El sistema de Recompensa del cerebro y las Adicciones

sistema de recompensa

El sistema de Recompensa del cerebro y las Adicciones

 

El sistema de recompensa, refuerzo o placer es un área que nos causa una sensación de bienestar y como consecuencia produce que repitamos una conducta.

Esta zona primitiva, está determinada para que ciertas conductas se puedan mantener y con ellas nuestra supervivencia. Por ejemplo, comer, beber, dormir, mantener relaciones sexuales o interacciones sociales. Estas conductas por sí solas producen placer en el sistema de recompensa haciendo que queramos volver a repetirlas en un futuro.

Algunas de estas conductas, como comer o mantener relaciones sexuales, que por sí solas producen placer, son susceptibles de desarrollar una adicción. Esto se produce a través de un aprendizaje, mediante el cual, con el tiempo, hemos ido aumentando las dosis del consumo para volver a sentir los efectos placenteros del principio. Es lo que llamamos tolerancia. El fin es sentir un mayor placer y apaciguar una emoción, la cual no sabemos afrontar.

Al final, la adicción se ha consolidado, el consumo ha aumentado, nuestro placer es menos duradero y las consecuencias son cada vez más perjudiciales. A partir de este momento es cuando la persona adicta comienza a replantearse si seguir manteniendo el consumo merece la pena.

¿En qué consiste el Sistema de Recompensa Cerebral?

El sistema de recompensa se encuentra en nuestro cerebro y su fin es reforzarnos para repetir una conducta. Para que entendamos mejor su funcionamiento vamos a imaginar a dos neuronas que necesitan comunicarse a través de un neurotransmisor (pensemos que es el mensaje) llamado dopamina. La dopamina es la encargada de hacernos sentir placer. No es el único neurotransmisor que nos hace sentir bien, pero sí uno de los más importantes en el centro de recompensa.

Cuando realizamos ciertas conductas, por ejemplo, comer, la dopamina se libera de la neurona emisora para pasar a receptora. Lo que hace esta última es recibir el neurotransmisor y comunicarlo a la siguiente neurona. Así sucesivamente. Cuando este proceso se realiza muchas veces se fortalece esta comunicación dando lugar a lo que llamamos aprendizaje. Como resultado de este aprendizaje repetimos la conducta.

Para que nuestro cerebro funcione correctamente lo que hace la neurona emisora es volver a recaptar ese neurotransmisor, es decir el mensaje lo cogería y volvería a introducir del lugar que ha salido. Esta acción se hace para que nuestro cerebro se mantenga en equilibrio. Si no se recapta la dopamina, esta estimularía mucho la neurona receptora por lo que nos sentiríamos eufóricos. Esta función es de suma importancia para mantener una homeostasis emocional y así funcionar correctamente.

La relación entre el Sistema de Recompensa y las Adicciones

cerebro

Cuando decidimos drogarnos rompemos con este equilibrio cerebral, lo que hace que tanto estructuralmente como químicamente nuestro cerebro cambie. Resultado de esto hace que la adicción sea considerada una enfermedad.

Hay diferentes drogas que cambian esta comunicación neuronal, cada una de distinta forma, pero todas coinciden en producir una mayor liberación de dopamina. Esto va a afectar a la recaptación y a los receptores. dando lugar a un sentimiento de euforia, consecuencia de la gran cantidad liberada.

Cuando el consumo se convierte en algo habitual nuestro cerebro aprende a tener ese “subidón”. Por lo que al cabo de unos días empieza a pedir la droga (síndrome de abstinencia), en ocasiones de manera directa, queriendo consumirla, o de manera indirecta a través de estados emocionales que nos llevan al mismo fin.

Es habitual que la persona adicta cuando ha estado mucho tiempo consumiendo, su sistema de refuerzo se insensibilice. Esto quiere decir que las actividades que de por sí producen placer por el hecho de realizarlas comienzan a ser menos interesantes tras el abuso de sustancias. Suele ocurrir que la persona adicta cuando deja el consumo no consigue encontrar la misma satisfacción en las actividades cotidianas y su cerebro busca constantemente el “subidón”. Por esto muchas personas vuelven a consumir buscando los efectos del principio.

Debemos tener claro que la adicción no es una elección que hacemos. Son decisiones determinadas por el sistema de recompensa predispuesto a sentir placer y así mantener nuestra supervivencia. Al actuar las drogas sobre este sistema y desregularlo pasamos a ser dueños de nuestro cerebro el cual dirige nuestra voluntad hacia la búsqueda de sensaciones placenteras.

Creado en: 18 octubre, 2019, por : ATIEMPO Adicciones
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