ADICCIÓN A RRSS

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Adicción a las Redes Sociales

En los últimos tiempos, con el avance tecnológico, se ha desarrollado una nueva forma de interacción social. La conexión a Internet y la necesidad social del ser humano han dado nacimiento a uno de los grandes avances en interacción del último siglo: las redes sociales. Estas han llegado con mucha fuerza y para quedarse. No podemos negar que se trata de un tipo de posibilidad de relación con gran potencial, pero que mal encauzada puede acabar derivando en relaciones dañinas o en adicción a las redes sociales en sí. Como planteamos en consulta, aunque el tratamiento se adapta al tipo de adicción, hay que tener en cuenta que todas las adicciones son la punta del iceberg de otro tipo de problemas. Sobre todo emocionales, que hay que aprender a gestionar. Entre este tipo de problemas está la gestión emocional, la gestión de la ira, la dependencia emocional y los problemas de autoestima. Aunque es un tipo de adicción sin sustancia que ha atacado con fuerza a nuestros jóvenes, es susceptible de ser padecida por todos los rangos de edad. Desde Atiempo Adicciones ofrecemos acompañamiento a través del proceso terapéutico en el que el paciente aprenderá a gestionar y controlar sus conductas y avanzar en su vida de forma que sea capaz de realizar una gestión adaptativa y funcional de las redes sociales.

Causas de adicción a las redes sociales

No podemos considerar que la adicción a las redes sociales, al igual que con el resto de las adicciones, tiene un motivo monocausal causa-efecto. En este tipo de adicción influyen muchos componentes que constituyen un caldo de cultivo para el desarrollo de una posible adicción. Entre ellas podemos destacar las siguientes:

– Facilidad de acceso: Las redes sociales están al alcance de cualquiera. Lo único que necesitamos para su acceso es un dispositivo electrónico (móvil, tablet u ordenador) y una red de acceso wifi.

– Uso normalizado de las redes sociales: Actualmente, se considera normal y habitual compartir nuestra vida, nuestras elecciones, nuestras ideas y nuestros hobbies a través de internet. Todo el mundo: políticos, periodistas, catedráticos, personas de a pie, etc. muestran su día a día en sus redes sociales. Muestra de ello es el desarrollo de una nueva profesión que utiliza toda la potencia, impacto y difusión que ofrecen estas redes: los influencers. Los influencers son personajes públicos que reciben una compensación económica en función de la proyección en la población que tienen sus intervenciones en las redes sociales.

– Filtro de sensaciones/situaciones/emociones positivas: A través de las redes sociales resulta muy sencillo “mostrar la vida que queremos mostrar”. La impersonalidad de su uso nos permite aplicar un filtro de manera que se potencie lo bueno y se elimine lo malo y es por ello por lo que se acaba produciendo un filtrado irreal de la realidad.

– Evita las dificultades de las relaciones personales presenciales (ansiedad social): Las redes sociales nos permiten relacionarnos con las personas de manera más superficial y con la facilidad de no tener que profundizar en ellas, ya que tenemos un filtro físico entre las dos personas.

– Alimento del ego: El filtrado de la realidad como consecuencia de la exposición únicamente de los aspectos positivos de la vida puede suplir esa parte de inseguridad personal que necesita agradar y dar una cara feliz.

– Considerar el número de seguidores como representativo del valor de la autoestima: El like es una forma fácil y rápida de interacción y, además, es superficial. La persona adicta puede acabar orientando su vida en busca de estos seguidores, creyendo que esto va a conseguir que se sienta mejor.

Consecuencias y consejos para reducir la adicción a las redes sociales

Concretamente en la adicción a las redes sociales hay que tener en cuenta que una señal importante es el aumento de la cantidad de horas destinadas a las mismas. Además de esta señal de alarma podemos tener en cuenta muchos otros puntos derivados de su adicción:

– Alteración de los ritmos circadianos de sueño y descanso: La persona adicta a las redes sociales no puede “perder ni un minuto” sin acceder a las mismas por lo que hay considerar que las habituales 8 horas de sueño constituyen un abismo de horas sin contacto. Por otro lado, en el caso de que no pueda acceder a las mismas durante las horas escolares o laborales, la noche se convierte en un buen momento para saciar toda la necesidad compulsiva de contacto.

– Distorsión de la realidad: Debido al filtrado que se realiza en las redes sociales, en las que únicamente se muestran momentos felices y agradables, corremos el riesgo de acabar pensando que la ausencia en las redes de momentos tristes y negativos es debido a que no existen en la realidad. Esto puede llevarnos a sentirnos peor con nosotros mismos pensando que somos los únicos que nos sentimos mal.

– Pérdida de la privacidad personal y de nuestro entorno: Las características de las personas adictas a las redes sociales son principalmente: la necesidad de contacto constante por miedo a la soledad y la necesidad de acumulación de feedback positivo a esas intervenciones (likes). Debido a ello podemos acabar exponiendo nuestra realidad o la de nuestro entorno buscando contenido que atraiga a más seguidores.

– Vacío interior: La necesidad de llenar nuestro vacío o de suplir nuestra baja autoestima a través de la cantidad, en lugar de calidad, provoca que se acabe perpetuando esta sensación y ampliándose en el tiempo.

– Pérdida de la vida social/ Pérdida de la calidad de la vida social: El adicto puede acabar aislado de su entorno por la necesidad de invertir muchas horas del día en redes sociales. Por otro lado, también puede perder calidad ya que el adicto estaría pendiente únicamente de inmortalizar momentos o situaciones para subirlas a redes en lugar de disfrutar de los momentos y su compañía.

¿Como tratar las adicciones a las redes sociales?

Si después de informarte de este tipo de adicción te sientes identificado o crees que puede estar afectando a alguien allegado, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Desde Atiempo, nuestro equipo te guiará en el proceso terapéutico de reeducación en el uso de las redes sociales. Al igual que con otro tipo de adicciones (principalmente dentro del grupo de “sin sustancia”) lo que se busca no es la eliminación si no la reeducación para darles un uso funcional y apropiado.

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En Atiempo Adicciones sabemos que el acceso a Internet y las redes sociales forman parte de nuestro día a día desde hace relativamente pocos años. Se nos hace imposible pensar en un móvil que no tenga acceso a Internet o no tenga aplicaciones como son Instagram, Facebook o Twitter. Éstas son 3 de las redes sociales más utilizadas en la actualidad. Gracias a ellas podemos comunicarnos con otras personas que están a miles de kilómetros, subir fotos de nuestro día a día e incluso hacernos un perfil comercial. En un principio las primeras redes sociales no permitían mucha interacción y aunaban a pequeños grupos. Hoy en día se han convertido en redes de millones de personas que pueden intercambiar conocimientos, intereses y experiencias. Lo que nos hace más fácil y atractivo su acceso. Desde que surgieron las redes sociales, todos hemos estados interesados en ellas, pero son los más jóvenes, llamados nativos digitales los que más interactúan ya que han nacido con éstas. Hasta hace varios años no se hablaba de adicción a las nuevas tecnologías, pero tras varias investigaciones y observando el uso perjudicial que se hacen de ellas, la OMS está abordándolo como un problema de salud pública. Se han realizado varios estudios para observar que características tienen en común las personas que desarrollan adicción a las redes sociales. En los resultados obtenidos en estos estudios se observa la existencia de ciertos patrones como es una baja autoestima y síntomas depresivos. También se ha descubierto que esta misma sintomatología depresiva, ansiedad y estrés pueden ser generadas al visitar continuamente las redes sociales. Todo esto es producto de la constante comparación que realiza la persona adicta entre la vida de los otros y la suya. Llegando a sentir que su vida es mucho más miserable y la de los demás muchísimo más interesante. Sin darse cuenta de que el tiempo que está invirtiendo en observar la de los demás lo podían estar haciendo en vivir la suya propia.

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