Pensar extremista o dicotómico

Extremista

Pensar extremista o dicotómico

“Es blanco o negro”, “Si o no”, “todo o nada” “amor u odio” “exceso o carencia” ….todos estos pensamientos son polarizados, se mueven en una escala extremista, obviando o restando importancia a los puntos intermedios o grises que son la realidad de las cosas en la vida.

El pensamiento polarizado o extremista es una de las distorsiones cognitivas más comunes y frecuentes que usamos en el día a día. Este pensamiento rígido nos impide flexibilizarnos ante la realidad que se mueve en torno a diferentes matices y no extremos absolutos. Esta forma de percibir la realidad de forma distorsionada, puede carrear diferentes problemas, ya que esto se traduce a vivir la vida de forma extremista en general. Nuestras reacciones se vuelven de la misma manera extremas, no tenemos medida o “punto medio” en nada, tendemos a acercarnos demasiado o a repeler con intensidad. A amar y/o odiar de maneras muy
intensas, a creer en las cosas y cuando las vemos “malas” o
decepcionantes… a dejar de creer y enfadarnos, desechar,
desaprobar, a pasar de la positividad absoluta al negativismo mas extremo, y así con todo.

Esto crea un mundo de contrastes entre el blanco y el negro, sin matices ni grises intermedios. Y, por tanto, como consecuencia las reacciones emocionales y conductuales de las personas con este tipo de patrón cognitivo, oscilan de un extremo al otro.

Arnold Beck, destacado padre de la escuela de psicología cognitivo-conductual, nos hace ver como que el pensamiento simplista o como él lo llama “primitivo” tiene las siguientes características:

  • Es global y no dimensional, lo cual implica que abarca el todo sin tomar en cuenta las partes.
  • Es absolutista, es decir que abarca y clasifica de manera uniforme.
  • Es invariable y rígido, así que una vez que se establece tiende a no ser flexible.
  • Es irreversible, así que una vez que es, no puede volver a un estado anterior o diferente.

Esta distorsión del pensamiento muestra una gran inflexibilidad, lo que lleva a dejar de apreciar y valorar las experiencias vividas deformando la visión o percepción de la realidad, al encasillarla en función de criterio excluyentes;

las cosas son buenas o son malas, se triunfa o se fracasa, se ama o se odia, se es capaz o se es un inútil, se es justo o injusto, etc… Este modo de pensar es muy perjudicial tanta para la propia autovaloración como pata la percepción de los que nos rodean y el mundo en general.

Para manejar este tipo de pensamiento, debemos aprender a cuantificar o relativizar el grado de certeza que tenemos de estos juicios o apreciaciones. Pongamos un ejemplo, si me encuentro en una situación en la que me juzgo con dureza porque he cometido un error, llevaré mi atención a que contemple aquellos otros casos en los que mi conducta resultó acertada, así como valorar el grado ese error es significativo. Pensaré, además, en cómo solucionar mi error y en aprender de la situación pasada para ver que otras alternativas podría hacer en caso de que esa situación se volviese a presentar en el futuro.

Creado en: 10 diciembre, 2018, por : ATIEMPO Adicciones
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