psicólogos con los pacientes es cómo afrontar las recaídas y cómo prevenirlas. Se buscan las “puertas abiertas” que tiene el paciente, a través de las cuales se produce la recaída y se buscan soluciones específicas para que no vuelva a ocurrir. Para la prevención de recaídas primero se identifican las situaciones de riesgo de cada persona, después de desarrollan estrategias de afrontamiento para estas situaciones problemáticas, se trabajan las expectativas de control o la excesiva confianza que hace que descuidemos aspectos importantes de nuestra conducta adictiva y por último se revisa el estilo de vida del paciente para que nada siga perjudicando el proceso.
El fin del proceso terapéutico llega cuando el paciente ha aprendido y practicado todas las estrategias nombradas anteriormente y las ha interiorizado como parte de él. Así podrá superar cualquier situación conflictiva del futuro sin necesitar de la adicción para afrontarla. Este proceso es laborioso pero muy enriquecedor para la persona. Desde ATiempo Adicciones recomendamos que si te encuentras inmerso en un problema parecido no dudes en buscar ayuda terapéutica, es la manera más eficaz de solucionar este bache en el camino.

¿Qué cualidades debe tener un buen Equipo Terapéutico?

¿Qué cualidades debe tener un buen Equipo Terapéutico?

 

La principal cualidad que debe tener un equipo terapéutico es saber adaptarse a las necesidades que tiene el paciente. Aunque la enfermedad de la adicción tenga ramificaciones comunes en todos los pacientes, es necesario ajustarse al estilo comunicativo y relacional de cada uno de ellos. En Atiempo contamos con diferentes profesionales especializados, principalmente en adicciones, y además en diferentes ramas necesarias para el tratamiento de adicciones: familia, pareja, conducta, adolescentes, inteligencia emocional… etc. Las personas somos variables y una muestra de la inteligencia de nuestra especie es que sabemos adaptarnos a diferentes entornos y diferentes personas. No nos comunicamos igual con nuestra madre que con nuestro jefe ni necesitamos lo mismo de ellos. Por eso, dentro de unos puntos fundamentales necesarios para superar la enfermedad, nos gusta poder adaptarnos a nuestros pacientes. Como habrás podido leer en otros blogs, no hay un perfil concreto de personas con adicción y es precisamente por ello que la flexibilidad y la cercanía son dos de las características más importantes que caracterizan a nuestro equipo.

equipo terapeutico

Los diferentes perfiles profesionales y personales dentro de un buen equipo terapéutico

En Atiempo contamos con diferentes perfiles profesionales y personales dentro de nuestro equipo. Como hemos comentado en muchas ocasiones, la adicción es una enfermedad que acaba envenenando a muchas facetas de nuestra vida. Es por ello por lo que, cuando decidimos erradicarlas, tenemos muchas partes de nosotros mismos y de nuestro entorno que necesitamos curar. Los distintos profesionales que trabajan en nuestro centro son:

  • Psiquiatra: profesional de la salud mental que está especializado en adicciones y que constituye un apoyo más en el tratamiento de la adicción. La adicción tiene una alta comorbilidad con otras enfermedades mentales (previa o posterior al consumo) por ello es necesario acompañar el tratamiento de una evaluación psiquiátrica que evalúe esta posibilidad. En los casos en los que es necesario al paciente se le receta una medicación que ayuda a que su proceso sea lo más sencillo posible.
  • Psicólogo: profesionales especializados en varias áreas de la psicología: adicciones, gestión emocional, terapia familiar y adolescentes. De su mano avanza el proceso terapéutico con el paciente. Son los encargados, junto al terapeuta, de las terapias individuales y de grupo.
  • Terapeuta: profesional especializado en adicciones y su proceso terapéutico.
  • Nutricionista: profesional en la nutrición que ayuda a la instauración de hábitos de alimentación y de deporte sanos que favorecen el cambio de estilo de vida necesario para el abandono del consumo.

A nivel personal, no todas las personas somos iguales y por tanto no encajamos de igual forma con todo el mundo. También hay que tener en cuenta que no todos los pacientes deciden recibir tratamiento en el mismo punto del proceso y, por eso, necesitan diferentes vías de tratamiento. Hay pacientes que necesitan una terapia más directiva en la que el psicólogo o terapeuta les marque pautas concretas y otros, por el contrario, necesitan un tratamiento más cercano en el que el vínculo terapéutico y la construcción de este sea parte de su recuperación. Es por ello por lo que, en Atiempo, nos gusta que nuestros pacientes, aunque tengan un “psicólogo de cabecera” reciban tratamiento de todos los profesionales que se encuentran en el equipo ya que lo consideramos un punto positivo para su tratamiento.

El sistema de Recompensa del cerebro y las Adicciones

El sistema de Recompensa del cerebro y las Adicciones

 

El sistema de recompensa, refuerzo o placer es un área que nos causa una sensación de bienestar y como consecuencia produce que repitamos una conducta.

Esta zona primitiva, está determinada para que ciertas conductas se puedan mantener y con ellas nuestra supervivencia. Por ejemplo, comer, beber, dormir, mantener relaciones sexuales o interacciones sociales. Estas conductas por sí solas producen placer en el sistema de recompensa haciendo que queramos volver a repetirlas en un futuro.

Algunas de estas conductas, como comer o mantener relaciones sexuales, que por sí solas producen placer, son susceptibles de desarrollar una adicción. Esto se produce a través de un aprendizaje, mediante el cual, con el tiempo, hemos ido aumentando las dosis del consumo para volver a sentir los efectos placenteros del principio. Es lo que llamamos tolerancia. El fin es sentir un mayor placer y apaciguar una emoción, la cual no sabemos afrontar.

Al final, la adicción se ha consolidado, el consumo ha aumentado, nuestro placer es menos duradero y las consecuencias son cada vez más perjudiciales. A partir de este momento es cuando la persona adicta comienza a replantearse si seguir manteniendo el consumo merece la pena.

¿En qué consiste el Sistema de Recompensa Cerebral?

El sistema de recompensa se encuentra en nuestro cerebro y su fin es reforzarnos para repetir una conducta. Para que entendamos mejor su funcionamiento vamos a imaginar a dos neuronas que necesitan comunicarse a través de un neurotransmisor (pensemos que es el mensaje) llamado dopamina. La dopamina es la encargada de hacernos sentir placer. No es el único neurotransmisor que nos hace sentir bien, pero sí uno de los más importantes en el centro de recompensa.

Cuando realizamos ciertas conductas, por ejemplo, comer, la dopamina se libera de la neurona emisora para pasar a receptora. Lo que hace esta última es recibir el neurotransmisor y comunicarlo a la siguiente neurona. Así sucesivamente. Cuando este proceso se realiza muchas veces se fortalece esta comunicación dando lugar a lo que llamamos aprendizaje. Como resultado de este aprendizaje repetimos la conducta.

Para que nuestro cerebro funcione correctamente lo que hace la neurona emisora es volver a recaptar ese neurotransmisor, es decir el mensaje lo cogería y volvería a introducir del lugar que ha salido. Esta acción se hace para que nuestro cerebro se mantenga en equilibrio. Si no se recapta la dopamina, esta estimularía mucho la neurona receptora por lo que nos sentiríamos eufóricos. Esta función es de suma importancia para mantener una homeostasis emocional y así funcionar correctamente.

La relación entre el Sistema de Recompensa y las Adicciones

cerebro

Cuando decidimos drogarnos rompemos con este equilibrio cerebral, lo que hace que tanto estructuralmente como químicamente nuestro cerebro cambie. Resultado de esto hace que la adicción sea considerada una enfermedad.

Hay diferentes drogas que cambian esta comunicación neuronal, cada una de distinta forma, pero todas coinciden en producir una mayor liberación de dopamina. Esto va a afectar a la recaptación y a los receptores. dando lugar a un sentimiento de euforia, consecuencia de la gran cantidad liberada.

Cuando el consumo se convierte en algo habitual nuestro cerebro aprende a tener ese “subidón”. Por lo que al cabo de unos días empieza a pedir la droga (síndrome de abstinencia), en ocasiones de manera directa, queriendo consumirla, o de manera indirecta a través de estados emocionales que nos llevan al mismo fin.

Es habitual que la persona adicta cuando ha estado mucho tiempo consumiendo, su sistema de refuerzo se insensibilice. Esto quiere decir que las actividades que de por sí producen placer por el hecho de realizarlas comienzan a ser menos interesantes tras el abuso de sustancias. Suele ocurrir que la persona adicta cuando deja el consumo no consigue encontrar la misma satisfacción en las actividades cotidianas y su cerebro busca constantemente el “subidón”. Por esto muchas personas vuelven a consumir buscando los efectos del principio.

Debemos tener claro que la adicción no es una elección que hacemos. Son decisiones determinadas por el sistema de recompensa predispuesto a sentir placer y así mantener nuestra supervivencia. Al actuar las drogas sobre este sistema y desregularlo pasamos a ser dueños de nuestro cerebro el cual dirige nuestra voluntad hacia la búsqueda de sensaciones placenteras.

El papel de la familia en un proceso de desintoxicación

Todos hemos escuchado alguna vez que las drogas destruyen familias. Y es verdad. Aunque el que debuta con la enfermedad es el adicto, hay que tener en cuenta que el sufrimiento no solo lo lleva él. La adicción a las drogas es una enfermedad que encadena a todos los que están alrededor.  Hay muchas fases en el tratamiento del familiar del adicto. Inicialmente, aparece el sentimiento de culpa “cómo no me he podido dar cuenta…”, “Si hubiera estado más pendiente…”. Posteriormente, como toda enfermedad que se precie, comienza el duro proceso de aceptarla. De entender en qué consiste, cómo se manifiesta y cómo podemos hacer para luchar contra ella. Desde dentro como enfermo y desde fuera como familiar. La enfermedad de la adicción tiene una prima hermana que siempre va de su mano: la mentira. Debido a esto, cuando los pacientes comienzan su tratamiento junto a sus familiares, la confianza está muy dañada. Han sido largos años de lidiar con ambas, de confiar en cada una de las veces que nuestro familiar nos prometía que esa vida se iba a acabar y que finalmente no era así. No porque no quisiera, sino porque la adicción es precisamente esto: una enfermedad. Y, aunque queramos salir de ella, siempre nos arrastra desde dentro haciendo muy difícil que no caigamos otra vez.

adiccion familia

Una vez entendido esto, el proceso terapéutico del paciente va de la mano del proceso terapéutico de su familia. La familia, en la mayor parte de los casos, actúa como barrera entre el adicto y el consumo. Esto es debido a que, en los primeros estadios, el paciente tiene que abandonar un entorno, en la mayor parte de las veces de riesgo, y empieza a pasar mucho tiempo rodeado de su familia. Son ellos los que viven de cerca los primeros momentos de desintoxicación física, cambio de hábitos, cambios en el estado de ánimo, ganas de consumo… y por eso es muy importante que entiendan la enfermedad y sepan cómo tiene que actuar. Desde Atiempo adicciones tenemos muy presente el papel de la familia, por eso los incluimos en el proceso desde el inicio. Nuestra experiencia no ha enseñado que una persona sufre, su entorno también sufre y es importante ayudar a ambos.

¿Cómo puedes ayudar a un familiar ante su adicción a las drogas?

adicción

Si sospechas que un familiar tiene un problema de adicción a las drogas y no sabes cómo actuar: ven a visitarnos. La primera consulta es gratuita y te daremos las claves para que, por lo menos, tu familiar nos visite y oiga hablar de que existe un tratamiento con garantías de éxito. En muchas ocasiones la familia, por desconocimiento o por desesperanza, acaba creando hábitos y permitiendo conductas que lejos de ayudar al paciente adicto pueden provocar que la enfermedad de la adicción se vaya cronificando cada vez más. Desde aquí te daremos pautas para que por lo menos no te sientas tan a la deriva respecto a tu familiar.

Tienes que saber que para que un proceso terapéutico sea efectivo, lo primordial es que el paciente adicto tome la decisión real de querer abandonar el consumo. Esta decisión, en ocasiones, ya está tomada cuando se inicia el tratamiento (aunque luego el proceso sea largo y aparezcan dudas enterradas). Sin embargo, otras muchas veces la decisión se toma una vez iniciado el tratamiento. Esto quiere decir que el paciente inicia su proceso de desintoxicación por otros motivos, en la mayor parte de las ocasiones por la advertencia final de la familia o por intentar “calmar la conciencia”, y luego, mientras va avanzando en su proceso, se da cuenta de que quiere abandonar el consumo porque existe una alternativa mejor alejado de la droga. Con esto, queremos que sepas que el motivo por el que paciente viene a consulta no es tan relevante para la rehabilitación como se piensa, sino que lo verdaderamente importante es el proceso que se sigue durante el tratamiento. No te eches atrás con el típico “si él no quiere ir no servirá para nada”. Tú intenta traerlo y de lo demás nos encargamos nosotros. No pierdes nada por intentarlo y la ganancia es muy importante. Para vosotros como familiar y para el paciente. 

No dudes en llamarnos, te estamos esperando.

Una noche de fiesta: Una bomba de relojería

El efecto de las drogas y una noche de fiesta en nuestro organismo

Cuando una persona decide salir una noche de “fiesta” lo suele tener asociado con consumo de alcohol y otras drogas, producto de un aprendizaje a largo plazo. No todo el mundo que sale una noche tiene que consumir drogas, pero la sociedad actual está muy vinculada al abuso de sustancias una noche de fiesta.

Habitualmente, el primer contacto con las drogas que realizan los adolescentes es con el alcohol y los porros. Cuando este primer contacto se mantiene en el tiempo, puede dar lugar a la búsqueda de otras sustancias como la cocaína y drogas de diseño. No todos los jóvenes que comienzan a consumir alcohol o porros acaban consumiendo otras sustancias, pero tienen más probabilidades de consumirlas, ya que están más expuestos que aquellos jóvenes que no se hayan iniciado nunca.

noche de fiesta

¿Qué consecuencias tiene una noche de fiesta en nuestro cuerpo?

En el momento que una persona decide quedarse una noche de fiesta hasta altas horas de la madrugada con consumo o sin él, ya produce una ruptura en sus ritmos circadianos, lo que puede desembocar en problemas asociados con el sueño-vigilia.

Si además le sumamos consumo de sustancias, esta ruptura se acentúa, debido a que las drogas afectan directamente en las fases de nuestro sueño, reduciendo parte de nuestra fase REM. Esto hace que nos sintamos cansados aún después de haber dormido más de ocho horas. Justo después de acabar el consumo, aparece el periodo de abstinencia, donde el sueño se ve muy afectado, alterando nuestro ciclo y produciendo despertares continuados.

Cuando una noche se consume grandes cantidades de alcohol, las consecuencias suelen ser devastadoras para nuestro organismo. Desde el primer instante que se ingiere el alcohol comienza a realizar estragos por cada uno de nuestros órganos.

Los intestinos son los encargados de absorber el alcohol y transportarlo hacia el torrente sanguíneo, el cual está en contacto con todas las partes de nuestro organismo. Una vez comienza a afectar a nuestro cerebro, lo primero que hace es liberar dopamina en el sistema de recompensa (todas las drogas afectan directamente a esta área) que es la encargada de hacernos sentir placer cuando se consume. Por eso nuestro cerebro recuerda los efectos placenteros de las drogas. Una vez estimulada esta área, la sinapsis entre neuronas comienzan a disminuir de las diferentes áreas de nuestro cerebro y por ende se empieza a percibir los efectos, como, por ejemplo: enlentecimiento del habla o la falta de coordinación.

El resto de las drogas acceden a nuestro organismo de la misma forma o de otras distintas. En el caso del cannabis lo hace de forma fumada. Esto hace que los efectos se perciban antes, ya que entra en contacto directo a través de alveolos con nuestro torrente sanguíneo. Afectando a nuestro sistema de recompensa cerebral y produciendo efecto tales como somnolencia, apetito y distorsión de la realidad. El cannabis está clasificado como droga alucinógena

Adicción a las fiestas

El caso de la cocaína habitualmente se ingiere inhalada o fumada, aunque también puede ser inyectada. Los efectos se perciben muy rápidos porque accede directamente al torrente sanguíneo y de ahí a nuestro cerebro. La cocaína es estimulante y, por tanto, produce taquicardias, excitación y sensación de euforia, entre otras.

Las drogas de síntesis, como, por ejemplo, MDMA o Éxtasis, suelen ingerirse por vía oral y sus efectos se perciben a la media hora más o menos, ya que no entran en contacto directo con el torrente sanguíneo. Este tipo de drogas están clasificadas como estimulantes y alucinógenas. Por los que sus efectos son variados, llegando a sufrir alucinaciones o paranoias.

Si en una noche de fiesta se ingiere todas estas drogas o algunas de ellas, entendemos que los perjuicios que producen en nuestro organismo van a ser devastadores, afectando a la regulación de nuestros neurotransmisores, deteriorando distintas áreas de nuestro cerebro y dañando cada uno de nuestros órganos vitales. Por lo que cabe destacar que los daños que produce una sola noche de fiesta llegan a ser irreversibles.

“Las drogas te prometen un universo a cambio de destruir todo lo que tienes”

Cómo ayuda la terapia conductual a superar una adicción

Terapia conductual para superar una adicción

La terapia conductual se basa en el principio conductista, puntualmente en la teoría del condicionamiento clásico y operante. El fundamento de estas teorías se encuentra en el aprendizaje a través del asociacionismo entre estímulos y sus consecuencias.  Si las consecuencias son positivas (refuerzo positivo), la conducta se mantendrá en el tiempo, si por el contrario son negativas (refuerzo negativo), existirá menor probabilidad de que se repita.

Cuando una persona comienza a consumir, el refuerzo positivo que obtiene cerebralmente originará que repita las mismas conductas y así volver a conseguir la droga. Tras un periodo de tiempo, las consecuencias negativas asociadas al consumo producirán una conducta de rechazo e intento de reducirlo. Es aquí con ayuda especializada, donde pondremos en práctica la terapia cognitivo conductual y aprenderemos nuevos hábitos saludables.

¿Cómo es el desarrollo del tratamiento con terapia conductista?

Una parte importante en el tratamiento de las adicciones es la relacionada con patrones de conducta aprendidos de manera inadecuada. En la terapia cognitivo conductual en Atiempo Adicciones, los pacientes aprenden a identificar y corregir tanto los pensamientos como las conductas problemáticas que los llevan a consumir y poder así prevenir recaídas.

El tratamiento conductista ayuda a las personas a mejorar el autocontrol mediante estrategias concebidas para ello. La principal tarea que los pacientes tienen que aprender es reconocer las situaciones de riesgo que aparecen en su día a día y cómo hacer para poder evitarlas. El ocio con amigos de consumo, un estilo de vida poco activo o afrontar de manera estresante el trabajo, son ejemplos de situaciones de riesgo muy comunes en terapia.

Según las investigaciones, la terapia cognitivo conductual produce mejores efectos en los pacientes que otro tipo de terapias. Además, los logros conseguidos se conservan a largo plazo.  Este tratamiento nos ayuda a poder detectar los pensamientos irracionales que la persona adicta realiza para poder seguir consumiendo.

Para que el tratamiento pueda surgir el efecto deseado tenemos que aprender:

  • Reconocer los pensamientos que nos producen una emoción y nos llevan a consumir.
  • Las emociones que nos llevan hacia un pensamiento de consumo.
  • Los patrones de conductas automáticos, resultado de todo el proceso anterior.

A modo explicativo, imaginamos una situación en la que una persona se encuentra en tratamiento y tiene una discusión con su pareja. Esto le provoca una emoción de malestar o enfado, que despierta unos pensamientos de negatividad. Como consecuencia a todo este proceso, acaba realizando una conducta aprendida automática que es y ha sido consumir.

La terapia conductual no solo se basa en analizar como nos comportamos ante ciertas situaciones y estímulos presentes. Si no que va más allá. Es importante averiguar que aprendizajes hemos adquirido en ciertos lugares o que estímulos nos activan y nos pueden llevar directamente a consumir. Además de examinar que pensamientos y emociones nos producen esos lugares. Conocer todos estos factores en cada individuo es muy importante para que el tratamiento pueda tener los resultados esperados.  De este modo podremos sustituir estímulos, lugares o adquirir nuevas habilidades para poder hacer frente a cada uno de estos factores.

En adicciones la terapia cognitivo- conductual obtiene muy buenos resultados, acompañada según el caso clínico de medicación. La clave de este tratamiento reside en que la propia persona enferma pueda identificar, prevenir y actuar, ante situaciones de riesgo. No debemos olvidar que la adicción nos va a acompañar a lo largo de nuestra vida y que, aunque podemos volver a la normalidad, van a existir ciertos hábitos y conductas que debemos evitar o no volver a repetir, para impedir enfrentarnos constantemente a esta enfermedad.

Dejar de fumar porros

Consejos para dejar de fumar porros

Antes de comenzar a dejar de consumir cualquier sustancia debemos tener decidido que queremos dejarlo. Ser conscientes de los perjuicios de la droga para así poder dar el primer paso. Consulta nuestro tratamiento de adicción al cannabis si necesitas ayuda.

Una vez que hemos decidido abandonar el consumo, debemos acudir a un especialista. Muchas personas intentan hacerlo por sí solas y aunque pueden estar tiempo en abstinencia no consiguen los resultados esperados porque acaban volviendo a consumir de nuevo. Esto es debido a que no conocen las herramientas para poder llevar a cabo una abstinencia duradera. Es imposible alejarnos de un modo de vida tóxico si continuamos con los mismos hábitos.

Tras acudir al especialista se deberán seguir todas y cada una de las pautas para poder conseguir los resultados esperados, si no es así el consumo seguirá manteniéndose. Algunas de estas pautas pueden parecer incómodas, pero son asequibles. Después de todo, lo que interesa es abandonar el consumo.

¿Cómo dejar de fumar porros?

Todo proceso de desintoxicación implica una toma de decisión en la que se producen las siguientes fases:

– Precontemplación: cuando aún no somos conscientes de que existe un problema con los porros.

– Contemplación: empezamos a ver las consecuencias negativas de fumar, pero todavía nos pesa más el gusto por fumar.

– Preparación: este es el momento en el que te preparas para dejar de fumar y las desventajas superan a las ventajas.

– Actuación: Cuando se produce la acción de dejar de fumar.

– Mantenimiento: Cuando la conducta se mantiene en el tiempo y se valoran más positivamente las ventajas de dejar de fumar.

Una vez detectemos en qué fase nos encontramos será cuestión de desplegar las herramientas necesarias adaptadas a cada estadio. El proceso en sí no va a ser fácil, pero si nos encontramos en una etapa de preparación, podremos empezar a ver los efectos antes y manejar mejor las situaciones, además de seguir todas las pautas que nuestro experto nos recomienda.

Síntomas después de dejar de fumar porros

Cuando decidimos dejar de fumar porros podemos tener distintas consecuencias.

La mayoría de las consecuencias de dejar de fumar porros son positivas, aunque en un principio pueda existir el síndrome de abstinencia y por tanto los síntomas no sean tan agradables.

Algunos síntomas de la abstinencia:

· Dolor de cabeza

· Problemas para dormir.

· Sentirse deprimido.

· Falta de apetito.

· Nauseas y problemas de digestión.

· Irritabilidad.

Sin embargo, en la cara opuesta nos encontramos los beneficios:

· La percepción de las cosas deja de estar distorsionada.

· Mejora la capacidad de concentración.

· Somos más elocuentes hablando.

· Mejora la calidad del sueño.

· Estamos más lúcidos para poder expresarnos.

· Mejora del estado anímico.

· Recuperar recuerdos antiguos

· Mejora la capacidad de aprendizaje.

· Disfrutar de las pequeñas cosas.

· Aumento de apetito y poder saborear los distintos alimentos.

· Evitar tener problemas legales.

· Tener más energía para realizar actividades cotidianas.

· Reduce apatía.

· Mejora tus redes sociales.

· Ámbito laboral.

¿Cómo podemos ayudarte en el centro Atiempoadicciones?

En el centro Atiempo Adicciones trabajamos varios especialistas expertos en la adición.Desde el centro queremos darte algunas técnicas para dejar de fumar porros.

En primer lugar, debemos tener claro que queremos dejar de fumar, este hecho es muy importante ya que va a ser muy significativo para continuar con la abstinencia. Para ello debemos saber que los efectos negativos que están produciendo los porros en nuestra vida son mayores que los efectos positivos de desinhibición.

Una de las principales razones por la que los pacientes acuden al centro es por una pérdida progresiva de su vida social, familiar y laboral. Muchas de las personas que acuden no son conscientes totalmente de su empeoramiento psicológico hasta que dejan definitivamente el consumo y comienzan a darse cuenta del estado de aletargamiento que sufrían anteriormente.

Son múltiples los efectos de dejar de fumar porros y desde aquí queremos citarte varios de ellos, que hemos observado en nuestros usuarios.

Te citamos algunos:

· En el ámbito social y familiar: mejoran la calidad de las relaciones con todos los miembros de la familia además de amistades y parejas

· En el ámbito laboral o académico: su mente al no estar bajos los efectos de los porros está muchísimo más despejada para poder pensar, razonar y realizar actividades que anteriormente realizaban con dificultad o lentitud.

Desde Atiempo trabajamos todos los ámbitos bio-psico-sociales del individuo para poder facilitar la desintoxicación de sustancias y hacerte el proceso lo más fácil posible.

Psiquiatra Adicciones

Cómo trabaja un psiquiatra especialista en adicciones

En todas las adicciones, tanto a sustancias como comportamentales, la bioquímica cerebral está alterada en mayor o menor grado. Obviamente en adicciones a sustancias donde el consumo ha sido muy elevado y frecuente además de tener una larga trayectoria, es más probable que haya alteraciones en la bioquímica y en diferentes áreas a nivel cerebral que condicionan y perjudican la rehabilitación de la persona, en muchas ocasiones necesitando un ingreso para poder superar la etapa de desintoxicación. La desintoxicación es el primer paso del tratamiento de adicciones, que involucra la eliminación de la sustancia del cuerpo para la superación de la dependencia física, para luego dar paso a la etapa de deshabituación, mucho más compleja y extensa en el tiempo.

Además de estas alteraciones de las que hablamos (todas como consecuencia de las adicciones) es muy frecuente que nos podamos encontrar con otras dificultades, como que la persona padezca otro trastorno que precede o está asociado con la adicción. Estados depresivos, estados de ansiedad, trastornos de la personalidad, trastornos de la conducta alimentaria…etc. De esto, la figura del psiquiatra sea fundamental en el tratamiento y recuperación.

La psiquiatría es una especialidad médica, enfocada al estudio de las enfermedades mentales, con el objetivo de prevenir, evaluar, diagnosticar y tratar a personas que padecen alguna alteración o trastorno de carácter psíquico, asegurando y aumentando su autonomía y bienestar mental. La función de un psiquiatra especialista en adicciones es:

– Evaluar el estado actual de la persona, los signos y síntomas que presenta.

– Evaluar las repercusiones y consecuencias del consumo de sustancias, tanto a nivel médico como psíquico.

– Realizar un diagnóstico riguroso del trastorno adictivo, así como de las otras alteraciones que estén asociadas.

– Realizar un plan terapéutico eficiente e individualizado.

– Seguimientos y revisiones periódicas de revaluación.

El abordaje terapéutico es prioritariamente fisiológico, desde la prescripción de medicación como los fármacos psicotrópicos u otro tipo de intervención médica, con el fin de equilibrar la bioquímica cerebral, y reparar la parte fisiológica que está descompensada o deteriorada. Los fármacos psicotrópicos son agentes químicos que actúan sobre el sistema nervioso central, con el objetivo de provocar cambios temporales en la percepción y atención, estados de ánimo, estados de conciencia y comportamientos. El abordaje biológico se complementa con el psicoterapéutico. El psiquiatra trabajará de forma multidisciplinar con el resto de profesionales de la salud (psicólogos, terapeutas) para ofrecer un tratamiento integrador e individualizado que garantice el éxito en la recuperación y autonomía de la persona.

La psicología como parte de la rehabilitación

Aunque la parte bioquímica del tratamiento es una parte muy importante del mismo, sobre todo en las primeras etapas, no hay que olvidar la importancia terapéutica de la rehabilitación. La medicación es un aspecto importante que en muchas ocasiones nos permite “ganar tiempo” en un momento del tratamiento delicado. Como comentábamos, además del tratamiento psiquiátrico está el tratamiento psicológico. A través de él, el paciente se sumerge en un proceso de autoconocimiento y autogestión. En términos coloquiales: se trata de analizarnos a nosotros mismos y saber de donde venimos y por qué somos actualmente así. Es importante conocer nuestra historia, saber qué hechos nos han afectado y entender que, aunque lo que ya ha pasado no va a cambiar, la construcción que hagamos hacia el futuro depende de nosotros. Muchas veces da vértigo pensar que todo lo que nos ha venido acompañando hasta ahora ya no sirve y es necesario volver a empezar. Desde Atiempo Adicciones queremos que sepas que este camino, aunque largo y a veces doloroso, se hace mucho más fácil acompañado y con guía. Y, desde nuestra clínica, estamos dispuestos a ayudarte.

Consecuencias físicas de tomar drogas

Principales consecuencias físicas de tomar drogas

El consumo de drogas tiene efectos adversos sobre nuestro organismo y no es dependiente del periodo de tiempo. Con esto queremos decir que es indiferente el tiempo que se está haciendo uso de la sustancia, los efectos negativos se producen desde la primera toma.

Algunas consecuencias de consumir drogas son:

· Respiratorias.

· Neurológicas

· Cardiovasculares

· Gastrointestinales

· Sistema nervioso central

· Sistema inmunológico

· Comportamentales.

· Otros (hepatitis, VIH…)

Estas consecuencias físicas de consumir drogas se van a observar dependiendo de varios factores como son, abuso, toxicidad y vulnerabilidad biológica. Aunque los efectos negativos sobre nuestro organismo comienzan a actuar desde el primer momento, no en todos los casos son visibles desde la primera toma.

La reacción del organismo ante el abuso de drogas

Desde el primer instante en que la droga entra en nuestro organismo comienza a dañar las distintas áreas de nuestro cuerpo. Dependiendo de la vía de administración, a través de la ingesta, inyectada o inhalada. Los efectos se percibirán antes o después.

En cuanto la sustancia entra en contacto con el torrente sanguíneo y accede a nuestro cerebro, se comienza a liberar una gran cantidad de neurotransmisores dopaminérgicos. Es aquí donde se empieza a sentir los efectos psicológicos causados por el consumo. Todas las drogas actúan en el mismo sistema de refuerzo del cerebro dopaminérgico, produciendo un sentimiento de placer y euforia que hace que volvamos a querer consumir. Si el consumo se repite constantemente se refuerzan las conexiones neuronales, produciendo cambios en la liberación de estos neurotransmisores, produciendo el llamado cerebro adicto.

La adicción a las drogas se puede diferenciar en dos tipos, la física y la psicológica.

En el caso de la física haría referencia a la liberación de neurotransmisores que produce una sensación de placer. Aquí se podría observar el síndrome de abstinencia cuando se deja de consumir la droga.

La psicológica sería el aprendizaje que hemos instaurado en nuestro cerebro a través del consumo repetitivo, que se manifiesta a través de emociones o pensamientos. Es muchísimo más perdurable en el tiempo y la más difícil de superar cuando se deja de consumir.

No todas las drogas producen los mismos efectos en nuestro organismo. Estos efectos podemos clasificarlos de la siguiente manera:

· Depresores

· Estimulantes

· Perturbadores

Las consecuencias de las drogas en el organismo suelen ser devastadoras, sobre todo en el cerebro, ya que este llega a verse alterado su funcionamiento e incluso su estructura. Estos cambios producidos por el abuso de las drogas dan explicación a muchas conductas de personas que sufren algún tipo de adicción.

También es habitual observar patologías duales a consecuencia del consumo abusivo de alguna sustancia. Como es el caso de trastornos del ánimo, trastornos de personalidad e incluso esquizofrenia.

Tanto las consecuencias físicas como psicológicas tras el consumo de cualquier droga van a ser devastadores para nuestro organismo. Además, estos efectos se van a ver potenciados si existe consumo de varias sustancias al mismo tiempo.

Si necesitas ayuda para tratar algún tipo de adicción, no dudes en acudir a nuestro centro de desintoxicación en Madrid para ayudarte a solucionar todas tus problemas e inquietudes.

 

Signos y Síntomas de Alcoholismo

El alcoholismo es una condición seria que afecta a muchas personas en todo el mundo. Reconocer los signos y síntomas del alcoholismo es fundamental para intervenir a tiempo y buscar la ayuda necesaria. Los signos del alcoholismo pueden variar, pero algunos de los indicadores más comunes incluyen un aumento de la tolerancia al alcohol, incapacidad para controlar el consumo, y la manifestación de síntomas de abstinencia cuando no se bebe.

Los síntomas del alcoholismo pueden afectar tanto la salud física como la mental. Pueden incluir cambios en el comportamiento, depresión, ansiedad y problemas de relación. Es fundamental prestar atención a señales como el aislamiento social, el deterioro en el desempeño laboral o académico, y la pérdida de interés en actividades previamente disfrutadas.

En ATiempo Adicciones, tu centro adicciones Madrid, entendemos la importancia de abordar el alcoholismo de manera integral. Nuestro equipo de profesionales altamente capacitados está aquí para brindarte el apoyo necesario en cada etapa de tu recuperación. Si reconoces estos signos y síntomas del alcoholismo en ti mismo o en un ser querido, no dudes en contactarnos para obtener ayuda y orientación.

Recuerda, la detección temprana y el tratamiento adecuado pueden marcar la diferencia en la recuperación. Juntos, podemos enfrentar el alcoholismo y construir un camino hacia una vida más saludable y plena.

Cuáles son los primeros signos de alcoholismo

Entendemos por alcoholismo el consumo repetido y/o prolongado de alcohol con su consecuente intoxicación periódica derivada del mismo. La persona consumidora acaba desarrollando una elevada tolerancia a la bebida y su consecuente síndrome de abstinencia.

Debido a la naturalidad con la que se consume alcohol en nuestra sociedad y su presencia normalizada en la mayor parte de eventos sociales, vitales y celebraciones, los síntomas del alcoholismo pueden pasar desapercibidos hasta que se encuentran en grado avanzado. Aun así, hay que tener en cuenta que también se pueden presentar en forma de consumos desadaptativos desde su inicio.

Los problemas derivados pueden manifestarse a nivel personal, social, económico, psicológico, familiar y laboral. Como datos objetivos, y para no olvidarnos del impacto real del consumo de alcohol en nuestra sociedad, podemos decir que cada año tienen lugar 3,3 millones de muertes en el mundo derivadas del alcohol (que representan el 5,9% de las defunciones totales). Fuera de esta mortalidad objetiva, al consumo del alcohol también trae consigo una gran decadencia personal, además de un exacerbado sufrimiento  

Debido a que la adicción al alcohol suele desarrollarse de forma lenta, es necesario establecer una serie de signos que nos permitan identificar el problema de manera precoz (ya sea en un amigo, un familiar, pareja o incluso en nosotros mismos).

Entre estos síntomas podemos enumerar: el consumo de alcohol compulsivo (ingesta rápida para alcanzar “cuanto antes” el estado de embriaguez buscado), aumento de la cantidad necesaria del alcohol para conseguir el mismo efecto (aumento de la tolerancia) y el beber solo o a escondidas de nuestros familiares/pareja/ compañeros de trabajo, etc.

Otra característica a considerar es el síndrome de abstinencia: este se produce cuando se retira la sustancia a la que hemos desarrollado dependencia (en este caso el alcohol). Puede presentarse a través de: temblores, sudoración, dolor de cabeza, ansiedad, irritabilidad, náuseas/vómitos o problemas para dormir.

Si hablamos de síndromes de abstinencia no podemos olvidarnos del “Delirium Tremens”, ya que se trata de uno de los síndromes más graves y que está asociado al alcohol. El “Delirium Tremens” se entiende como un cuadro confusional agudo que puede aparecer entre las 4 y 72 horas posteriores a la abstinencia (no se manifiesta siempre). Este viene acompañado de alucinaciones, delirios, susceptibilidad emocional, agitación e incluso convulsiones. Se trata de un síndrome de abstinencia muy peligroso que en un 20% de los casos puede resultar mortal. 

Que hacer ante la aparición de los primeros síntomas del alcoholismo

Una vez identificados los síntomas es muy importante que estemos alerta sobre el desarrollo de los mismos. Como hemos comentado, el alcohol puede presentar un tipo de síndrome de abstinencia muy grave a nivel médico y que puede desencadenar en la muerte del paciente.

Es muy importante que estemos atentos a las primeras horas para determinar, si es necesario, intervención médica. En el caso de la adicción al alcohol y a otras drogas farmacológicas, es importante pautar el abandono del consumo

El abandono controlado es necesario para tener un control profesional sobre el impacto físico que nos genera, siendo muy importante recurrir a un especialista si al intentar el abandono de la sustancia identificamos este tipo de síntomas.

Desde ATiempo ofrecemos acompañamiento terapéutico en el proceso de desintoxicación junto con apoyo médico-psiquiátrico, tratamiento para el alcoholismo desde sus primeros síntomas. Como todo proceso de desintoxicación, el abandono de la sustancia es el punto de inicio y tiene que ir acompañado de apoyo psicológico. Todo tipo de adicción se entiende como una enfermedad crónica que lo único que quiere decir es que tenemos que aprender a adaptar nuestras emociones y nuestro comportamiento a una nueva vida como alcohólicos sobrios. 

Pensar extremista o dicotómico

Pensar extremista o dicotómico

“Es blanco o negro”, “Si o no”, “todo o nada” “amor u odio” “exceso o carencia” ….todos estos pensamientos son polarizados, se mueven en una escala extremista, obviando o restando importancia a los puntos intermedios o grises que son la realidad de las cosas en la vida.

El pensamiento polarizado o extremista es una de las distorsiones cognitivas más comunes y frecuentes que usamos en el día a día. Este pensamiento rígido nos impide flexibilizarnos ante la realidad que se mueve en torno a diferentes matices y no extremos absolutos. Esta forma de percibir la realidad de forma distorsionada, puede carrear diferentes problemas, ya que esto se traduce a vivir la vida de forma extremista en general. Nuestras reacciones se vuelven de la misma manera extremas, no tenemos medida o “punto medio” en nada, tendemos a acercarnos demasiado o a repeler con intensidad. A amar y/o odiar de maneras muy
intensas, a creer en las cosas y cuando las vemos “malas” o
decepcionantes… a dejar de creer y enfadarnos, desechar,
desaprobar, a pasar de la positividad absoluta al negativismo mas extremo, y así con todo.

Esto crea un mundo de contrastes entre el blanco y el negro, sin matices ni grises intermedios. Y, por tanto, como consecuencia las reacciones emocionales y conductuales de las personas con este tipo de patrón cognitivo, oscilan de un extremo al otro.

Arnold Beck, destacado padre de la escuela de psicología cognitivo-conductual, nos hace ver como que el pensamiento simplista o como él lo llama “primitivo” tiene las siguientes características:

  • Es global y no dimensional, lo cual implica que abarca el todo sin tomar en cuenta las partes.
  • Es absolutista, es decir que abarca y clasifica de manera uniforme.
  • Es invariable y rígido, así que una vez que se establece tiende a no ser flexible.
  • Es irreversible, así que una vez que es, no puede volver a un estado anterior o diferente.

Esta distorsión del pensamiento muestra una gran inflexibilidad, lo que lleva a dejar de apreciar y valorar las experiencias vividas deformando la visión o percepción de la realidad, al encasillarla en función de criterio excluyentes;

las cosas son buenas o son malas, se triunfa o se fracasa, se ama o se odia, se es capaz o se es un inútil, se es justo o injusto, etc… Este modo de pensar es muy perjudicial tanta para la propia autovaloración como pata la percepción de los que nos rodean y el mundo en general.

Para manejar este tipo de pensamiento, debemos aprender a cuantificar o relativizar el grado de certeza que tenemos de estos juicios o apreciaciones. Pongamos un ejemplo, si me encuentro en una situación en la que me juzgo con dureza porque he cometido un error, llevaré mi atención a que contemple aquellos otros casos en los que mi conducta resultó acertada, así como valorar el grado ese error es significativo. Pensaré, además, en cómo solucionar mi error y en aprender de la situación pasada para ver que otras alternativas podría hacer en caso de que esa situación se volviese a presentar en el futuro.

La gratificación inmediata

La gratificación inmediata, un gran enemigo del bienestar: “Lo quiero ya, si no es ahora no es nunca”

Vivimos en el mundo de la inmediatez, todo es con prisas, todo es para ya, cuanto antes mejor, donde nos facilitan todo en el menor tiempo posible, donde nos ponemos nerviosos si tenemos que esperar por algo, porque ya aceptamos que la normalidad es PARA YA.

Este mundo con esta dinámica nos ayuda poco a poco a convertirnos en unos grandes “frustradores crónicos”. Situaciones rutinarias como esperar una cola en el supermercado, que internet se caiga unos minutos, un atasco a la hora de ir a trabajar, nos hace entrar en cólera y sentir una gran incomodidad acompañada de rábida y estrés. Es verdad que nuestro día a día está lleno de obligaciones y responsabilidades y que necesitaríamos a veces más hora para poder llegar a hacer todo, pero ¿igual nos estamos pasando un poquito no?

¿Qué es la gratificación inmediata?

Pues como su nombre indica es exactamente eso, la recompensa instantánea, obtener un beneficio, placer o recompensa inmediato.

En un famoso experimento se tomaron a 600 niños entre 3 y 5 años de edad. En el proceso se les situó, uno por uno, dentro de una habitación donde había sobre una mesa, una galleta, una nube o marshmallow, (nombre, el experimento) o un pretzel.

Se le daban dos opciones; comerse en el momento una de las chucherías, pero también podían escoger esperar durante 15 minutos y poder comerse otra más. Los niños que elegían esperar para recibir el doble de “beneficio” usaban diferentes métodos para distraerse y poder aguantar la tentación, como taparse los ojos para no ver las chuches o tirarse de del pelo para mantener su atención en otra cosa.

Según los resultados, solo una minoría decidió comerse la chuchería en el momento, y de todos los que decidieron esperar, más de un 30% lograron completar los 15 minutos y comerse el segundo premio, siendo los mayores de edad, los más capaces.

En estudios posteriores se vio que los niños que mostraron capacidad para controlar sus impulsos demostraron haber tenido muchos menos problemas de conducta durante la adolescencia, tenían una autoestima más alta y mejores relaciones personales. Incluso obtuvieron mejores notas en sus exámenes de acceso a la universidad que los niños que no lograron esperar.

Como adultos, estos niños tuvieron menor tendencia a divorciarse, ocuparon mejores puestos y con mayor sueldo y en general, un mejor estado de salud.

Por contra, los que no pudieron esperar, desarrollaron comportamientos disfuncionales como el abandono temprano del colegio hasta el abuso de sustancias, pasando por embarazos no deseados, condenas por crímenes, agresividad, problemas financieros y sobrepeso.

Como decía antes, vivimos en una sociedad donde el entretenimiento, la comida, el sexo, viajes, el ocio son cuestión de segundos, minutos o pocas horas. Cosas que antes tardaban días y que requerían de esfuerzo y disciplina, ahora las tenemos de forma instantánea y sin esfuerzo.

Esa inmediatez es adictiva. Podríamos pensar que nadie retrasaría tener algo que quiere, algo que desea, o que incluso cree que necesita. Y ahí está el problema, porque la gratificación instantánea nos evita sentir y saber gestionar la frustración, además de generar adicción.

En la actualidad apenas necesitamos esfuerzo para satisfacer casi cualquier necesidad o capricho. Las cosas, los logros pierden su valor, ya que no requieren de esfuerzo y dedicación.

Por un lado, nuestra vida es más cómoda, y no se trata de volver hacia atrás en todo, pero sí de encontrar un término medio y en aprender a controlar nuestros impulsos y tolerar la frustración del “no Yaismo”.

Etapas en la adicción, del enamoramiento a la prisión.

Etapas en la adicción, del enamoramiento a la prisión

Las adicciones son complejas y variadas, debido en parte a su naturaleza multifactorial y, por otra parte, a las múltiples consecuencias que afectan a la persona de forma holística.

Cuando se comienza un tratamiento para superara la adicción, ésta suele estar bastante instaurada en la persona, afectando en muchos niveles a esta y a su entorno más cercano.

Esto se debe a como funciona el proceso de instauración de una adicción. En las primeras etapas hay una completa negación de que se está gestando un problema real, y es por ello que la adicción avanza. Además, muchas veces la señales que alarman a los familiares o entorno más cercano, suelen aparecen cuando la persona ya tiene una gran dependencia a la sustancia (alcohol, cocaína, marihuana…) o a la conducta (juego, sexo, móvil…) de forma compulsiva y dañina.

¿Cómo se gesta la adicción dentro de la persona?

Enamoramiento, digamos que son las primeras experiencias o sensaciones positivas con la sustancia o conducta. Los primeros contactos que crean un vínculo de refuerzo positivo y agradable de forma inconsciente. En muchas ocasiones sin saberlo, este momento se convierte en el anzuelo de la prisión de la adicción.

Luna de miel, se entra en una etapa distorsionada de potenciar lo positivo y minimizar las consecuencias negativas del consumo. Se buscan “soluciones rápidas o mágicas” a los problemas de la vida cotidiana, evitación de conflictos y escaparse de lo que genere malestar, miedo o frustración. El consumo sirve de anestesia y evasión.

Traición, comenzamos a ver la verdadera cara maliciosa de la adicción. Empezamos a ver las consecuencias negativas y perjudiciales del consumo en la vida. Deterioro a nivel social, laboral, vida sentimental, comienza a verse con cada vez más intensidad.

En la ruina, cada vez se necesita más consumo para tener el efecto buscado, y ya no es una experiencia positiva. Intentamos volver a la fase anterior aumentando la dosis, negando la realidad del problema. Se consume para aliviar un gran malestar, fruto de la dependencia creada por el uso abusivo. Se pasa del uso por placer al uso por “necesidad”. Los problemas asociados se incrementan, entrando en un círculo vicioso.

Encerrados, la persona es prisionera de la adicción que padece. Ya no tiene el control de nada y vive exclusivamente para el consumo. La destrucción de la vida de la persona y su entorno se incrementa hasta en ocasiones la muerte. Se precisa de intervención urgente para no llegar a las peores consecuencias.

Como hemos visto anteriormente, la adicción avanza destruyendo a la persona y su entorno sino hacemos algo al respecto para frenarla y revertir sus efectos. A cada fase que sobrepasamos el proceso de recuperación se hace más complicado, ya que se necesitará recuperar y sanar cada vez  más las áreas vitales de la persona, y que por otro lado la persona se sentirá más incapaz y presa por la sustancia. Por eso actuar cuanto antes es imprescindible para una buena recuperación y para dejar de sufrir y construir una vida saludable cuanto antes.

Anestesia emocional y adicciones

Anestesia emocional y adicciones

Siempre decimos que la adicción de base tiene un problema emocional o de gestión emocional. Esto muchas veces nos cuesta digerirlo, ya que pensamos que no es así, que igual tiene que ver más con la conducta o con el entorno que se tiene. Esto último tampoco va desencaminado, y el real que el entorno en las adicciones es un factor muy importante, que afecta negativa o positivamente según el caso. Pero debajo de todo eso, está la persona con un gran sufrimiento y una mala gestión de sus emociones que se convierte en negativos pensamientos y por ende en conductas no muy acertadas.

Se perciben los sentimientos o emociones como algo peligroso, incomodo, desagradable e imposible de poder sostener “sentir me puede”, “no puedo soportar esto”, “es inaguantable, no puedo”, “necesito escapar o salir de esto” …estos pensamientos, aunque de forma inconsciente, forman parte del repertorio de frases negativos que suelen aparecer en la mente de las personas que sufren de adicción.

Las emociones son unos de los recursos más valioso que tenemos para adaptarnos al entorno, las señales que nos mandan las emociones son información, es la forma que tiene nuestro cuerpo de hablarnos e informarnos que algo no va bien, que no estamos bien o que tenemos que cambiar algo. Esto se complica cuando no podemos, no queremos o no sabemos gestionar eso que nos ocurre (normalmente algo que percibimos como negativo, insoportable y descorazonador) y recurrimos a drogas o conductas adictivas para escaparnos de ese malestar o para paliarlo momentáneamente, si pagamos un precio muy alto por unos pequeños momentos de falso alivio o bienestar efímero y mentiroso.

Todas las drogas (alcohol, cocaína, marihuana…) o conductas adictivas (juego, sexo, comida…) precisamente provocan artificialmente ese efecto de “desconexión” o “anestesia” emocional, que es lo que se buscan quizás no tan conscientemente.

Las adicciones se conforman de esa forma traicionera. Al principio, encontramos en esa sustancia o acción una ganancia o recompensa, nos sentimos mejor, tenemos una experiencia positiva y gratificante. Esto es lo que se conoce en psicología como refuerzo positivo. El reforzamiento positivo se asocia a la realización de una conducta con la obtención de una consecuencia agradable para la persona. La conciencia de esta relación motiva a la persona a ejecutar la conducta por tal de obtener la recompensa. Ponemos un ejemplo; un chico de 13 años en el instituto ve que sus amigos de siempre comienzan a hacer “grupito” y empezar a “jugar” y probar cigarrillos y “porros”. Él ha escuchado en su casa que “no son buenos y que no tiene que acercarse a ellos, pero el chaval piensa que si todos los hacen pues no será tan malo, lo prueba y aunque se atraganta un poco, su experiencia subjetiva es divertida y positiva, todos los amigos lo refuerzan y además le entra una risa fuerte y por todo, lo cual le hace querer tener ora oportunidad. Ese refuerzo motiva a la persona a seguir buscando la conducta para volver a recrear esa experiencia positiva.

Cuando se repite la conducta la adicción empieza a avanzar, y el reforzamiento positivo va dejando pasar al refuerzo negativo, es decir, ya la persona no consume por sentirse bien, sino para no sentirse mal. La adicción ha realizado cambios a nivel físico, psíquico y social, lo cual tiene como consecuencia que para estar en “equilibrio” la persona necesita consumir cada vez más. Conocemos esto como refuerzo negativo, y suele ser la evolución que cursa en la mayoría de las adicciones, en las que la persona ya no se “divierte” con la sustancia o la conducta, sino que la usa para encontrara un alivio al malestar de la abstinencia.

Así se comienza a escapar de su malestar, anestesiando sus emociones y su dolor, pero a un precio muy alto, el precio de anestesiar todo, también la bueno y lo positivo se deja de sentir.

Cerebro y adicciones

Cerebro y adicciones

El cerebro es la estructura más compleja del cuerpo humano. Necesitamos el cerebro para regular las funciones básicas de nuestro cuerpo, nos permite percibir y responder a las experiencias vividas, y moldea nuestros pensamientos, emociones y conductas.

Todas las sustancias o conductas adictivas afectan a diferentes estructuras cerebrales, las drogas o conductas adictivas alteran y modifican áreas muy importantes del cerebro que son necesarias para funciones básicas y fomentan el uso o abuso compulsivo de esas drogas o conductas, que se define como adicción.

¿Cómo afectan las drogas al circuito de recompensa cerebral?

Tanto las drogas (cocaína, marihuana, alcohol, heroína….) como las conductas adictivas (internet, juego, sexo…), directa o indirectamente afectan al sistema de gratificación del celebro, aumentando la dopamina en este sistema. La dopamina es un neurotransmisor cerebral que se encuentra en las áreas cerebrales que regulan el movimiento, la motivación, la emoción y las sensaciones de placer. Cuando la dopamina se activa de forma natural (comer, hacer ejercicio, relaciones sexuales, bailar…) este sistema recompensa estos comportamientos naturales y beneficiosos. Sin embargo, las drogas sobre estimulan este sistema de recompensa, produciendo efectos de euforia que refuerzan el consumo y enseña a la persona consumidora a repetir las conductas.

¿Y qué ocurre con el consumo a largo plazo?

Como veíamos en el apartado anterior, la diferencia entres las recompensas naturales y las recompensas producidas por sustancias adictivas se asemejan a poner unos altavoces a volumen bajo o a toda potencia. Si seguimos consumiendo drogas, el cerebro tiene que ajustarse a estos aumentos antinaturales de dopamina, produciendo menos cantidad o disminuyendo la receptividad. Como resultado tenemos que la personas que tiene un consumo de drogas o conductas adictivas a largo plazo, se ajusta su cerebro a un impacto de dopamina muy bajo, por lo que se reduce la capacidad de experimentar cualquier tipo de placer.

Esto hace que la persona siga consumiendo una y otra vez para poder conseguir que los niveles de dopamina (de gratificación o placer) regresen a la normalidad, lo cual hace entrar en un circulo vicioso, ya que cada vez se necesita un aumento de sustancia para conseguir el mismo efecto. Por esto es tan importante acompañar a la persona con una adicción con un tratamiento que aborde toda la problemática que conlleva. La decisión de abandonar el consumo en muy importante, pero tanto como sostener un tratamiento que reviertas los efectos secundarios del consumo y nuevas estrategias para conseguir bienestar natural y real.

En Atiempo Adicciones estamos preparados para proporcionar toda la información que necesiten sobre los problemas de adicción y otros problemas psicológicos. No duden en contactar con nosotros, disponemos de asistencia 24h en el 914 009 559 / 673 139 280.

Etapas de cambio en el tratamiento de adicciones

Cuando existe un problema de adicciones, normalmente no se decide dejar de consumir de la noche a la mañana. Las personas que deciden dar el paso pasan por diversas etapas de cambio en el tratamiento de adicciones.

Algunas personas recorrerán el camino sin tropiezos. Otras, puede que necesiten más de un intento. Pero lo importante es tomar la decisión de cambiar, superar el problema, y comenzar un tratamiento de adicciones. El cambio es posible, y al final del camino espera una vida mejor, más plena, y libre de adicciones.

El cambio es posible cuando se decide iniciar un tratamiento

El tratamiento de las adicciones no es fácil, pero es posible si realmente uno toma la decisión de querer recuperar su vida y dejar atrás el sufrimiento y desesperación que trae consigo cualquier tipo de adicción.

Cuando tenemos un problema con el consumo de una sustancia adictiva (alcohol, cocaína, marihuana, heroína…) o con la pérdida de control ante una conducta adictiva (sexo, juego…), no siempre se tiene la conciencia realista de la enfermedad que se esta padeciendo. Esto es una traba muy común en el proceso de búsqueda de ayuda profesional e intervención. La persona pasa por diferentes etapas para tomar la decisión de cambio en su proceso.

¿Cuáles son las etapas de cambio en el tratamiento de adicciones?

Pre-contemplación: en esta primera fase, aunque ya haya un problema con el uso o abuso de sustancias o conductas compulsivas, no se tiene ninguna conciencia de problema. Hay una negación absoluta de las consecuencias adversas de ese comportamiento.

Contemplación: en la segunda fase la persona comienza a ver y tomar en cuenta los aspectos negativos del comportamiento adictivo. Todavía no lo percibe como un problema a cambiar, ya que la percepción de experiencia positiva es aún mayor que la negativa. Podría traducirse como “sí, sé que esto no es bueno, pero ya lo iré dejando en un futuro”

Preparación al cambio: en esta fase se tiene conciencia del problema y de las consecuencias negativas que está acarreando en su vida. Se toma la decisión de hacer algo y se buscan las estrategias y la forma para hacerlo.

Acción: se pasa a la acción de dejar el consumo o conducta adictiva y realizar un tratamiento supervisado para abordar todas las áreas afectadas.

Mantenimiento: se continúa con el proceso de cambio, manteniendo todas las modificaciones en las diferentes áreas de la vida que se han revertido para ayudar a la recuperación de la persona y a la construcción de una vida mejor y más plena.

Recaída: aunque no es parte necesaria del proceso de cambio o recuperación en las adicciones, es posible que nos encontremos con la etapa de recaída en la conducta adictiva. Un exceso de confianza, o dejar de seguir las pautas e indicaciones del tratamiento pueden traer como consecuencia una vuelta a etapas anteriores. Aunque en ocasiones esto es una piedra en el camino de la recuperación que complica el pronóstico favorable de la persona, a veces esta etapa puede ayudar a tomar la conciencia suficiente para realizar un tratamiento mas pleno y satisfactorio. Desde aquí se volvería a la etapa de Acción, pero con una información y experiencia diferentes, cambiando la conciencia y las estrategias que garanticen un éxito en el proceso.

En Atiempo Adicciones estamos preparados para proporcionar toda la información que necesiten sobre los problemas de adicción y otros problemas psicológicos. No duden en contactar con nosotros, disponemos de asistencia 24h en el 914 009 559 / 673 139 280.

ADOLESCENTES: Impulsividad y Agresividad

Aunque cada adolescente es un mundo y existen diferencias individuales entre ellos, hay características frecuentes y comunes a la mayoría. Por ejemplo, uno de los rasgos más asociados a la adolescencia es la impulsividad.

La impulsividad en la adolescencia se caracteriza por el “hacer y luego pensar”. Su mala gestión puede derivar en agresividad, y en problemas de adicciones.

La impulsividad en los adolescentes

La impulsividad es un rasgo de la personalidad caracterizado por la tendencia a comenzar o continuar una conducta (actos o palabras) sin tener primero en cuenta las consecuencias que puede tener, tanto para uno mismo como para los demás. Se actúa solo siguiendo el impulso sin tener en cuenta ni analizar las distintas variables a priori.

Identificamos la impulsividad en los adolescentes cuando:

  • Actúan sin pensar.
  • Buscan experiencias arriesgadas y peligrosas.
  • Presentan una baja tolerancia al aburrimiento.
  • Se comportan de manera desorganizada y sin planificación.
  • Tienen problemas de memoria y olvidos.
  • Muestran inconstancia y cambios frecuentes de actividades.
  • Les cuesta esperar su turno para hablar.
  • Actúan en ocasiones de forma inapropiada.

En la adolescencia, el cerebro aún es muy vulnerable y no está completamente desarrollado. Por ello, las experiencias o vivencias en esta época pueden provocar cambios en el desarrollo cerebral. Esta inmadurez cerebral a nivel emocional lleva en muchas ocasiones a la búsqueda de conductas de riesgo. Por eso, la impulsividad es un rasgo tan característico en muchos adolescentes.

La impulsividad puede derivar en agresividad y problemas de adicciones

La mala gestión de la impulsividad, unido a situaciones o experiencias socioemocionales complicadas, suele llevar a conductas de agresividad. En muchas ocasiones se relaciona también con el consumo de alcohol y otras drogas, así como una tendencia a conductas adictivas con el juego y las apuestas.

Tenemos que estar atentos cuando nuestros adolescentes están pasando por esa época importante en su desarrollo. Eso nos permitirá detectar y actuar pronto ante las señales de alarma que nos avisan que están pasando a más y que tenemos que ponernos a la acción

La primavera es algo que nos altera

Aunque el riesgo de consumo de drogas (así como su prevención y tratamiento) es un problema permanente sea cual sea la estación del año, en esta época del año se disparan los factores de riesgo y exposición, y es habitual que haya un repunte de los problemas relacionados con las adicciones en primavera.

Tener este efecto presente y reaccionar a tiempo nos ayudará a evitar riesgos mayores y mejorar nuestra calidad de vida.

Adicciones en primavera

Estamos en primavera, la estación en la que los días son más largos, el sol se potencia y suben las temperaturas. Los paisajes se llenan de flores, colores y olores, invitándonos a pasar más tiempo fuera disfrutando de los amigos y de la familia.

Es una estación alegre, para disfrutar, salir y hacer cosas que no hemos podido hacer durante los lluviosos y grises días de invierno. Pero no todo es alegría, hay una parte no tan bonita en esta estación que precede al verano y a las vacaciones.

No es casualidad que en verano y vacaciones el repunte de consumo de drogas (entre ellas alcohol y cocaína), y de recaídas, se dispare.

Por un lado, aumentan las situaciones de riesgo y la exposición a sustancias adictivas. Comuniones, bodas, ferias, celebraciones, eventos, cumpleaños, festivales… en los meses de calor aumentan los festejos, y con ello, la disponibilidad y asociación al consumo de diversas drogas. Esto ayuda a aumentar el autoengaño y negación de personas que pueden estar sufriendo una adicción. Se «normaliza” en diferente contexto el consumo porque “todo el mundo lo hace”, «es lo normal” y “sólo lo hago en estos eventos”. Este autoengaño es muy típico y usado para engañarse a uno mismo y negarse la realidad de la adicción.

Sin embargo, si la persona ha tomado conciencia de su problema y está realizando un tratamiento para la desintoxicación y recuperación, es una época peligrosa en que se debe aumentar la protección y no prescindir del tratamiento. Con las vacaciones, muchas veces salimos de la rutina y tareas cotidianas que nos mantienen en una zona confortable y segura, tan necesaria para una recuperación exitosa.

Especialmente los adolescentes, que dejan los estudios en verano, al tener más horas libres y tiempo disponible, si no saben manejarlo y marcarse una rutina saludable pueden acabar en problemas de conducta o de drogas.

Aunque el riesgo de consumo de drogas y la prevención o tratamiento es un problema permanente sea cual sea la estación del año, en esta época del año se disparan los riesgos y las consecuencias negativas e incluso mortales (accidentes coche, peleas, sobredosis, etc.), por lo que reaccionar es evitar riesgos mayores y mejorar la calidad de vida.

Si te sientes identificado con el texto o estas preocupado con algún familiar o amigo, buscar ayuda lo antes posible es el mejor antídoto. Cuando descubrimos una adicción normalmente está instaurada desde hace tiempo, y reaccionar cuanto antes juega a favor en la recuperación.

Atiempo Adicciones en Telemadrid

El problema de la ludopatía en jóvenes es, por desgracia, cada vez más común. El perfil de las personas que padecen de esta adicción se ha modificado en los últimos años, trasladándosedo desde personas de mediana edad (35-45 años) hacia jóvenes (18-25 años). Además, muchas de ellas se inician en esta adicción siendo menores.

Existen tratamientos para superar la adicción al juego y la ludopatía en jóvenes. Con esfuerzo y trabajo se puede dejar atrás el infierno que supone esta adicción.

La ludopatía en jóvenes

Aparición del equipo de Atiempo Adicciones en el programa de Telemadrid ‘En boca de todos’ de Alicia Senovilla, hablando sobre la ludopatía en los jóvenes.

 

Adicciones desconocidas: la adicción a la comida

Las adicciones acompañan al ser humano desde hace muchos años. Todos conocemos familiares, amigos, conocidos que han tenido problemas con las drogas; alcohol, cocaína, marihuana, etc. Sin embargo, las adicciones no son tan aisladas como pensamos y están mucho más presente en nuestro día a día y en personas muy cercanas o puede que en nosotros mismo. Algunas adicciones, como la adicción a la comida, son menos conocidas. Eso hace más difícil darse cuenta de la existencia de la adicción. Pero al igual que para otras adicciones, existen tratamientos para trastornos de la conducta alimentaria (TCA).

Adicción a la comida

La comida (o mejor dicho ciertos tipos de alimentos) funcionan en nuestro cerebro de la misma forma que algunas drogas.

“No puedo parar de comer”

“Sé que no debería, pero lo necesito”

“Mañana empiezo la dieta. Después de navidad”

“Bueno total, por un poco tampoco pasa nada. Si como esto me calmará la ansiedad”

“Todo el mundo lo hace”

“Hoy me merezco comerme este dulce”

Estas son alguno de los pensamientos justificadores para no cambiar la conducta alimentaria y responsabilizarnos del problema.

Al igual que las drogas, algunos tipos de alimentos (azúcares refinados, harinas refinadas, grasas, lácteos…) aumentan los niveles de producción en el cerebro, de un neurotransmisor llamado dopamina, que crea la sensación de bienestar. Una vez que las personas experimentan placer, se asocia el aumento de la dopamina en el circuito de recompensa del cerebro, por eso al comer estos alimentos aparece la necesidad de comer más. Se anulan las señales de satisfacción, por lo que la persona adicta sigue comiendo incluso cuando ya no tiene hambre.

Señales de adicción a la comida

Algunas señales que pueden indicarnos un problema de adicción con la comida, son:

  • El fuerte deseo para ciertos tipos de alimentos (bollería, comida, basura, dulces, snacks, panes…)
  • Comer a solas o a escondidas
  • Comen más después de que aparece la sensación de saciedad, o incluso hasta el punto de sentirse enfermos
  • Sentirse mal o culpable después de haber comido ciertos alimentos o por la cantidad
  • Pasar bastante tiempo pensando en lo que he comido o lo que me voy a comer
  • Comer como método para aliviar el estrés o para gestionar emociones desagradables o negativas

No todas las personas que presentan adicción a la comida tienen bulimia, caracterizada por el consumo de grandes cantidades de comida (atracón) y la eliminación de los alimentos a través de vómitos, laxantes, exceso de deporte…. (purgas). Y aunque es bastante común que la consecuencia sea un sobrepeso u obesidad, a veces puede ir no acompañada de ella. Aunque siempre hay consecuencias tanto a niveles físicos como psicológicos. La persona suele sufrir de baja autoestima, bajo estado anímico, irritabilidad y normalmente una gran insatisfacción con su imagen corporal.

Pide Ayuda

En Atiempo Adicciones somos especialistas en tratamiento de todo tipo de adicciones y podemos ayudarte. Puedes ponerte en contacto con el Centro de Tratamiento de Adicciones llamándonos al teléfono 914 00 95 59 o al teléfono 673 139 280, y te asesoraremos.

Adicciones. ¿Cuál es la diferencia entre responsabilidad y culpa?

En el entorno de las drogodependencias, el sentimiento de culpa es algo muy común. Es por ello que, uno de los abordajes terapéuticos en el tratamiento de las adicciones, es desarrollar estrategias que ayuden a los pacientes, tanto adolescentes como adultos, y a sus familiares y su entorno más cercano a diferenciar entre este término y el de responsabilidad.

Una diferencia fundamental entre estos dos términos gira en torno al concepto que tenemos de nosotros mismos. Mientras que la responsabilidad ayuda a fomentar la autoestima generando nuevas habilidades, la culpa hace que esta se vea disminuida. Además, la responsabilidad también ayuda a obtener mayor conciencia del problema. El sentimiento de culpa, sin embargo, nos inmoviliza haciendo mayor la barrera hacia el cambio.

Asumir la responsabilidad implica aprender de los errores generando habilidades de crecimiento personal; la culpa tiene un componente de autocastigo que hace imposible que podamos extraer experiencias enriquecedoras ante la misma adversidad.

Una de las estrategias más útiles en los centros de desintoxicación de alcohol, cocaína, porros y otras drogas, así como adicción al juego y a nuevas tecnologías, es llevar a cabo terapias que fomenten nuestra autoestima para, consecuentemente, desarrollar habilidades que nos dirijan hacia una actitud más responsable. Consecuentemente, el paciente adquirirá una serie de estrategias de afrontamiento adecuadas y focalizadas a la acción sin sentirse, al mismo tiempo, arrastrados por los sentimientos de culpabilidad tan comunes en los trastornos adictivos.

Si sientes que tienes este u otro problema generado con el consumo de sustancias o es tu hijo/a quien está pasando por una adolescencia conflictiva y necesitas ayuda, no dudes en ponerte en contacto con Atiempo Adicciones. Somos un centro de tratamiento de adicciones ubicado en el centro de Madrid. Te ofreceremos atención a tu problema de manera individualizada y ajustada tus necesidades. ¡Podemos ayudarte! Llámanos al 914 009 559 o al 673 139 280.

¿Cómo identificar que tenemos un problema de adicción y pedir ayuda?

Cuando escuchamos la palabra «adicción«, lo primero que pensamos o nos viene a la cabeza son las drogas como alcohol, marihuana, cocaína, etc. Sin embargo, las adicciones abarcan un campo mucho más amplio que las drogas y alcohol. Descubre las claves y las señales de alarma para identificar si existe un problema de adicción.

En el sentido estricto, una adicción es la compulsión habitual de utilizar una sustancia, o participar en una actividad negativa por sus efectos perjudiciales sobre la salud, el bienestar familiar o social, económico y psicológico de una persona.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adicción como una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia (por ejemplo, alcohol, cocaína o marihuana) actividad (por ejemplo, compras, trabajo, videojuegos, juegos de azar o sexo) o relación.

Para poder hablar de dependencia física y psicológica, las personas presentan tres o más de los siguientes criterios en un período de 12 meses:

  • Fuerte deseo o necesidad de consumir la sustancia, actividad o relación (drogas, juegos de azar, nuevas tecnologías, etc.)
  • Dificultad para controlar el consumo.
  • Síndrome de abstinencia al interrumpir o reducir el consumo.
  • Tolerancia, es decir, se necesita incrementar cada vez más el consumo para conseguir el mismo efecto.
  • Abandono progresivo de intereses ajenos al consumo de la sustancia. Cada vez se invierte más tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia o realizando las conductas adictivas.
  • Persistencia en el uso de la sustancia a pesar de percibir de forma clara sus efectos perjudiciales.

En muchas ocasiones, las personas que tienen adicciones no son conscientes de que su comportamiento está fuera de control y causan problemas para ellos mismos y para su entorno. Es lo que se conoce por NEGACIÓN, y es la consecuencia de que muchas veces sean los familiares, amigos o parejas los que buscan ayudan al percibir las señales de alarma.

¿Cuáles son las señales de alarma ante una adicción?

Dependiendo del tipo de consumo encontraremos diferentes señales de alamar a nivel físico, emocional y conductual.

FÍSICAS CONDUCTUALES EMOCIONALES
  • Pérdida de peso
  • Hipertensión
  • Ojos rojos
  • Irritación nasal
  • Ronquera
  • Tos crónica
  • Dolor de pecho
  • Marcas de jeringuilla
  • Lesiones
  • Alteración del sueño y del apetito
  • Alteraciones de la memoria y atención
  • Uso de gotas oculares
  • Higiene deficiente
  • Uso de perfumes, caramelos para disimular olores
  • Aislamiento familiar
  • Pérdida de interés por los deportes
  • Cambio de amigos y entornos
  • Pobreza al dialogar
  • Falta de asistencia escolar o trabajo
  • Falta de interés por los estudios
  • Bajo rendimiento laboral
  • Problemas con los maestros
  • Suspensos y expulsiones

 

  • Estado de ánimo muy variable
  • Depresión
  • Reacciones de pánico
  • Trastornos como alucinaciones o delirios
  • Irritabilidad
  • Impulsividad

En Atiempo Adicciones podemos orientarte y asesorarte en esta situación. Te invitamos a que te pongas en contacto con Atiempo Adicciones de manera totalmente gratuita y confidencial en el teléfono 673 139 280 o en el 914 00 95 59. Si tenemos la sospecha de que algún amigo o familiar está teniendo un problema de adicción, es muy importante actuar lo antes posible, ya que la intervención y detección precoz evita que el trastorno se consolide y se complique con más problemas asociados y también facilita el tratamiento de recuperación.

Nomofobia, adicción al móvil

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), el 97% de los chavales entre 16 y 24 años utiliza internet, y pasan de media 6 horas al día frente al ordenador, o conectados a través de sus tabletas o teléfonos móviles. El móvil se ha convertido en una parte imprescindible de nuestra vida en los últimos años. Es cierto que, bien utilizado, es una herramienta muy potente en muchísimos ámbitos de la vida. Sin embargo, un mal uso puede terminar convirtiéndose en adicción. El uso de teléfonos móviles está tan extendido que la adicción al móvil tiene nombre propio: nomofobia.

Nomofobia, adicción al móvil

En otros artículos del blog hemos hablado sobre la adicción a las nuevas tecnologías o la adicción a los videojuegos. Y también hemos hablado sobre la nomofobia, que es el nombre con el que se conoce la adicción al móvil.

En el artículo de hoy, ofrecemos la colaboración de Pascual Romero en las mañanas de RTVE. Se trata de un reportaje dedicado a la nomofobia y la adicción al móvil que padecen muchos jóvenes.

 

Adicción a las nuevas tecnologías

Si usted es padre de hijos adolescentes saben de lo que les hablamos. La preocupación por la cantidad de horas que nuestros hijos están delante de una pantalla enganchados a las nuevas tecnologías. Es más que una preocupación. Estamos hablando de una adicción a las nuevas tecnologías, pero tiene solución. Sergio es un ejemplo, pidió ayuda y ha conseguido curarse.

Tratamiento de adicción a las nuevas tecnologías

El incremento de internet y las nuevas tecnologías en nuestro día a día es cada vez mayor y, en consecuencia, es imprescindible conocer de qué manera su utilización va transformando la realidad y cómo esta nueva realidad puede llegar a afectar a nuestra manera de ser y actuar en el mundo. La adicción a las nuevas tecnologías, los móviles e internet es algo real, y dado el crecimiento exponencial de su uso, es una adicción cada vez más frecuente. Si te sientes identificado con esta situación ha llegado el momento de terminar con ello con ayuda de un tratamiento de adicción a internet y a las nuevas tecnologías y empezar a ser tú el que dirija su propia vida.

 

Llámenos: 914 009 559. https://atiempoadicciones.com/

 

 

Desmontando un mito: el alcohol calma la ansiedad

La mayoría de las personas no sabemos hacer frente a las emociones que nos despiertan determinadas situaciones. La ansiedad, la culpa o el estrés son emociones incomodas y muchas personas utilizan el alcohol para hacerles frente. Una cerveza o un par de copas de vino calman la ansiedad a corto plazo. Sin embargo, pueden acabar provocando una adicción al alcohol. Hoy en el blog hablamos de este fenómeno; de la creencia de que el alcohol calma la ansiedad,  y de cómo podemos hacerle frente.

Entonces, ¿el alcohol calma la ansiedad?

El alcohol es la droga más accesible, podemos encontrarla en cualquier bar o supermercado, con precios para todos los bolsillos. Por ello, el alcohol es la droga más utilizada para apagar la ansiedad y otras emociones que no sabemos cómo manejar.

El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso, de ahí su relación con la ansiedad. En pequeñas dosis, el alcohol produce un efecto ansiolítico, disminuyendo la ansiedad

Muchas personas utilizan el alcohol como forma de gestionar sus estados emocionales. Y eso es así por su efecto sobre el sistema nervioso, ya que el alcohol es un potente ansiolítico a corto plazo. El alcohol se utiliza con frecuencia para aliviar los síntomas de tensión, sentimientos de culpa, dificultades para dormir u otros estados emocionales negativos puesto que, en pequeñas dosis y en momento puntuales el alcohol disminuye la ansiedad.

Sin embargo, el uso continuado de alcohol genera un estado de inquietud y ansiedad permanentes superiores a la ansiedad inicial. Esto lleva a la persona a necesitar cada vez mayores cantidades de alcohol para poder frenar su ansiedad.

Es decir, no es cierto que el alcohol calma la ansiedad. El alcohol puede camuflar durante un rato la ansiedad, pero una vez se pasen los efectos de la droga, las emociones volverán con más fuerza, exigiendo de nuevo beber alcohol para apagarlas.

Además, afrontar los problemas utilizando el alcohol no es una solución. El alcohol no puede ayudarnos a afrontar las situaciones que nos toca vivir, solo las pospone; e incluso puede llegar a agravarlas ya que corremos el riesgo de acabar desarrollando una adicción.

Un círculo vicioso

Hay personas que sufren trastornos de ansiedad y que utilizan el alcohol u otras drogas para hacer frente a sus problemas y emociones, lo que a largo plazo solo genera más ansiedad y sufrimiento.

Otras personas, por el contrario, comienzan a beber alcohol de forma descontrolada, desarrollando una adicción; y a raíz de esta enfermedad surge la ansiedad en sus vidas. Por ello, cuando quieren dejar de beber no pueden hacerlo porque su nivel de ansiedad es tan grande que no son capaces de soportarlo.

En ambos casos se utiliza el alcohol como “remedio” contra la ansiedad y en ambos casos los resultados son nefastos.

La automedicación te puede llevar a la adicción al alcohol

El alcohol y otras drogas son utilizadas para “tratar” la ansiedad. Esta práctica se conoce como automedicación y es un arma de doble filo muy peligrosa.

De hecho, un estudio llevado a cabo por James M. Bolton, de la Universidad de Manitoba, pone de manifiesto que hasta el 13% de las personas con trastornos de ansiedad que se automedican con alcohol, acaban desarrollando un problema con la bebida en un periodo de tres años.

Muchas personas recurren a la automedicación con alcohol por vergüenza a buscar ayuda profesional. Sin embargo, esta estrategia es contraproducente a largo plazo, ya que la automedicación aumenta la ansiedad y además, es una práctica de riesgo que puede acabar en adicción.

Puede que empezases a consumir alcohol como una forma de atajar tu ansiedad, o puede que el alcohol te produzca ansiedad y tengas que seguir bebiendo para taparla. Sea como sea, en A Tiempo Adicciones podemos ayudarte a encontrar otra manera más saludable de vencer a la ansiedad. Llámanos al teléfono 914 009 559 y te informaremos sin compromiso sobre nuestros tratamientos de adicción al alcohol.

¿Cuáles son los efectos secundarios de consumir cocaína?

La cocaína es una de las drogas más potentes que existen. Tanto por los efectos que produce en nuestro cerebro como por las secuelas que deja su consumo en nuestro cuerpo. Consumir cocaína no solo afecta a nuestro humor y nuestro estado de ánimo; también tiene consecuencias sobre nuestros pulmones, corazón e incluso sobre nuestra piel. Si quieres saber cuáles son los efectos secundarios de la cocaína y su consumo, sigue leyendo.

Efectos secundarios de la cocaína en mi cuerpo

Uno de los efectos secundarios de la cocaína más llamativos es la perforación del tabique nasal. La mayoría de las personas consumidoras de coca tiene problemas con su tabique como irritaciones, hemorragias o pérdida del olfato; más del 5% de los consumidores acaba desarrollando perforaciones o úlceras en la nariz.

La cocaína disminuye la cantidad de sangre que llega a los tejidos, haciendo que mueran por falta de riego. Además, la sustancias con las que cortan y adulteran esta droga pueden irritar la nariz y causar úlceras.

Este efecto vasoconstrictor de la cocaína también es responsable de que se produzcan úlceras y hemorragias en el sistema digestivo de las personas con adicción a la cocaína.

Una de las consecuencias más peligrosas del consumo de cocaína es su efecto sobre el sistema cardiovascular. La cocaína se relaciona con el aumento de palpitaciones, taquicardia, arritmia, infartos agudos de miocardio, miocardiopatías y endocarditis. Varios estudios ponen de manifiesto que los consumidores de cocaína tienen siete veces más probabilidades de sufrir un ataque cardiaco que aquellos que no consumen drogas.

El consumo de cocaína también se relaciona con accidentes cerebrovasculares de origen isquémico en personas consumidoras. La elevación de la presión arterial que causa esta droga en nuestro cuerpo puede ser la responsable de la aparición de ictus en personas jóvenes.

Además, la cocaína hace que se desgasten nuestros dientes por el bruxismo que desencadena su consumo. Y puede ser también la responsable de problemas sexuales y desnutrición de las personas que la consumen.

Cómo afecta la cocaína a mi cerebro

El consumo prolongado y las dosis altas de cocaína pueden originar un brote psicótico en quienes consumen. La persona consumidora experimenta delirios, alucinaciones y trastornos confusionales que se viven con mucho miedo e inquietud.

Además, el consumo repetido altera el funcionamiento del sistema de recompensa cerebral descontrolando el consumo y desarrollando una adicción.

Otro de los efectos de la cocaína es la depresión reactiva que se produce después de un consumo prolongado. Después de 48-72h de haber consumido cocaína en grandes dosis se genera un estado de apatía y anhedonia. Este estado puede durar varias semanas, y se corta volviendo a consumir, lo que genera un círculo vicioso que perpetua el consumo.

Como hemos visto, las consecuencias del consumo de cocaína sobre nuestro cuerpo pueden llegar a ser devastadoras. Si quieres dejar de maltratar tu cuerpo y a ti mismo con cocaína, llámanos e infórmate sobre nuestro tratamiento de adicción a la cocaína. En Atiempo Adicciones Podemos enseñarte a vivir sin esta droga.

 

Desmontando el mito: La marihuana no es mala

“La marihuana sale de una planta, es natural y es mucho mejor que fumar tabaco”. «La marihuana no es mala». Este y otros argumentos son utilizados por muchos jóvenes para iniciarse en el consumo de cannabis. Sin embargo, la marihuana no es inofensiva para el cerebro de los adolescentes. El cerebro adolescente es mucho más vulnerable que el adulto, y fumar porros altera la estructura y las conexiones cerebrales. Esto se traduce en dificultades para concentrarse, pérdidas de memoria, falta de reflejos, deterioro cognitivo y alteraciones motoras. El resultado final es que muchos chavales terminan abandonando los estudios.

Los datos del último estudio de la Organización Mundial de la Salud (Health Behaviour in School-aged Children) son alarmantes. Los adolescentes españoles consumen más cannabis que la media internacional (15%). Y, además, cada vez lo hacen más pronto y en mayores cantidades. En España, el 20% de los chicos y el 18% de las chicas de 15 años han fumado porros alguna vez. Y de estos, el 11% de los varones y el 9% de las mujeres, lo hacen de manera regular.

Relación entre porros y esquizofrenia.

Es cierto que la marihuana sale de una planta y que por ello podríamos catalogarla como natural. Sin embargo, esto no significa que «la marihuana no es mala» y que sea inocua. Muchos estudios han establecido una relación entre consumo de cannabis y la esquizofrenia. A pesar de que la probabilidad de desarrollar esta enfermedad es más alta en aquellos con una vulnerabilidad genética previa, muchos de estos casos puede que no hubiesen desarrollado la enfermedad si no hubiesen consumido porros.

Y el consumo de cannabis no solo se relaciona con la esquizofrenia. Los adolescentes que consumen porros de manera habitual antes de los 15 años tienen cuatro veces más posibilidades de desarrollar una enfermedad mental antes de los 26 años. Por lo tanto, hay que retrasar el inicio del consumo de cannabis tanto como se pueda, para evitar males mayores.

Además, el cannabis se relaciona con el “síndrome amotivacional”; ese estado de apatía y desinterés por todo aquello que no tenga que ver con los porros.

Los jóvenes que consumen cannabis habitualmente también sufren episodios de despersonalización, ansiedad, trastornos de identidad o ideas delirantes.

La marihuana no es mala. El tabaco es más peligroso que el cannabis

Los medios de comunicación se han encargado de vender el mensaje de que la marihuana tiene propiedades terapéuticas inigualables. Dicen que la marihuana no es mala, que es natural y que calma todos los males y dolores. Y esto puede ser cierto en personas con enfermedades graves, pero no en chavales jóvenes con cerebros en desarrollo que utilizan la marihuana de forma recreativa, no medicinal.

Además, el cannabis que podemos comprar en el mercado negro no solo tiene THC. También contiene otros 500 componentes cuyos efectos no se han estudiado todavía.

No hay que perder de vista que el cannabis de hoy en día esta seleccionado genéticamente. De esta forma, la cantidad de THC que presenta es altísima (para que produzca un efecto más intenso). Y no podemos saber con seguridad cuáles serán los efectos futuros de estas concentraciones de THC en cerebros tan jóvenes.

A pesar de todos estos datos, en los últimos años ha habido en nuestro país un movimiento que proclama a viva voz los beneficios de la marihuana, que ha coincido con la prohibición de fumar en espacios públicos y que ha conseguido que muchos adolescentes consideren que el tabaco es más dañino que los porros.

¿Qué podemos hacer?

Que los adolescentes cada vez fumen más porros no solo depende de las campañas en los medios de comunicación. También depende de los programas de prevención que se implementan en las escuelas, de la comunicación familiar o de las competencias sociales de nuestros hijos e hijas.

Por ello, como padres, debemos fomentar la comunicación clara con nuestros hijos e hijas y darles herramientas emocionales y sociales que les permitan desarrollar la empatía, el autoconocimiento, la comunicación asertiva, las relaciones interpersonales o aprender a manejar su estrés.

El cannabis está en la calle, y los padres debemos proporcionar a nuestros hijos información veraz y adecuada. Sin demonizarla, para que sepan tomar la decisión más adecuada. Muchas veces esto no es fácil y los padres y madres nos vemos perdidos.

En Atiempo Adicciones contamos con un equipo de especialistas en conductas adictivas que pueden resolver todas tus dudas, y con terapias de tratamiento de adicción a la marihuana. Puedes ponerte en contacto con Atiempo Adicciones por teléfono, llamándonos al 914 009 559 o al 673 139 280. Tenemos servicio de asistencia 24 horas. No esperes más y contacta con nosotros. Estaremos encantados de ayudarte.

¿Soy adicto a la cocaína?

Muchas veces asociamos la adicción a la cocaína con el consumo diario de esta droga. Sin embargo, hay adictos que solo lo hacen los fines de semana o en ocasiones puntuales; pero que se pasan los días esperando a que llegue el ansiado momento en el que puedan volver a consumir. Hoy en el blog damos algunas claves para saber si soy adicto a la cocaína.

No puedo dejar de consumir cocaína

Ni la frecuencia de consumo ni la cantidad consumida, marcan si soy o no un adicto a la cocaína. La característica común en todas las personas con adicción a la cocaína es la pérdida de control. Es decir, el adicto a la cocaína se siente incapaz de parar de consumir una vez empieza. Las personas adictas a la cocaína suelen tener problemas laborales, económicos, personales, familiares y de salud debido a su consumo. Sin embargo, a pesar de todos estos problemas, el adicto a la cocaína consume más cantidad o durante más tiempo del que se había planteado en un principio.

Esta pérdida de control se produce porque la cocaína altera las partes del cerebro responsables de guiar nuestra conducta. De esta manera, la cocaína “usurpa” el cerebro y lo maneja a su voluntad.

Por qué soy adicto a la cocaína

La coca produce una sensación de euforia y bienestar que “engancha”, por esto mismo, es una de las drogas más adictivas. La cocaína libera una sustancia en nuestro cerebro llamada dopamina que es la responsable de este “subidón”.

El cerebro de las personas con adicción a la cocaína es menos sensible a la dopamina. Por este motivo, las personas adictas a la cocaína consumen mayores cantidades de droga y se acaban volviendo adictas.

¿Qué puedo hacer para dejar de consumir cocaína?

La adicción a la cocaína es una enfermedad, y como tal debe ser tratada en un centro especializado en adicciones. Sin embargo, la persona adicta y su entorno deben adoptar algunas medidas que lo protejan del consumo:

  • Busca aficiones lejos del consumo

    Generalmente, los adictos a la cocaína pasan sus días pensando en la coca y en todo lo relacionado con ella. Esto les aleja de sus aficiones, de sus amigos no consumidores e incluso de su familia. Una vez hemos decidido dejar de consumir debemos retomar estas actividades, aficiones y personas sanas, que nos permitan distraernos y llenar nuestra cabeza de cosas placenteras que no tengan que ver con la coca.

  • Pide ayuda

    Una vez tienes claro que quieres dejar de consumir, te planteas hacerlo por tu cuenta, y una y otra vez vuelves al consumo. No te olvides de que la adicción es una enfermedad, por lo que necesitaras ayuda para salir de ella. Pide ayuda a tu familia y a tu entorno. Cuantos más aliados tengas en este proceso más fácil te será salir. La ayuda de profesionales especializados en el tratamiento de adicción a la cocaína también es importante para dejar el consumo de una vez por todas.

  • ¿Por qué consumes?

    La mayoría de las personas comenzamos consumiendo cocaína con nuestros amigos, como una forma de divertirnos y desconectar. Sin embargo, llega un momento en el que los demás pueden parar y retornar sus vidas y nosotros nos hundimos en el consumo más y más. ¿Por qué nos sucede esto? Es importante que nos paremos a reflexionar sobre el porqué la cocaína se ha apoderado de nosotros y cuál es su papel en nuestra vida.

Estas recomendaciones pueden ser muy útiles para dejar de consumir cocaína. Sin embargo, si no vienen acompañadas de un cambio drástico en nuestra vida y nuestra forma de afrontar lo que nos pasa, es posible que volvamos al consumo. Por esto mismo, la ayuda profesional puede ayudarnos a hacer este cambio necesario para desterrar la cocaína de nuestra vida para siempre. SI necesitas ayuda, llámanos. Ponte en contacto con Atiempo Adicciones y comienza una vida libre de tóxicos.

 

Creo que mi hijo tiene adicción a los videojuegos

En los últimos 20 años el mundo de los videojuegos ha experimentado un desarrollo espectacular. Del primer Super Mario Bros en blanco y negro hasta la realidad virtual y las partidas online con personas de todo el mundo de hoy en día solo han pasado 20 años. Este avance y difusión de los juegos de ordenador ha hecho que, en el caso de los más jóvenes, dejen de ser un divertimento y se conviertan en una forma de evadir su realidad, llegando en algunas personas a darse una adicción a los videojuegos.

Qué es la adicción a los videojuegos en niños y adolescentes

En los últimos años, a la clínica llegan chavales, sobre todo chicos jóvenes, que pueden pasarse más de 5 horas al día jugando a videojuegos como el GTA (Grand Theft Auto), el World of Warcraft, el LOL (League of Legends), el FIFA o el PES. Muchos de estos juegos están llenos de violencia y sangre y no están recomendados para menores de 18 años; sin embargo, nos encontramos con niños de 8 años enganchados a ellos.

¿Cómo se si mi hijo es adicto a los videojuegos?

Aunque el uso de videojuegos se ha extendido entre los más jóvenes, no siempre podemos hablar de adicción. Hay determinadas señales de alarma que nos pueden indicar que existe un problema:

  • Tolerancia: Mi hijo necesita jugar cada vez más horas.
  • Abstinencia: Mi hijo se pone nervioso, irritable o ansioso cuando no juega o cuando tiene que dejar de jugar.
  • Quiere jugar todo el tiempo, a pesar de las consecuencias. Problemas en el colegio, con la familia o incluso problemas de salud por falta de sueño y comida.

La pérdida de control es otra de las señales de alarma. Muchos jóvenes adictos a los videojuegos se proponen jugar un tiempo limitado, una hora, por ejemplo, y siempre acaban sobrepasando ese tiempo y descuidando otras tareas y obligaciones.

Esto hace que los chavales adictos a videojuegos acaben abandonando todo aquello que no está relacionado con su adicción. Dejan de salir con sus amigos, pasan de ir al colegio, dejan de hacer deporte… incluso se olvidan de comer y dormir por jugar.

¿Qué podemos hacer los padres y madres?

La prevención de adicciones es fundamental para evitar que aparezca el problema de adicción a los videojuegos en nuestros hijos. Esto supone que los padres debemos controlar y regular los horarios de juego poniendo unos limites claros e inamovibles. Los padres también debemos estar al tanto de la clasificación de los videojuegos; debemos supervisar el tipo de juegos que utilizan nuestros hijos, y comprar aquellos adecuados a la edad de nuestros hijos. Además, es importante que enseñemos a nuestros hijos otras actividades con las que puedan divertirse.

Los videojuegos per se no son malos. Ayudan a nuestros hijos a pensar, a desarrollar la motricidad fina y los reflejos.  Pero se convierten en un problema cuando son la única actividad en la vida de nuestros hijos.

Algunos expertos estiman dos horas semanales como suficientes para que los pequeños se aprovechen de los beneficios de los videojuegos.  Cuando el juego supera las nueve horas a la semana empiezan los problemas: conflictos con los padres, disminución del rendimiento escolar, problemas de conducta, perdida de habilidades sociales, aislamiento social…

La idea no es prohibir sino enseñar a los niños a hacer un uso racional del juego y a llenar su tiempo con otras actividades importantes para ellos (deportes, dibujo, idiomas…). Que nuestros hijos desarrollen una afición de este tipo previene la adicción futura a los videojuegos.

Además, debemos enseñar a nuestros hijos a autorregularse, es decir, él debe ser quien administre su tiempo de juego, recordándole que le quedan 10 o 5 minutos cuando el tiempo preestablecido esté a punto de terminar.

Cuando todo esto no funciona y nuestro hijo acaba perdiendo el control del juego debemos pedir ayuda profesional. Contacta con «A tiempo adicciones”, somos especialistas en adicciones comportamentales en niños y adolescentes, así como en tratamientos de adicción a internet y a las nuevas tecnologías. Llámanos, podemos ayudarte.

Terapia de grupo con adolescentes conflictivos

La Terapia de grupo es una herramienta perfecta para ayudar a chicos con problemas. La adolescencia es una etapa que conduce a los niños a madurar y los acerca a la edad adulta. Y por ello, está cargada de cambios. Los adolescentes se revelan, buscando diferenciarse de sus padres e iguales, y en esta búsqueda de identidad aparecen muchos conflictos. Los problemas de conducta en la adolescencia son frecuentes y a veces pueden complicarse con el consumo de drogas.

Así pues, en la adolescencia surgen dificultades que muchas veces los adolescentes no saben cómo resolver. En algunos casos, los más jóvenes recurren a las drogas para aliviar su malestar. Otras veces las discusiones son frecuentes y el ambiente en casa se hace insoportable.

En artículos anteriores, hablábamos sobre problemas de conducta adolescente y sobre la influencia del contexto familiar en estas conductas problemáticas. Hoy, trataremos sobre los beneficios que puede traer la Terapia de grupo en el tratamiento de adolescentes conflictivos.

El grupo terapéutico para adolescentes conflictivos es un espacio perfecto para trabajar todas las dificultades que van surgiendo en el desarrollo de los jóvenes. En grupo, los chavales aprenden a desarrollar habilidades y actitudes de reflexión. Estas habilidades les permiten afrontar su día a día sin recurrir a drogas o comportamientos tóxicos.

Dada la importancia del grupo en la adolescencia, la terapia de grupo se convierte en una herramienta perfecta. El grupo de terapia es vivido como un lugar de apoyo, de encuentro, de pertenencia e incluso de contención.

La terapia de grupo con adolescentes está dirigida por un psicólogo experto en drogodependencias que organiza las sesiones. Este psicólogo es el encargado de orientar los contenidos y resolver las dudas y preocupaciones de los chavales.

¿De qué hablamos en el grupo de adolescentes con adicciones?

Los adolescentes encuentran en el grupo un espacio de trabajo donde se intercambian experiencias personales con chavales de su edad. Todos están pasando por situaciones parecidas y han buscado en el consumo una vía de escape rápida. En este contexto, los jóvenes ponen palabras a lo que sienten y a lo que están viviendo. Esto les permite desarrollar habilidades sociales y emocionales.

Algunas de las cuestiones habituales que se abordan en la terapia de grupo con adolescentes son:

  • Problemas en casa y/o en el colegio.
  • Respeto a las normas puestas por los adultos.
  • Rendimiento escolar y absentismo.
  • Control de impulsos: aprender por qué pierdo el control y aprender a controlar la agresividad.
  • Dificultades del día a día.
  • Malas compañías.

¿Qué se aprende en la terapia de grupo con adolescentes?

El grupo es un espacio seguro donde los chavales se sienten libres de expresar sus dudas, miedos o preocupaciones. Esto les permite desarrollar su autoestima y descubrir una imagen propia sana. Además, el trabajo en grupos permite a los adolescentes fomentar su madurez social y emocional, llegando a un mayor estado de plenitud. El grupo está compuesto por chavales de distintas edades, con distintos problemas, lo que les permite, además, establecer un sentido de pertenencia al grupo.

Normas del grupo

El grupo es un espacio cerrado en el que los chavales tienen la oportunidad de aprender a aceptar las normas. Respetar los turnos de palabra, no alzar la voz, etc. Son requisitos necesarios para poder participar en el grupo. Por ello, el grupo terapéutico supone una oportunidad perfecta para empezar a interiorizar conductas guiadas por normas. En el grupo, los chavales aprenden:

  • Respeto: en el grupo los jóvenes aprenden a expresar sus ideas desde el respeto. Las agresiones a uno mismo o a otros no están permitidas, por lo que los adolescentes deben aprender a manejar su enfado de manera asertiva.
  • Confidencialidad: lo que se habla en el grupo se queda en el grupo.
  • Abstinencia a tóxicos: el grupo es un espacio libre de drogas, por lo que para poder participar necesitan estar abstinentes. Esto les ayuda a dejar el consumo de drogas y a mantenerse libres de sustancias. La presión social -utilizada de forma positiva- les motiva a dejar de consumir.
  • Libertad: Los jóvenes se sienten libres en el grupo para hablar de sus problemas, miedos, dificultades o cualquier otro tema que les preocupe. Además, aprenden a no sentirse juzgados y a no juzgar a sus compañeros.

En resumen

Por tanto, la terapia de grupo brinda a los chavales un contexto ideal para que identifiquen sus problemas, y sepan darles una salida más adaptativa. El grupo se convierte en un espacio donde ensayar nuevas formas de relacionarse con el medio más adaptativo y se consigue el balance ideal entre normas y libertad.

Consúltanos

En Atiempo Adicciones contamos con grupos de terapia para adolescentes conflictivos guiados por profesionales, psicólogos y terapeutas especialistas en consumo de sustancias y trastornos de conducta. Puedes solicitar información en el teléfono 673 139 280.

Creo que mi pareja tiene un problema con el alcohol, ¿qué puedo hacer?

Se dice que el alcoholismo es una enfermedad familiar. Esto es porque afecta al bebedor, pero también a todas aquellas personas que mantienen una relación cercana con él. Y en especial, afecta a su pareja. Reconocer que nuestra pareja tiene un problema con el alcohol no es fácil, ya que supone aceptar que está enfermo. En el artículo de hoy hablamos de qué podemos hacer si se da un problema de alcohol en la pareja.

El alcohol en la pareja, ¿qué puedo hacer?

¿Mi pareja es alcohólica?

Reconocer y aceptar que nuestra pareja tiene un problema con la bebida es el primer paso necesario para buscar soluciones. Conforme se desarrolla la enfermedad aparecen algunos cambios de comportamiento en la persona con alcoholismo. Algunos de los signos que pueden alertarnos de la existencia de un problema de alcohol en la pareja son:

  • Mi pareja no es capaz de parar de beber hasta que no se acaba el alcohol o el dinero.
  • Le resulta muy difícil controlar lo que bebe y siempre acaba bebiendo de más.
  • Bebe como forma de afrontar discusiones o problemas de la vida cotidiana.
  • Tiene blackouts o lagunas mentales sobre situaciones en las que estuvo ebrio.
  • Bebe a escondidas.
  • Promete dejar de beber o minimizar el consumo, pero es incapaz de hacerlo por sí mismo.
  • Ha descuidado su trabajo, su familia u otras obligaciones por la bebida.

Además, el alcohol usurpa la personalidad de la persona enferma, haciendo que incluso cambie su carácter. Es habitual que la pareja de una persona alcohólica tenga la sensación de que vive con el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, dos personas totalmente opuestas. El alcohol transforma el carácter de las personas adictas, haciendo que su comportamiento cambie de forma drástica. Algunos de los síntomas son:

  • Inmadurez, inseguridad y dependencia emocional.
  • Conductas temerarias.
  • Chantaje emocional
  • Baja tolerancia a la frustración,
  • Complejo de inferioridad y celos.
  • Hostilidad y agresividad
  • Culpa, ideas de suicidio

No debemos perder de vista que estos síntomas son producto del alcoholismo y no de nuestra pareja.

La codependencia de la pareja

El miembro no alcohólico de la pareja, para poder sobrevivir en esta enfermedad, debe adaptarse. Y en muchos casos, esto significa el desarrollar una dependencia emocional de la persona alcohólica que se conoce como codependencia.

La persona codependiente desarrolla una relación adictiva hacia la persona alcohólica, lo que se traduce en una vigilancia permanente hacia su pareja enferma. Esta obsesión hace que incluso se olvide de sí misma, descuidando su salud y sus metas personales.

La persona codependiente no se valora a sí misma y subestima su capacidad de cuidar a su pareja, lo que le lleva a no ser capaz de poner límites claros a la persona adicta. Además, la persona codependiente tiene una gran dificultad para afrontar sus propias necesidades y deseos, lo que se traduce en una notoria incapacidad de cuidar de sí misma.

En definitiva, la persona codependiente está tan preocupada por su pareja adicta que se olvida de sí misma, lo que hace que su vida sea ingobernable y caótica. Además, la codependencia, aunque resulte paradójico, perpetua la adicción. Por ello, cuando existe un problema de alcohol en la pareja, ambos miembros de la pareja deben ser tratados por un profesional. Como hemos dicho al inicio de este artículo, la adicción es una enfermedad familiar y la solución pasa también por toda la familia.

Poner límites a mi pareja alcohólica

Ayudar a nuestra pareja con un problema de alcoholismo significa, en primer lugar, ser capaces de ponerle límites. Y esto pasa por tomar conciencia de qué estamos dispuestos a aceptar y qué no -gritos, faltas de respeto y abusos incluidos- en nuestra familia.

No siempre es sencillo poner límites, ya que cuando existe un problema de alcohol en la pareja se desarrolla una dinámica familiar enferma de la que no es fácil salir.

Poner límites no significa enfadarse, chillar o discutir hasta la extenuación. Poner límites es tomar conciencia de qué queremos -y qué no queremos- en nuestra vida y actuar de acuerdo a esto. Tener claro hacia dónde queremos dirigir nuestra vida y a nuestra familia hace que seamos capaces de establecer los límites de manera natural.

Una vez tengamos claros cuáles son los límites que no estamos dispuestos a dejar pasar, es hora de exponerlos a la pareja de manera clara, tranquila y con actitud firme. Por último, lo más importante, debemos actuar de manera congruente con lo que decimos. Con coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos.

Además, poner límites significa dejar de hacerse cargo de los problemas de la pareja que derivan de su alcoholismo. Es importante que la persona adicta asuma las consecuencias de la bebida en su vida, es decir, deudas, destrozos, ausencias, multas… porque solo de esta manera comenzará a darse cuenta de cuál es el alcance de su enfermedad.

El papel de la pareja en la recuperación

Es impórtate que seamos capaces de hablar de la adicción con nuestra pareja y de cómo la enfermedad está destrozando nuestra familia. Esto puede ayudar a que nuestra pareja tome conciencia de su enfermedad y sea capaz de pedir ayuda.

Además, una vez la persona alcohólica decide dejar de beber, es recomendable que la apoyemos, lo que puede significar ayudarla a buscar ayuda profesional, acompañarla durante el tratamiento e incluso participar del mismo.

Durante la primera fase del tratamiento, la persona alcohólica deberá evitar los ambientes donde se consume alcohol y sustituirlos por otros lugares y actividades más sanas. Acompañar a nuestra pareja adicta a buscar nuevas aficiones y rutinas también es recomendable.

Sin embargo, no debemos olvidar que la única persona que puede ayudar a un adicto en su recuperación es ella misma. No debemos cargar con la responsabilidad de que nuestra pareja se mantenga sobria, ya que no depende de nosotros. Solo cuando la persona adicta decide dejar de beber con convicción y de manera sincera el tratamiento puede funcionar.

En Atiempo Adicciones contamos con centro de desintoxicación del alcohol en Madrid. Llámanos y te ayudamos con este problema.

Mi hijo fuma porros: ¿Qué puedo hacer?

La marihuana es la droga ilegal más consumida entre los adolescentes. Los últimos datos del Plan Nacional sobre Drogas estiman que más del 40% de los jóvenes de entre 14 y 18 años han consumido marihuana al menos una vez en su vida. De estos, el 26,6% han fumado en el último año. Estas cifras preocupan cada vez más a profesionales y padres, que muchas veces no saben cómo actuar ante el consumo de sus hijos. Hoy en el blog hablamos de qué podemos hacer si creemos que nuestro hijo fuma porros. Y, si necesitas ayuda, podemos ayudarte con nuestro tratamiento de adicción al cannabis.

¿Por qué mi hijo fuma porros?

A veces es por curiosidad. Otras, por la presión de sus amigos o por el deseo de sentirse incluidos dentro de un grupo; algunos muchachos recurren al cannabis como una forma de escapar de sus problemas diarios -no saben hacer frente de otra manera- y otros para satisfacer sus necesidades personales o afrontar emociones difíciles. En ocasiones, el adolescente llega al consumo debido a problemas de conducta que podrían haber tenido tratamiento. Sea por el motivo que sea, en todos estos casos existen algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que nuestros hijos consuman drogas: la falta de normas y límites en casa; los conflictos entre los padres; el consumo de alcohol por parte de los padres… Todos estos factores hacen más fácil que nuestros hijos consuman todo tipo de sustancias.

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Cocaína y sus efectos en el entorno familiar

La cocaína es una de las drogas más adictivas y consumidas a nivel mundial. Su consumo se tornó moda en los años 80 y 90, se ha extendido hasta la actualidad y afecta directamente al cerebro. Los efectos del consumo de cocaína en el entorno familiar suelen ser devastadores, y no se hacen esperar.

No cabe duda alguna que el consumo de drogas es un problema social, familiar y de salud pública. El estrés, la depresión, la moda, son varias de las razones por las cuales una persona decide consumir sustancias ilícitas como la cocaína. Seguir leyendo

La realidad del alcohol

Con el paso del tiempo, el alcohol se ha ido introduciendo paulatinamente en la sociedad. De manera que, hoy en día, quedar con los amigos significa ir a tomar unas cañas, ir a la discoteca es hacer botellón antes de entrar en ella, o ir a cenar es ir a tomar unas copas después. Dentro de ese grupo de amigos que nos reunimos, el que no se ha pedido una cerveza o una copa es considerado el raro y al que todos preguntan, con cara de extrañeza, “por qué no bebes”. Esto se debe porque está tan incluido en nuestras que, en muchas ocasiones, el alcohol llega a ser incluso algo obligatorio en un ambiente social. Forma parte de él, y la minoría que no consume es la que no encaja. Sin embargo, los efectos del alcohol son muchos, y la realidad es bien distinta. Seguir leyendo

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