Desmontando un mito: el alcohol calma la ansiedad
La mayoría de las personas no sabemos hacer frente a las emociones que nos despiertan determinadas situaciones. La ansiedad, la culpa o el estrés son emociones incomodas y muchas personas utilizan el alcohol para hacerles frente. Una cerveza o un par de copas de vino calman la ansiedad a corto plazo. Sin embargo, pueden acabar provocando una adicción al alcohol. Hoy en el blog hablamos de este fenómeno; de la creencia de que el alcohol calma la ansiedad, y de cómo podemos hacerle frente.
Entonces, ¿el alcohol calma la ansiedad?
El alcohol es la droga más accesible, podemos encontrarla en cualquier bar o supermercado, con precios para todos los bolsillos. Por ello, el alcohol es la droga más utilizada para apagar la ansiedad y otras emociones que no sabemos cómo manejar.
El alcohol es una droga depresora del sistema nervioso, de ahí su relación con la ansiedad. En pequeñas dosis, el alcohol produce un efecto ansiolítico, disminuyendo la ansiedad
Muchas personas utilizan el alcohol como forma de gestionar sus estados emocionales. Y eso es así por su efecto sobre el sistema nervioso, ya que el alcohol es un potente ansiolítico a corto plazo. El alcohol se utiliza con frecuencia para aliviar los síntomas de tensión, sentimientos de culpa, dificultades para dormir u otros estados emocionales negativos puesto que, en pequeñas dosis y en momento puntuales el alcohol disminuye la ansiedad.
Sin embargo, el uso continuado de alcohol genera un estado de inquietud y ansiedad permanentes superiores a la ansiedad inicial. Esto lleva a la persona a necesitar cada vez mayores cantidades de alcohol para poder frenar su ansiedad.
Es decir, no es cierto que el alcohol calma la ansiedad. El alcohol puede camuflar durante un rato la ansiedad, pero una vez se pasen los efectos de la droga, las emociones volverán con más fuerza, exigiendo de nuevo beber alcohol para apagarlas.
Además, afrontar los problemas utilizando el alcohol no es una solución. El alcohol no puede ayudarnos a afrontar las situaciones que nos toca vivir, solo las pospone; e incluso puede llegar a agravarlas ya que corremos el riesgo de acabar desarrollando una adicción.
Un círculo vicioso
Hay personas que sufren trastornos de ansiedad y que utilizan el alcohol u otras drogas para hacer frente a sus problemas y emociones, lo que a largo plazo solo genera más ansiedad y sufrimiento.
Otras personas, por el contrario, comienzan a beber alcohol de forma descontrolada, desarrollando una adicción; y a raíz de esta enfermedad surge la ansiedad en sus vidas. Por ello, cuando quieren dejar de beber no pueden hacerlo porque su nivel de ansiedad es tan grande que no son capaces de soportarlo.
En ambos casos se utiliza el alcohol como “remedio” contra la ansiedad y en ambos casos los resultados son nefastos.
La automedicación te puede llevar a la adicción al alcohol
El alcohol y otras drogas son utilizadas para “tratar” la ansiedad. Esta práctica se conoce como automedicación y es un arma de doble filo muy peligrosa.
De hecho, un estudio llevado a cabo por James M. Bolton, de la Universidad de Manitoba, pone de manifiesto que hasta el 13% de las personas con trastornos de ansiedad que se automedican con alcohol, acaban desarrollando un problema con la bebida en un periodo de tres años.
Muchas personas recurren a la automedicación con alcohol por vergüenza a buscar ayuda profesional. Sin embargo, esta estrategia es contraproducente a largo plazo, ya que la automedicación aumenta la ansiedad y además, es una práctica de riesgo que puede acabar en adicción.
Puede que empezases a consumir alcohol como una forma de atajar tu ansiedad, o puede que el alcohol te produzca ansiedad y tengas que seguir bebiendo para taparla. Sea como sea, en A Tiempo Adicciones podemos ayudarte a encontrar otra manera más saludable de vencer a la ansiedad. Llámanos al teléfono 914 009 559 y te informaremos sin compromiso sobre nuestros tratamientos de adicción al alcohol.
Creado en: 13 septiembre, 2017, por : ATIEMPO Adicciones